Rechazo a despojar del carácter público a la SEP
Rosa Elvira Vargas La pretensión de las universidades privadas de eliminar el término pública a la Secretaría de Educación tiene detrás el objetivo de disminuir el papel del Estado en la enseñanza; se enmarca en la ofensiva de la Iglesia católica contra el artículo tercero constitucional, y busca lograr un esquema de subsidios gubernamentales hacia la educa- ción privada, denunció el movimiento Nuevo Sindicalismo del SNTE.
Por su parte, la Asociación Nacional de Padres de Familia también censuró, ayer, la posición de la Federación de Instituciones Mexicanas de Privadas de Educación Superior (FIMPES) y estableció que el México actual no puede entenderse sin la educación pública, gratuita y laica.
La afirmación de la FIMPES de que la SEP puede prescindir del término pública, expuesta ante el presidente Zedillo, el jueves, provocó reacciones de rechazo en sectores vinculados con la educación.
De acuerdo con Miguel Alonso Raya, de Nuevo Sindicalismo, ese planteamiento busca debilitar toda la función del Estado en la materia, eliminando la concepción social que justifica la existencia de la Secretaría como institución y la responsabilidad del Estado sobre el otorgamiento de escolaridad básica gratuita y de destinar recursos en todos los niveles y entidades a través de esquemas compensatorios.
Así, indicó el dirigente sindical, al intentar debilitar la función que tiene la SEP en el marco de la ley para regir, evaluar, supervisar y aplicar la normatividad en la enseñanza, los empresarios educativos en realidad insisten en su vieja intención de que el Estado los subsidie.
Frente a tales intentos, subrayó, es fundamental responder inmediata y categóricamente que no, que la categoría de pública no se eliminará y que, por el contrario, el Estado reforzará su función educativa, elevará el presupuesto para ese sector y que, sin demérito de la enseñanza privada, en México toda la educación es pública porque responde al interés social. La llamada enseñanza ``de paga'', dijo, es sólo la concesión para prestar un servicio público.
Incluso, el dirigente no descartó la posibilidad de que, en la propuesta de FIMPES, esté emboscado un ataque contra el laicismo y la secularización del Estado como tal, por lo que, dijo, la propia SEP y el sindicato de educadores deben reaccionar de inmediato para defender la concepción original de la Secretaría como institución