Carlos Bonfil
La larga marcha de Joris Ivens

La Dirección General de Actividades Cinematográficas de la UNAM presenta, de septiembre a noviembre, un estupendo festival llamado La memoria restaurada. En él destacan los ciclos ``El cine alemán antes de Caligari''; ``El cine silente japonés'', con obras de Ozu, Naruse, Shimizu y Futagawa; una retrospectiva del cineasta inglés Lindsay Anderson, y otra del documentalista holandés Joris Ivens.

A la larga marcha fílmica de Ivens (77 años, desde su primer cortometraje en 1911, La flecha ardiente, filmado a los 13 años, hasta Una historia del viento, realizado a los 90 en colaboración con su compañera Marceline Loridan), la caracteriza, en una primera etapa, finales de los 20, un afán de asimilar las propuestas estéticas de la vanguardia europea. Ya en los años 30, y luego de un encuentro en la Unión Soviética con el cineasta Pudovkin, se manifiesta en Invens, con vigor creciente, una clara vocación realista y un sentido de compromiso social con las clases trabajadoras. De esta época data su célebre documental Tierra de España (1937) sobre una comunidad campesina que recupera el control de sus tierras durante la guerra civil. (Un tema que en 1995 reelaborará espléndidamente el inglés Kenneth Loach en Tierra y libertad). Un año después, Ivens filma Los cuatrocientos millones, una toma de posición a favor de China en su conflicto bélico con Japón. Aquí comienza la larga y meticulosa atención que el cineasta dedica a los problemas sociales y culturales de diversos países asiáticos, cuyo punto máximo será la serie de doce películas sobre China comunista. Cómo Yukong movió las montañas (1973-75), visión panorámica de la vida cotidiana en China después de la revolución cultural. El documento, filmado en colaboración con Marceline Loridan, es de un enorme valor testimonial e histórico, pues a pesar de una evidente simpatía por el régimen, los cineastas no dejan de señalar sus contradicciones ideológicas (autoritarismo y burocracia). Sería un enorme acierto de la Filmoteca, la Cineteca o la televisión cultural procurase esta serie indispensable.

La visión crítica de Ivens y su estupenda libertad formal no brillan demasiado en su cine de la inmediata posguerra. Los primeros años (48), La paz triunfará en el mundo (51), La amistad triunfará (52) y La carrera de la paz (52) son, desde sus títulos, alegatos sin sorpresas a favor de la reconstrucción y la paz contempladas desde el paraíso del voluntarismo socialista. Cintas que son manifiestos de adhesión ideológica. En 1957, sin embargo, el acento lírico del artista holandés desplaza momentáneamente a la retórica del militante. Es el año de El Sena al encuentro de París, un recorrido de la capital francesa con sus faenas y placeres capturados desde el río en un largo travelling. Guión de Sadoul, poema de Prévert, voz de Reggiani: Palma de Oro en Cannes al mejor cortometraje. En los años 60, regreso a una visión militante revitalizada por el triunfo de la Revolución cubana. En 1961, el documentalista francés Chris Marker filma Cuba sí, y Joris Ivens Cuba, pueblo en armas y Carnet de viaje. También explorará la realidad chilena en El tren de la victoria (64) y A Valparaíso (63). En 1968, Ivens y Loridan realizan El paralelo 17: Vietnam en guerra, uno de los documentales clave sobre el conflicto, después de Lejos de Vietnam (67), filme colectivo de Resnais, Godard Varda, Lelouch, Marker y el propio Ivens.

En su última película, Una historia del viento, el holandés errante (como alguna vez se le llamó por su gusto de la aventura) regresa a China con el propósito de filmar lo infilmable: el viento, invisible y sonoro: tema de maestros, de Griffith a Víctor Sjostrom. Loridan filma al cómplice artista en sus momentos de debilidad física, con su respiración entrecortada por el asma, y en la súbita recuperación de su energía. A los 90 años, Ivens preside todo, ordena, organiza, es imperioso. Quisiera apresurar la llegada del viento, acabar con la placidez desértica que tanto anticipa a la muerte, respirar con rabia y emprender aventuras nuevas. Pocos meses después de terminar la cinta muere el maestro máximo del documental europeo.

``Joris Ivens, ciudadano del mundo'' se proyecta en la sala José Revueltas del Centro Cultural Universitario.