18 AÑOS EN MEXICO
Salvador Guerrero Chiprés Gerónimo Prigione, representante del Papa en México, invitó a la población que vive los efectos de la mayor recesión económica de los últimos sesenta años a ``no perder los estribos, no desanimarse, no agitarse, tomar las cosas con serenidad y dejar que la ley se cumpla''.
El diplomático con mayor antigüedad en México pidió ``respetar la ley'' porque una nación sin ella ``es la jungla''.
Misa de acción de gracias por el 18 aniversario
de la elección del Papa. Guillermo Schulemburg,
Ernesto Corripio Ahumada y Girolamo Prigione.
Foto: María Meléndrez
Son dieciocho años de pontificado de Juan Pablo II, los mismos que lleva Prigione en México. Ese es el motivo del encuentro en la casona de la colonia San José Insurgentes. A la entrada de la nunciatura, la recepción ofrecida por Prigione a políticos, religiosos, embajadores y empresarios, congregó a más de quinientas personas.
Están presentes, desde Pablo Chapa Bezanilla, fiscal especial, hasta la actriz Adela Noriega; desde Carlos Abascal Carranza, representante de los patrones, hasta el subsecretario de Gobernación, Rafael Rodríguez Barrera, quien asegura que ``no hay premuras'' en la elaboración del reglamento cuya manufactura interesa particularmente al episcopado y a la nunciatura, así como a todas las opciones eclesiásticas que disputarán normar las garantías para su acceso al control de algunos medios de difusión.
Prigione retiene un instante la mano del funcionario ex embajador de México en Israel y ex secretario general del PRI: ``tenemos que juntarnos a platicar, tenemos muchos asuntos qué tratar'', le dijo.
-Cómo no. Nos juntamos y platicamos.
La respuesta de Rodríguez Barrera corresponderá con la ratificación de un encuentro pendiente con el secretario de Gobernación: ``un abrazo le deja conmigo don Emilio Chuayffet''.
El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana asegura que los ajustes en las tasas de interés y la revaluación del dólar ante el peso responden a un ``nerviosismo pasajero''. Nadie, sin embargo, parece estar nervioso en la recepción, por causa de problemas económicos, aunque Prigione asegura que invitó a ``todos los estratos sociales''.
A las preocupaciones económicas responde Chapa Bezanilla con la preocupación por saludar y retirarse lo más pronto posible. Escudado en una religiosa y, después del intento por saludar a Adela Noriega, admite responder dos preguntas.
Chapa asegura no estar interesado en si existe o no una campaña para desacreditar las investigaciones realizadas en la finca El Encanto. Dice que la investigación está en una etapa muy delicada y sostiene que ``lo que interesa es demostrar el trabajo, mi trabajo no es político, es profesional''.
Antagonistas de otras épocas se saludan. El senador Cristóbal Arias y el diputado Ramón Sosamontes, del Partido de la Revolución Democrática, recuerdan tiempos en que todos los priístas estaban en el partido de Rodríguez Barrera, con quien ahora sonríen y departen.
El cardenal Ernesto Corripio Ahumada, a quien Prigione tramitó fast track su renuncia como obispo al llegar a los 75 años de edad, saluda al nuncio y sostiene ante una reportera que la Iglesia está más allá de todas las diferencias internas.
Corripio Ahumada sostuvo en la mañana que la remoción de Prigione ``es cosa que le toca al papa'', y el nuncio está de acuerdo con él.
Salvador Guerrero Chiprés Más de cuatro años de relaciones diplomáticas entre el Vaticano y el gobierno mexicano han contribuido a la formalización de un estado de cosas en que falta una reglamentación que no deberá hacerse ``sobre las rodillas'', sugirió al gobierno federal el arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera.
Por otra parte, en conferencia de prensa en su sede de la colonia Juárez, la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice), a través de su presidente, Arturo Farela Gutiérrez, planteó que, después de la reforma de 1992, ``por fin se perfila la aparición del reglamento'' del artículo 130 constitucional.
El reglamento complementaría el proceso y constituiría ``un avance de la democracia'', expresó el pastor Farela.
En tanto, sesenta sacerdotes, diez obispos y arzobispos, el nuncio Gerónimo Prigione, el cardenal Ernesto Corripio Ahumada, el abad Guillermo Schulenburg y alrededor de tres mil feligreses escucharon al arzobispo Rivera Carrera lamentar ``la incomprensión'' de un sector de los medios de comunicación para con la figura del Papa .
En algunos medios, expresó, ``se intenta distorsionar la identidad y razón de ser del sumo pontífice, considerándolo como un simple estadista y a la Iglesia como una más entre las sociedades de origen humano''.
Lamentó los ``ataques y críticas'', presuntamente canalizados a través de los medios. Aquellos ``van desde su estado de salud hasta la oposición y desprecio de sus firmes posturas ante la dignidad y la vida del ser humano''.
Adjetivos como oscurantista, conservador, cerrado a lo moderno, autoritario, intransigente, que a veces se oyen, aseguró, ``no hacen sino poner de manifiesto el escándalo hacia su persona y acción''.
No me voy, insistió Prigione
``Yo dependo del Papa, nada más'', expresó el nuncio Gerónimo Prigione, e insistió en que sólo Juan Pablo II podría determinar el cese en México.
En la homilía celebratoria del 18 aniversario del pontificado de Juan Pablo II, Prigione sostuvo que durante su encuentro con el pontífice, a unos días de que cumpliera la edad establecida por el código canónico para la renuncia de los obispos diocesanos, antes del 12 de octubre pasado, le fue indicado ``seguir con el trabajo ordinario''.
Dijo traer de Italia ``muestras de cariño, de mucho deseo de que México supere pronto sus dificultades y vuelva a la vida normal, en paz y por buen camino''.
Luego, señaló que ``la revolución no es la solución, la violencia nunca resuelve los problemas de la humanidad. Por eso la violencia no sirve; sirve el diálogo, la buena voluntad, las buenas disposiciones, para buscar soluciones equitativas para todos los sectores''.
A Prigione le preguntaron si estaba contento entre los mexicanos después de 18 años de estancia en el país. Seguro, el nuncio respondió con una pregunta:
-¿Por qué no?
- ¿Se quedaría, por ejemplo, en Cuernavaca?
-¿Por qué no? Hay tantos lugares -volvió a responder.