La Jornada 14 de octubre de 1996

Dos mil perredistas detienen al alcalde de Larráinzar y lo obligan a renunciar

Elio Henríquez, corresponsal, San Andrés Larráinzar, Chis., 13 de octubre Unos dos mil perredistas de este municipio --sede permanente del diálogo entre el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)-- ``detuvieron'' hoy al alcalde Marcos Hernández López y al síndico Agustín López Gómez, y los obligaron a firmar su renuncia, luego de haber destruido las oficinas donde despachaba el ayuntamiento priísta.

La situación en San Andrés es tensa, pues los priístas de este lugar están molestos por la detención y los insultos contra el edil y el síndico, quienes permanecieron amarrados con lazos en el corredor del palacio municipal desde las ocho de la mañana. Por la noche, el gobierno del estado informó que fueron liberados a las 17:25 horas.

A raíz de esos hechos, la subprocuraduría de Asuntos Indígenas de la PGJE inició averiguación por los delitos de privación ilegal de la libertad, lesiones, daños a propiedades y los que resulten.

Además de haber firmado su renuncia como alcalde, que fue redactada por los perredistas y dirigida al presidente del Congreso Estatal, Juan Carlos Bonifaz Trujillo, Marcos Hernández López fue obligado a firmar un documento en el que se compromete a entregar la chequera y tres vehículos del ayuntamiento en un plazo no mayor de 72 horas.

Los perredistas de San Andrés exigieron a Marcos Hernández que abandone la cabecera municipal y rinda cuentas de tres millones 819 mil 635 pesos que otorgó el gobierno estatal al ayuntamiento priísta como parte de los recursos del Fondo de Desarrollo Social Municipal 1996, según el Diario Oficial del 15 de febrero pasado.

``Nadie sabe cómo ni dónde se ha gastado ese dinero, porque a la gente no le ha beneficiado en nada'', afirmaron quienes tenían amarrados a los dos funcionarios. Incluso, dijeron, cuando los propios priístas van a solicitar apoyo la repuesta es que no han recibido nada.

``Pero aquí la gente dice que el presidente municipal priísta impuesto y apoyado por el gobierno ya se compró un rancho en Palenque, y el síndico una combi'', afirmaron.

El conflicto comenzó el primero de julio de 1995, cuando en un plebiscito los perredistas ganaron el cabildo, con el profesor Juan López González a la cabeza. Sin embargo, durante las votaciones del 15 de octubre de ese año los del sol azteca no acudieron a las urnas. Los priístas sí lo hicieron y oficialmente ganaron la alcaldía con dos mil 894 votos contra 32 del PRD.

Los perredistas habían dado por hecho su triunfo y por ello, a finales de diciembre de 1995, se apoderaron del palacio municipal y desde entonces ``despachan'' ahí, mientras que los priístas, reconocidos por las autoridades, se instalaron en otro lugar.

En varias ocasiones los militantes del PRD han demandado el reconocimiento de su ayuntamiento, pero el Congreso local se ha negado a hacerlo. Incluso han propuesto la realización de un plebiscito para terminar con el conflicto y la división en las 50 comunidades de San Andrés, pero no han obtenido respuesta favorable.

Ante la falta de solución por parte de las autoridades, los simpatizantes del PRD se concentraron hoy temprano y detuvieron al edil constitucional, al síndico y al juez municipal, Dámaso Díaz Díaz. Este último fue encarcelado y pronto liberado.

Los aproximadamente dos mil inconformes, entre ellos algunos priístas, manifestaron que las autoridades encabezadas por Marcos Hernández ``no representan al pueblo'', además de que ``apoyan la militarización en las comunidades y la formación de guardias blancas'', además de que ``promueven'' la venta y consumo de bebidas embriagantes.

Los tzotziles concentrados en la plaza central acusaron a los priístas de haber expulsado a tres profesores de la comunidad de Muctahuitz y de no permitir que los hijos de los perredistas reciban clases.

El oficio de renuncia que firmó el munícipe --redactado por los perredistas-- dice así: ``Solicitamos que se nos autorice renunciar definitivamente a nuestros cargos como presidente municipal y demás integrantes del H. Ayuntamiento municipal a partir de esta fecha porque no representamos a la mayoría del pueblo. Por el bienestar de mi pueblo ruego que la presente petición sea aceptada lo más pronto posible para evitar consecuencias posteriores''.

Antes de que estampara su firma ante todos los inconformes, los perredistas le acercaron el micrófono a Marcos Hernández para que leyera en tzotzil y en español su renuncia. Los militares que se encuentran acampados en las inmediaciones de la cabecera municipal no fueron movilizados.