La Jornada 13 de octubre de 1996

La Raza llegó a la Casa Blanca

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 12 de octubre ``La raza'' llegó en miles al traspatio de la Casa Blanca con un grito de guerra que en síntesis se articuló en un ¡ya basta! frente a la ola antinmigrante que se ha incrementado en los últimos dos años en Estados Unidos, y con esto la primera marcha nacional por los derechos de los inmigrantes y los latinos marcó lo que sus organizadores consideraron un nuevo ``despertar'' de su movimiento.

Pero lo más notable del evento convocado por la Coordinadora 96, fue que a esta marcha respondieron entre 40 mil y 50 mil personas que llegaron autorganizadas para una manifestación de las bases de la comunidad latina e inmigrante en este país.


Varias mantas de apoyo al pueblo de Chiapas y al Ejército
Zapatista de Liberación Nacional desfilaron ayer durante
la marcha de más de 90 minutos frente a la residencia del
presidente de EU.
Foto: Ap

Los innumerables comités, asociaciones, secciones sindicales, agrupaciones comunitarias y grupos estudiantiles se dedicaron a armar algo que fue considerado no viable por las grandes organizaciones nacionales latinas, cuyos dirigentes sólo respondieron al último momento, cuando se percataron de que el movimiento no sólo crecía sino que amenazaba con ser histórico. Finalmente, participaron los políticos latinos, los dirigentes de las grandes organizaciones y hasta la dirigencia del sindicalismo oficial a nivel nacional.

``No que no, sí que sí, ya llegamos a DC (Distrito de Columbia o Washington)'', coreaban los contingentes durante la marcha. Y es que se les decía que esto no era posible. Pero ``esto es un nuevo despertar'', consideró Carlos Arango, uno de los organizadores. Añadió que aquí se inicia una etapa que no sólo se define por la defensa de los inmigrantes, sino ``una onda propositiva donde las demandas son más amplias, crear una nueva conciencia... donde los protagonistas somos todos'' y no sólo de los autoproclamados dirigentes, comentó en entrevista con La Jornada.

``Esta es una celebración de todos los que vinieron, todos los que se quedaron pero que querían estar aquí, todos los que pensaron que perdieron su idioma, su cultura, su historia''.

Para Baldemar Velázquez, dirigente del gremio de jornaleros agrícolas de FLOC en Ohio, este evento establece una conciencia latina de unidad mas allá de regionalismos, de que ``nuestras luchas locales tienen que vincularse al nivel nacional''. En su discurso ante los manifestantes, Velázquez instó a reconocer que lo que está ocurriendo desde Canadá a Sudamérica tiene que ver finalmente con cuestiones económicas. Señaló enfáticamente que no deberían esperar a que los ``políticos nacionales'' u organizaciones los dirijan, que ahora la lucha debe ser librada empezando en sus comunidades.

Pero si se trata de un renacimiento de un movimiento latino y de inmigrantes, será decisivo cómo se define a su dirigencia. A pesar de que esta primera marcha nacional (no es la primera manifestación latina y/o inmigrante) fue producto de labores descentralizadas iniciadas en 1994 por unas 26 organizaciones de 13 estados, casi todas de inmigrantes mexicanos, y que creció a centenares de organizaciones, la lista de decenas de oradores hoy todavía estaba dominada por políticos hispanos selectos.

Al mismo tiempo, lo extraordinario de este evento fue la diversidad de organizaciones latinas de todos lados, pero la historia de cooperación entre diversas nacionalidades y sectores ha sido frecuentemente un impedimento a la construcción de un movimiento más amplio a largo plazo.

Orador tras orador alabó la unidad manifestada hoy, algunos señalaron que nunca la habían visto, ni esperado. Y representantes de las ya muy institucionales organizaciones nacionales latinas, como el Consejo Nacional de La Raza, LULAC, MALDEF y Votante del Suroeste, no estaban oficialmente presentes como anfitriones, aunque algunos de sus dirigentes hablaron en la manifestación. Uno de ellos fue Raúl Yzaguirre, presidente del Consejo Nacional de La Raza, quien en entrevista con La Jornada indicó que lo de hoy ``es parte de un movimiento con una larga historia''. Sin embargo, la marcha de este sábado no fue convocada u organizada por el Consejo de La Raza y movimientos similares.

¿Los latinos son americanos de EU o continentales?

Una confusión implícita surgió hoy, aunque no fue detectada por los oradores, pero que deberá ser enfrentada: ¿se trata de un movimiento de estadunidenses latinos o de un movimiento de americanos de las Américas? Los organizadores, los oradores, las consignas, todo indicaba ambas tendencias: el somos americanos fue traducido de ambas maneras (de Estados Unidos y de ser de las Américas). Hubo invitaciones a que todo americano a unirse a esta lucha, y llamados que sólo se limitaban a los latinos de este país.

Con la Casa Blanca a sus espaldas, Juan José Gutiérrez, dirigente de la Coordinadora 96 en Washington, y quien fue maestro de ceremonias este sábado, inició el mitin así: ``Estamos en el centro del poder mundial, que se escuche nuestra dignidad, que nuestro silencio hable fuerte'', y otros oradores repetirían el mensaje de que ``América es un continente, no un país''. Pero al mismo tiempo se hablaba ad infinitum sobre el derecho al ``sueño americano (estadunidense)'' y de los derechos ``constitucionales'' de este país para todos. Parece que la ``globalización'' todavía confunde el discurso político.

También notable fue la presencia a alto nivel de lo que parecería un nuevo aliado del movimiento proderechos del inmigrante: el sindicalismo nacional. La vicepresidenta de la AFLCIO, Linda Chávez Thompson, señaló durante el mitin el compromiso de su organización con las demandas de la marcha. Afirmó que a 20 mil trabajadores de la fresa en California, 5 mil afanadores en Washington y otros miles más se les niega el ``derecho humano de ser representados por un sindicato''. Todos ellos son inmigrantes, mexicanos, centroamericanos, asiáticos. Lo extraordinario es que hasta hace muy poco tiempo el sindicalismo oficial ha apoyado políticas antinmigrantes en su esencia.

Representantes de México

Tres diputados federales de México hablaron en el mitin, para recordar que las condiciones de este país también afectan al vecino. Martín Longoria se presentó a nombre de su partido, el PRD y de otras organizaciones, y dijo que la lucha que se enfrenta aquí y en México es común: ``porque ustedes son nosotros y nosotros somos ustedes''.

Miguel Angel García, del PRI, indicó que aquí se sentía el espíritu de los revolucionarios de América Latina: Bolívar, Martí, el Che Guevara y Benito Juárez. Carlota Botey, del PRD, habló de la lucha que viene desde la selva Lacandona, de Perú y aquí hacía ``una América sin fronteras''.