La comandante Ramona saluda a los asistentes al primer Congreso Nacional Indígena
Rosa Rojas y Matilde Pérez Los más de 600 delegados del Congreso Nacional Indígena (CNI) acordaron ayer un pacto de unidad para impulsar cambios legislativos profundos y que los acuerdos de San Andrés Sacamch'en se anexen íntegros a la Constitución mexicana. Esto, sin abandonar la aspiración programática de lograr un nuevo Constituyente y nueva Carta Magna, pues la actual ``está parchada''.
La asamblea se pronunció por la desmilitarización del país y por la reapertura del caso Conasupo en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
Acordó una movilización permanente, tanto en demanda de la autodeterminación y autonomía de los pueblos indígenas, como para que se respete el libre tránsito por el país del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Durante su arribo al Centro Medico. Foto: Raúl
Ortega
Exigió también la integración inmediata de la Comisión de Verificación de los acuerdos de San Andrés, con la participación de las partes, y se manifestó por la constitución de un Parlamento indígena.
Rechazó ``terminantemente cualquier iniciativa de reformas constitucionales sobre derechos indígenas provenientes de los poderes Ejecutivo y/o Legislativo, y que no sean de consenso con los pueblos indígenas o no consideren los acuerdos de San Andrés''. Acordó, en cambio, integrar una ``comisión técnica que le dé orden jurídico'' a las propuestas que se presentaron en el CNI, para que a su vez sean entregadas al Congreso de la Unión.
En la plenaria final, previa al arribo de la comandante Ramona a la Unidad de Congresos del Centro Médico Nacional, se dio lectura y se procedió al enriquecimiento y aprobación de los consensos a los que se arribó en las cuatro mesas de trabajo.
Este día el dispositivo de seguridad desarrollado por los voluntarios de diversas organizaciones civiles se incrementó en la medida que el número de personas que querían acceder al recinto se convirtió en una multitud, la cual acudió a dar la bienvenida a la representante del EZLN. No faltó quién dijera a los voluntarios: ``Ojalá siempre se preocuparán así por los indios''.
Un delegado del Consejo Guerrerense 500 Años comentó, divertido: ``¿Te acuerdas de los trabajos que toda la vida pasamos para conseguir la comida para los que vienen en las marchas? Pues ahora casi nos quieren dar de comer en la boca. ¡Ojalá siempre fuera así!''.
En la plenaria se determinó también que al momento de entregar su iniciativa de legislación, deberán realizarse movilizaciones a escala nacional, ``para que nuestra palabra tenga fuerza'', si bien se advirtió: ``El futuro de las organizaciones no depende de esta iniciativa. Lo que necesitan las comunidades son acciones concretas que vengan a potenciar la lucha de los pueblos indígenas''.
Luego de advertir que en los acuerdos mínimos de San Andrés hay ``ausencias importantes'', por la ``reticencia y autoritarismo del gobierno federal'', se acordó que se seguirá luchando por:
-Que se reconozca como sujeto de derecho a los pueblos indígenas y que éstos, en ejercicio de su libre determinación, decidan la forma de organizarse: comunidad, municipio, región, etcétera.
-Que se reconozcan y respeten los territorios de los pueblos indígenas.
-Que se modifique la Constitución federal, con el fin de que las tierras de los pueblos indígenas sean inembargables, inalienables e imprescriptibles, y los recursos naturales sean propiedad de los pueblos indígenas y sean éstos quienes decidan su forma de uso, explotación y conservación.
-Que se especifique que los pueblos indígenas podrán impartir justicia interna, según sus propias autoridades y sus propios sistemas y normas jurídicos.
-El derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas, la cual se ejercerá bajo un régimen de autonomía y que debe reflejarse en el reconocimiento constitucional de las ``Regiones Autónomas Pluriétnicas'', con personalidad jurídica, gobierno y recursos propios, que no se contrapone sino complementa a las autonomías comunal y municipal, y le da cuerpo al derecho de asociación. Las ``Regiones Autónomas'' podrán constituirse a demanda de los interesados.
-Reconocimiento a las formas de organización y gobiernos de los pueblos indios, con facultades para celebrar acuerdos, convenios y tratados con el Estado mexicano y con otros pueblos.
