Miguel Angel Rivera

Clase política

``El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) entregó la carta de intención para constituir una administradora de Fondos para el Retiro (Afore) y una Sociedad de Inversión Especializada de Fondos para el Retiro (Siefore)''.

El anterior es el párrafo inicial de un breve boletín informativo, de apenas cuatro párrafos, emitido ayer por la Dirección General del IMSS, a cargo del ex gobernador de Zacatecas, Genaro Borrego Estrada, en el cual, como resulta obvio, se expresa el propósito del instituto de manejar al menos una parte de los fondos de los recursos destinados a asegurar el futuro de los trabajadores del país, luego de su jubilación.

Por el tamaño del boletín podría decirse que se trata de una cuestión menor, pero resulta todo lo contrario y esto podrá apreciarse en los próximos días, cuando se conozcan las reacciones de los banqueros que también aspiran a manejar esos cuantiosos recursos y de los grandes empresarios que aspiran a tener en esas aportaciones un recurso fresco y poco caro para sus negocios.

Originalmente el IMSS recibía el total de esos recursos, ya que estaban destinados al fondo con el cual deberían pagarse pensiones y jubilaciones. Pero ese dinero fue mal empleado o desviado de esos fines, al grado que los pagos a los jubilados son sumamente raquíticos y por ello se buscó un nuevo modelo de inversión para devolverlo a los trabajadores al momento de que cese su actividad productiva.

El cambio generó inconformidades de todo tipo, en particular de los opositores al proceso de privatización de todas las áreas de la actividad económica del país. Si el dinero del IMSS no se hubiera desviado a otros fines, esa gran y benéfica institución sería ahora más rica --o menos pobre, si se prefiere-- y por tanto no habría necesidad de importar esquemas de manejo de las cuotas de otras naciones.

Errores propios o ajenos, lo cierto es que a final de cuentas el IMSS resultó culpable y ahora los cuantiosos recursos que podrían fortalecer su disminuida economía se irán a diversas instituciones financieras cuyos planes de inversión parezcan más confiables a las autoridades encargadas de supervisar esta tarea, en este caso, la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro Para el Retiro que preside Fernando Solís Soberón.

``De lo perdido, lo que aparezca'', se podría decir respecto a la decisión del IMSS de tratar de obtener parte de esos voluminosos recursos.

Los antecedentes a que se hace referencia anteriormente obligarán seguramente a los trabajadores a pensarlo dos veces antes de poner el dinero para su jubilación en manos del IMSS de nueva cuenta. Pero, por el otro lado, los manejos irregulares en gran parte de los bancos del país y las noticias de cada día acerca de desfalcos y desvíos de recursos, tampoco hacen confiables a los inversionistas privados.

La cosecha

Los ``duendes'' de la redacción hicieron otra de las suyas. Ayer en este espacio se hizo referencia al ex procurador General de la República, Ignacio Morales Lechuga, político de larga trayectoria que siempre ha manifestado orgullo por su origen veracruzano. Sin embargo, en la edición de ayer apareció que el también ex secretario general de Gobierno era nativo de Puebla. Por tanto, ofrecemos una disculpa, ya que en Veracruz está de moda atribuir orígenes diversos a los políticos y este error no tiene relación alguna con esos eventos