Hay que evitar que dinosaurios se apoderen de la política: Fuentes
Angélica Abelleyra y Merry MacMasters, enviadas, Oaxaca, Oax., 22 de octubre Mientras no resolvamos las grandes rémoras del mundo sometido a la injusticia en México, no podremos alcanzar el nivel de una nación plenamente desarrollada'', dijo hoy por la tarde el escritor Carlos Fuentes, quien al subrayar la importancia de la educación pública en nuestro país, llamó la atención a ``no dar ocasión para que los dinosaurios y el ala extremista de la política mexicana tengan pretexto para apoderarse de la política nacional. Sepamos medir nuestros pasos, ir consolidando nuestras victorias y hacer una vida democrática en México'', asentó.
Luego de concluir la conferencia magistral México y su cultura, en el teatro Macedonio Alcalá, y como uno de los actos de arranque del IX Congreso Mundial de Amigos de los Museos, inaugurado por el presidente Ernesto Zedillo, el narrador habló de política, democracia, educación y el movimiento armado en Chiapas, así como otros surgidos en el territorio nacional.
Del conflicto chiapaneco indicó que, aun cuando ``entiendo las razones por qué Marcos y los grupos indígenas se levantaron, no estoy de acuerdo con la rebelión militar. Hay que trabajar tesoneramente a favor de soluciones democráticas y pacíficas. No olvidemos nunca la terrible lección del cono sur latinoamericano: naciones con instituciones y procesos democrá- ticos más fuertes como Chile, Argentina y Uruguay sucumbieron a las peores dictaduras fascistas. Hicieron horrores en países más democráticos que los nuestros'', ejemplificó al urgir a la sociedad mexicana a atender la actuación de ``dinosaurios'' y ``al ala extremista de la política mexicana'' para que no se hagan cargo de la política nacional.
Interesado en la educación pública mexicana, aceptó que no es suficiente lo realizado hasta hoy por el Estado. ``Habría que hacer muchísimo más porque lo que llamamos progreso, el desarrollo en el siglo XX y XXI va a depender de la educación. Un país que no tiene un sistema educativo fuerte, bien remunerado y orien- tado es un país que nunca va a poder dar un salto a la tecnología, a la aldea global y a lo que llaman la tercera ola''.
Luego recomendó ``no escatimar esfuerzos para reforzar la educación mexicana'' porque ello es hablar del porvenir y del pasado, rescatar los valores añejos. Posiblemente, indicó el escritor de Aura, el Pípila no existió, ``pero yo sí quiero que esté presente como un mito que nos da sentido de nacionalidad y de vida. Un país que puede vivir con una riqueza del pasado tan grande y con un porvenir igualmente grande, está en la obligación de darle a la educación un sitio privilegiado en el presupuesto, en la preocupación nacional y en la preocupación política''.
Al insistir en el rezago educativo nacional, puntualizó sin embargo la complejidad del fenómeno mientras ``vemos la pobreza de tantas familias mexicanas que no tienen tiempo de educar a sus hijos ni de darles de comer, cuando vemos a los chicos que dejan la escuela para ganarse la vida en las calles, cuando vemos la pobreza del magisterio mexicano, nos queda otro gran interrogante hacia el futuro, muy ligado a la educación: el desarrollo económico y político de la población indígena''.
En torno a las etnias, Fuentes se manifestó porque ``se les reconozca, se les dé personalidad y voz''. Y si bien el cuentista reconoce que ``el destino del país es el mestizaje y las etnias indígenas tal vez estén condenadas a desaparecer, mientras existan hay que protegerlas, escucharlas. Cuando ya no estén entre nosotros, en algún momento vamos a llorar por la ausencia de todas las lecciones que contiene el mundo indígena y que el mundo moderno ha olvidado.
``Las culturas indígenas saben gobernarse a sí mismas, son dueñas de valores unitarios, tienen su propia modernidad. Los indígenas no son hombres de las cavernas, ni del anacronismo; tienen su propia manera de valorar la vida, la muerte, la comunicación y el arte. Cosas que nos fallan en el mundo mestizo, ellos las tienen. Puede que algún día nos den una verdadera demostración de que la verdadera modernidad era la suya y no la nuestra'', sostuvo.
En torno a la democracia, remarcó que ésta se ha venido gestando ``no por decreto o porque esté en la Constitución, sino porque la sociedad mexicana se ha transformado. A lo largo de la Revolución se ha creado una sociedad civil que es la base de la democracia.
``De no ser así, con la participación civil, tendríamos una vez más una democracia de decreto, de papel, como tantas veces hemos vivido en el pasado en México. Tengo la confianza --concluyó-- que en el siglo XXI veamos una plena democracia y un pleno ejercicio de los derechos democráticos en nuestro país, no por concesión de la autoridad ni como un regalo desde arriba, sino porque es algo que la sociedad misma ha conquistado desde abajo''.