-Reconocimiento oficial de las lenguas indígenas y derecho a su uso cotidiano en todos los órdenes de la vida social: político, económico, jurídico, administrativo y educativo.
-Reconocimiento jurídico a los estatutos comunales y reglamentos internos, como instrumentos normativos y de derecho pleno de los pueblos indígenas.
-Garantizar que la recolección, transporte, uso, caza, pesca y consumo de plantas y animales sagrados, rituales y métodos curativos sean respetados, reconociendo las instituciones y prácticas espirituales indígenas, así como el respeto a los centros ceremoniales y lugares sagrados de los pueblos.
-Reconocimiento del patrimonio histórico y cultural colectivo de los pueblos, del derecho de autoría y propiedad intelectual de diseños, modelos, productos artísticos y medicinales. Así como que el gobierno apoye con recursos los proyectos de los médicos tradicionales y las instituciones de salud propias de los pueblos indígenas.
-Legislar el derecho de los pueblos indígenas al uso, aprovechamiento y control de los medios de comunicación tradicional y de los medios masivos de comunicación, como la radio, prensa, televisión y satélite.
-Reconocimiento de la educación indígena en todos sus niveles, y garantizar la formación profesional de los indígenas, así como que la planeación y ejecución de los planes, programas y proyectos estén a cargo de las instituciones propias de los indígenas. Crear centros educativos como universidades, tecnológicos, normales indígenas, etcétera, en el marco de la autonomía e identidad propias.
-Legislar por la igualdad de las mujeres indígenas, garantizando su derecho a no ser violentadas física, síquica, sexual ni económicamente. La autonomía económica significa que la mujer tenga equidad en el acceso a los medios de producción, a la propiedad y usufructo de la tierra. La autonomía política implica acceso igual a los cargos de representación popular, en la planeación, ejecución de proyectos y planes de desarrollo. La autonomía física significa la libertad para decidir sobre su cuerpo. La autonomía sociocultural es la tradición, usos y costumbres que no atenten contra su dignidad.
-Reconocimiento en la legislación del derecho a la pluralidad jurídica, a la facultad de legislar al interior de sus comunidades y regiones, a mantener sus cuerpos de seguridad y orden al interior de sus territorios, el derecho a tener jurisdicción en su territorio, a administrarse en materia agraria, de acuerdo a sus costumbres y visiones, a tener jurisdicción en los ámbitos civiles, a la recaudación de impuestos, así como el derecho a escribir su propia historia y a mantener su cohesión social y cultural, además del control de su territorio, comprendido por suelo, subsuelo y espacio aéreo.
-Se garantice que no se utilice la figura indígena (lengua, vestimenta, etcétera) para exposiciones de cualquier índole que no tengan como objetivo los que defina la voluntad de los indígenas.
-Deben ser reconocidos todos los derechos, como pueblos originarios, de los pueblos indígenas cuyos territorios han sido absorbidos por las grandes urbes o están en peligro por la misma razón. En los casos en que ya no cuenten con sus territorios, que sean indemnizados a petición de los interesados a tarvés de sus propias instituciones.
-Trato del migrante indígena de trabajo temporal con base en acuerdos internacionales en materia de trabajo que garanticen la seguridad social y económica, y el retorno a su comunidad de origen.
La asamblea se manifestó por la suspensión de todos los proyectos de conformación de áreas naturales protegidas dentro de los territorios indígenas, como es el caso de Los Chimalapas en Oaxaca; la Lacandona en Chiapas; la región Wixarika (huichola) en Jalisco; el territorio Kun Kaak (seri) en Sonora; la región maya de Quintana Roo; la Nación ñhañhu (otomí), y Xochimilco, en esta capital.
También por la suspensión de los megaproyectos turísticos, supercarreteras, hidroeléctricas, perforación y extracción minera y petrolera que atenten contra el equilibrio ecológico e integridad del territorio indígena.
