La fortuna quiera que andando los años a ti me parezca, viejo casahuate amigo más lleno de luces que hayas oído. Las alas de sombra, las alas de plata: la muerte que sigue, la vida que pasa. Un cenzontle peregrino, una nada de arena en las ondas del río y la alta estatura de la sierra de Valparaíso. Los amores, qué si no, sus tristezas y delirios. La muerte heroica del bravo Tezozómoc y la propia y la del ser amado, la muerte del colibrí, la del ocaso nuestro de cada día, la muerte a manos orozquistas del mayor de ``Los Mechones''. La sandía por tricolor pero también por fresca y el caballito alazán, los amigos y las viejas, ...teru-teru / yukulele / yuyo tuyo / cocuyera / duruculi / cururú...
La semana pasada se rindió un homenaje nacional al poeta zacatecano Roberto Cabral del Hoyo, gran señor de las letras: gran señor punto. Convendría al propósito de unirme a tan merecido reconocimiento describir del modo usual cómo conocí a Roberto y qué caminos me han llevado a ser su amigo y hasta su sobrino casi. Habría de emprender entonces la siempre bochornosa remembranza, por tan en contraste pálida, de los momentos felices que me ha dado su compañía y enseguida, con aires más inspirados, tornaría a delinear el cómo su poesía ha labrado mi espíritu, haciendo de insomnios fiestas y de albores arrebatos. Pisaría después terrenos más académicos, de aprenderme alguna vez los mapas topográficos, en la expresa intención de mostrar con didactismo lo que de todos modos me deslumbra. ¿Es posible un soneto tan moderno?
No caeré en la fácil tentación, sobre todo porque en primer lugar sé que a Roberto y con toda razón le daría una pereza inmensa. Sus gustos son muy otros.
Obra callada del dolor y el tiempo,
siento que al fin se me madura el alma;
puedo confiar en que será mi verso
sedante como el toque, en el silencio,
de un gong a la distancia.
Así como te despediste del auditorio el martes pasado a nombre de tu obra generosa, así desde el auditorio te respondo con la misma moneda: gracias, muchas gracias Roberto Cabral del Hoyo.