La Jornada 22 de octubre de 1996

Fernando Benítez
Ante todo el patriotismo

Cuando el presidente Cárdenas expropió el petróleo, las empresas afectadas dijeron: los obreros sólo obedecen nuestras órdenes. Sin conocimiento de la técnica no tardarán en llamarnos de nuevo. Pero se equivocaban. Se dio el caso asombroso de que los obreros mexicanos inventaron nuevos procedimientos y repararon la maquinaria con desechos. Y así en México no faltó la gasolina ni el aceite en ningún momento.

Ocurrió además un boicot mundial donde no se compraba un litro de petróleo mexicano ni se vendía a nuestro país ningún repuesto indispensable para el funcionamiento de los campos petroleros. Pero el general Cárdenas estaba tan decidido a defender el paso dado que ordenó que si desembarcaban los marines fueran incendiados todos los pozos.

Llegado el término de su gobierno, Lázaro Cárdenas nombró como su sucesor al general Avila Camacho, con la condición de que respetara el reparto de tierras y solucionara el pago de la deuda petrolera ya emprendido. Dos Jesús Silva Herzog, entonces subsecretario de Hacienda, se enfrentó al enviado de la Sinclaire y logró un acuerdo: se pagaría con el mismo petróleo de la empresa y una suma adicional; de esta manera terminaba el boicot.

La expropiación petrolera fue el mayor logro de la Revolución Mexicana. Ahora pretende disminuírsele con la venta de la petroquímica mal llamada secundaria. Debemos decir que no hay petroquímica primaria ni secundaria, porque en realidad las dos son lo mismo: los productos de los gases son parte misma de un procedimiento para obtener todos los elementos.

Quiero citar las palabras del gran patriota Lázaro Cárdenas cuando ya no era presidente: ``América Latina tiene grandes recursos naturales, puede producir todas las materias primas, cuenta con grandes reservas petroleras y minerales, fuentes de energía hidráulica y una población de 200 millones de habitantes. Si aprovechamos estas grandes riquezas en beneficio de nuestros propios países, América Latina podrá transformar la pobreza en prosperidad. Los bienes de capital necesarios para su desarrollo deben invertirlos los propios latinoamericanos. Sólo así se logrará la emancipación económica de nuestra nación''.

En otra ocasión, Cárdenas dijo lo siguiente: ``La política que en materia de petróleo siguió el gobierno a mi cargo, no fue una novedad sino acatamiento a nuestra tradición legislativa, a los mandatos de la Constitución de 1917 y a una necesidad de defensa de nuestro patrimonio nacional que hombres de gobiernos anteriores, principalmente de la Revolución, habían planteado ya con patriotismo: el aprovechamiento de los recursos del subsuelo en beneficio de nuestro propio país''.

En último caso si no se da marcha atrás en la decisión de vender la petroquímica se debe recurrir a los grandes empresarios e industriales mexicanos.