Los acuerdos del Congreso Nacional Indígena están ya en Internet. La dirección de su página es: http//www.laneta.apc.org/cni
José Gil Olmos y Alma Muñoz Los ojos apenas se asomaban detrás del pasamontañas. La diminuta silueta no correspondía a la rechoncha figura que apareció aquel primero de enero de 1994. Había dejado atrás las montañas chiapanecas para trasladarse a la ciudad de México. La comandante Ramona alzaba las manos estrechando dos banderas mientras más de 3 mil personas vitoreaban al EZLN en las afueras del Centro Médico, donde se realizaba el Congreso Nacional Indígena.
La espera había sido larga en los hangares de la aerolínea Taesa. Se le aguardaba desde el mediodía, pero llegó hasta la tarde a bordo de un avión bimotor rentado que alargó más de una hora y media el viaje desde Tuxtla Gutiérrez, que normalmente se hace en 80 minutos.
En el aeropuerto se decía que nuevamente había recaído en el camino. El malestar en los riñones, inservibles desde hace más de dos años, dificultaba su traslado, pero al llegar a su destino la pequeña y delgada indígena tzotzil pareció recobrar aliento y, a pesar de los esfuerzos de la seguridad oficial, su saludo traspasó el cerco provocando la respuesta de cientos de estudiantes, amas de casa y trabajadores que la esperaban en la terminal aérea.
Desde temprano las medidas de seguridad en el hangar de la aerolínea fueron reforzadas. Agentes policiacos cerraron todos los accesos. En las puertas instalaron candados. Detrás de las rejas metálicas dejaron a los fotógrafos y representantes del Frente Zapatista de Liberación Nacional (FZLN). Sólo ingresaron los enviados de la Secretaría de Gobernación y de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), quienes metieron el autobús que más tarde trasladaría a la enviada del EZLN.
``El problema es que se quieren apropiar de un evento de la sociedad civil. Nosotros tenemos la responsabilidad de cuidarla, pero no nos dejan pasar. Dicen que tienen instrucciones de la Cocopa para que nadie pase a recibirla. Pero eso no lo vamos a permitir'', decía molesto Sergio Rodríguez, uno de los promotores del zapatismo civil, mientras en la entrada del hangar decenas de automóviles con pancartas y mantas esperaban la llegada de la comandante.
Sus protestas fueron vanas. En el momento de aterrizar el avión, después de un viaje de dos horas y media, la seguridad oficial tomó todas las medidas para impedir el paso a las instalaciones. De inmediato movieron el autobús y los que esperaban a la dirigente indígena no vieron la diminuta figura bajar de la nave en su primer viaje aéreo desde su natal Chiapas.
Acompañada de legisladores de la Cocopa, escritores, intelectuales y representantes de la sociedad civil, la indígena tzotzil llegó a la ciudad de México y, antes de abordar el autobús, de manera sopresiva, saludó de lejos a los estudiantes, a los miembros de la Central Unitaria de Trabajadores, de Alternativa Socialista y del FZLN que la esperaban para acompañarla en una caravana de automóviles hacia las instalaciones del Centro Médico.
Las patrullas y policía motorizada se instalaron en la avanzada. El autobús cruzó la ciudad seguida de fotógrafos, camarógrafos y representantes de organizaciones sociales. En la entrada del Centro Médico ya se encontraban reunidos más de 3 mil jóvenes, estudiantes, obreros, amas de casa y niños formando un cinturón de seguridad.
La comandante Ramona viajaba en los primeros asientos. Auxiliada por una joven que la sostenía de la cintura, la representante zapatista saludaba agitando las manos. Por la avenida Cuauhtémoc viajaba el autobús dorado y a su paso decenas de flores eran lanzadas. Por una de las ventanillas sacó las manos y decenas le correspondieron. ``¡Comandante Ramona, eres una chingona!'', gritó una joven universitaria enmedio del escándalo.
Del pasamontañas apenas se asomaban dos ojos negros que reflejaban una sonrisa. La indígena tzotzil se sobreponía a los dolores del cáncer en ambos riñones. La dialisis que la ayuda a purificar su sangre la esperaba para las siguientes horas, pero por el momento la comandante Ramona cumplía su papel de bajar de las montañas y traer un mensaje zapatista de paz y diálogo. Adentro del auditorio se escucharon los primeros y largos aplausos, en los que se perdió la pequeña figura zapatista