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Cárdenas: interés personal de James Jones en la venta de petroquímicas
Juan Antonio Zúñiga M. Los ingresos que el gobierno federal percibiría por la venta de los diez complejos y 61 plantas petroquímicas de Petróleos Mexicanos serían inferiores a los recursos que se requieren para su modernización, afirmó ayer Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, ex candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) a la Presidencia de la República.
Detrás de la intención de vender estas instalaciones ``se perfila claramente el interés estadunidense por recuperar la industria petrolera mexicana'', dijo Cárdenas y exhortó a la población a promover la organización porque en unos meses ``se deberá dar la movilización en defensa de la petroquímica''.
El dirigente moral del PRD estimó en 2 mil millones de dólares el monto que se requiere para modernizar las plantas petroquímicas a cargo de Pemex y aseguró que esta cantidad es menor a los ingresos que podría obtener el gobierno federal por su venta, lo que significaría dejar en manos de la iniciativa privada extranjera y nacional una área estratégica para la economía nacional.
Ante más de 150 dirigentes y miembros de El Barzón, Cuauhtémoc Cárdenas criticó la intromisión del embajador de Estados Unidos en México, James Jones, en asuntos de política interna, cuya resolución ``únicamente compete a los mexicanos''.
``Todos hemos escuchado las expresiones del embajador James Jones en lo que se refiere a la venta de las plantas petroquímicas y esto constituye una forma de intromisión en cuestiones que no son de su competencia. No es él quien tiene que decirnos qué es lo que nos conviene. Detrás de esto se encuentran las presiones del Fondo Monetario Internacional y la pretensión estadunidense de recuperar la industria petrolera'', dijo.
El embajador ``actúa no sólo por intereses políticos, sino también personales'', agregó Cuauhtémoc Cárdenas al referirse, sin mencionarlos, a los nexos empresariales y financieros de James Jones, quien antes de ocupar su actual cargo diplomático se desempeñó como presidente de la Bolsa de Valores de Nueva York.
Comentó que existe desasosiego entre las familias de los trabajadores de las plantas petroquímicas, pero también ``una férrea disposición'' a defender la permanencia de estos activos como bienes nacionales.