Rivera: la Iglesia puede y debe actuar en política
Salvador Guerrero Chiprés La Iglesia católica mexicana ``puede y debe meterse en política como lo hizo Jesús'', planteó el arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera.
Cuando la autoridad ``se sale del marco legal'' o es contraria a la defensa de los derechos humanos ``no hay obligación de tributarle obediencia'', agregó.
Incluso, si el gobierno ``se opone abiertamente a los derechos humanos fundamentales, entonces hay que negarle obediencia'', indicó el prelado durante su homilía en la Catedral metropolitana.
El planteamiento de nueva participación de la Iglesia en política, aclaró en entrevista posterior a la misa dominical, ``quiere decir que para la Iglesia lo único excluido es la política de partidos''.
En educación y en medios de comunicación, estimó ante los reporteros, la Iglesia debe ir tan lejos como la sociedad quiera: ``Le corresponde a la misma sociedad ir dando los pasos al respecto''.
El servicio efectivo al pueblo que lo eligió debe ser la única función del gobernante, dijo.
Llamó a conciliar la vida política y la de la Iglesia. Consideró la separación ``entre fe y vida'' como uno de los problemas más serios a nivel nacional.
El mensaje clerical partió del recordatorio del pasaje en el cual Jesucristo consigue evitar la confrontación con el Estado romano cuando le preguntan si los judíos deben pagar impuestos a éste. La reflexión se generó a partir de la pregunta planteada por el arzobispo en el sentido de si la Iglesia debe o no ``meterse en política''.
En aquella época, recordó Rivera Carrera ante los feligreses, Jesús evitó parecer ``colaboracionista'' con el imperio invasor si defendía el pago de impuestos y eludió ser visto como rebelde y peligroso para la autoridad si se oponía al pago fiscal.
Así, ``Jesús establece algo desconocido hasta ese momento, la necesaria separación entre religión y política, entre la Iglesia y el Estado, separación que no quiere decir contraposición y menos mutua negación''. Al César lo del César, y a Dios lo que es de Dios, repitió monseñor Rivera.
La afirmación de Jesús, dijo el arzobispo, es simultáneamente rotunda defensa ``del respeto y la obediencia que se debe a la autoridad y el hecho de que la autoridad civil está limitada por todo aquello que es dañino a los ciudadanos''.
La otra limitación de la autoridad, añadió, es oponerse ``a los derechos divinos''. Ello implica, interpretó, que la autoridad humana no es absoluta: ``Aunque tiene como campo de su autonomía el bienestar social, este mismo bien exige que se respete la ley natural, el proyecto de Dios sobre el hombre y no se oponga a él con leyes injustas e inhumanas''.
El respeto a Dios y a la Iglesia no requiere, señaló, que se ponga su nombre al frente de la Constitución, ``pero sí que se respete su presencia en la conciencia de los creyentes''.
``Los gobernantes deben legalizar y proteger en la práctica la libertad de conciencia, de religión y de culto a fin de que los ciudadanos puedan profesar, privada y públicamente, su amor y respeto a Dios, como individuos y como grupo, en la intimidad de su vida y en la sociedad'', afirmó durante la misa.
``Siendo la Iglesia la continuadora de Jesús en la historia, podemos concluir que puede y debe meterse en política como lo hizo Jesús. Es decir, recordando a los cristianos y a los hombres en general que deben obedecer y respetar a la autoridad en todo y sólo aquello que se dirija en bien de la comunidad'', comentó.
Además, dijo, debe recordarse ``a la autoridad civil que sólo tiene poder para legislar en favor de los derechos y deberes humanos sin oponerse a los divinos. Si la Iglesia quiere ser fiel a su maestro no puede descuidar la dimensión social del cristianismo, que nos manda dar al César lo que es del César, obedeciendo todas las leyes justas, pero también, defendiendo siempre la dimensión religiosa de la vida humana, que nos ordena dar a Dios lo que es de Dios''.
En la entrevista en la sacristía, Rivera Carrera recordó que ``la Sagrada Escritura establece que toda autoridad viene de Dios y, por lo tanto, a la autoridad legítimamente constituida se le debe obediencia''.
Rivera Carrera evitó precisar si existe un representante del poder que debiera ser desobedecido.
-El gobierno pide código de ética a los periodistas, ¿la Iglesia pide ahora código de ética a los gobernantes?
-Todos los seres humanos deben tener una ética, no solamente los periodistas, no sólo los gobernantes o los comerciantes, todos deben tener una ética.
En la Básilica de Guadalupe, el abad Guillermo Schulenburg exhortó a los mexicanos a aprender a vivir ``como hermanos'' y a llegar a acuerdos ``para vivir con justicia, paz y tranquilidad''.