No funcionó el plan piloto de tarjeta del pobre, revela la Secodam
Ciro Pérez Silva y Oscar Camacho Guzmán Estudios realizados por la Secretaría de la Contraloría concluyen que ``no existen bases sólidas para considerar al Programa de Canasta Básica Alimentaria para el Bienestar de la Familia, como la columna vertebral de una estrategia de atención en alimentación, salud y educación'', y por lo tanto, sugieren desechar la idea de sustituir el subsidio de leche y tortilla por el de una ``tarjeta de crédito'' para pobres.
La conclusión anterior forma parte de un estudio de la Secodam para evaluar la operación del Programa de Canasta Básica Alimentaria para el Bienestar de la Familia, mediante un plan piloto puesto en práctica en las ciudades de El Carmen, Champotón y Campeche.
En las conclusiones, el estudio de la Contraloría señala que el proyecto piloto del programa mostró que existen problemas con el cumplimiento de los objetivos buscados y que hay dudas de su operación a nivel nacional, pues tal y como está diseñado no permite un verdadero enfoque hacia los grupos más vulnerables.
De igual forma, con el programa no queda claro cómo se pretende resolver el problema de la atención a los pobres de las zonas rurales, en razón de que actualmente no hay una institución que cubra más allá de 20 por ciento de las localidades de menos de 2 mil 500 habitantes, lo que es particularmente grave pues los indicadores socioeconómicos muestran que los niveles de pobreza se incrementan mientras menos habitantes tiene una comunidad.
Asimismo, la aplicación de la ``tarjeta inteligente'' para pobres en las zonas rurales no contaría con el respaldo de una infraestructura de comercialización y servicios, de la que se carece en esas áreas.
El documento de la Secretaría de la Contraloría fue distribuido ayer en conferencia de prensa por la diputada Rosario Robles, del PRD, quien explicó que dicho estudio les fue entregado a la fracción perredista en la Cámara de Diputados, sin precisar la identidad de quiénes se lo hicieron llegar.
La evaluación del programa piloto se elaboró entre septiembre de 1995 y agosto de 1996, con el fin de conocer la viabilidad de sustituir los subsidios alimentarios de leche y tortilla, por una tarjeta de crédito de 70 pesos mensuales que se entregaría a familias con ingresos de hasta dos salarios mínimos y a nombre de la madre de familia.
El programa y la tarjeta para pobres fue un proyecto que anunció la Secretaría de Desarrollo Social el año pasado con la idea de atender las necesidades alimenticias de 4 millones de mexicanos de escasos recursos.
Con esta tarjeta se buscaría eliminar el abasto de tortilla y leche, y que con ella la familia pudiera comprar alimentos en comercios específicos que deberían contar con máquinas para leer las tarjetas y registrar los gastos.
Según la evaluación de la Secodam, el uso de la ``tarjeta inteligente'' no se tradujo en un incremento del consumo alimentario de las familias ni en un impacto positivo alimentario, ya que el destino final de los recursos utilizados mediante la tarjeta se canalizó a otras esferas del gasto familiar