La lucha política, ``entre la audacia de la reforma y la terquedad de la conservación'', sostiene el titular de la SG
José Antonio Román En su última sesión al frente del Consejo General del IFE, el secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet, afirmó que ``no hay que engañarnos, en el fondo la reforma no es una lucha entre partidos, sino entre dos concepciones radicalmente distintas del México que queremos: la de la audacia de la reforma, para bien de México, y la de la terquedad de la conservación, para bien de unos cuantos''.
Chuayffet dijo que el país vive hoy tiempos de definiciones y de cambios, y se busca impulsar el desarrollo político de la nación. En ese horizonte, hay ``nubarrones'', pero no deja de ser un signo alentador la convicción compartida por los distintos actores políticos de avanzar en la reforma.
Por su parte, a nombre de los seis consejeros ciudadanos, Fernando Zertuche se referió a su convicción de que la pluralidad política que vive el país encuentra en las elecciones imparciales y equitativas la mejor fórmula. Para eso es necesario -agregó- que la reforma electoral concluya en el tiempo establecido con base en los consensos alcanzados.
``Nunca intentamos constituir una agrupación insólita dentro de un órgano colegiado'' (...) ``No subordinamos por nada, ni con nadie, nuestras decisiones'' (...) ``Propugnamos entender los propósitos de los ciudadanos y acrecentar la credibilidad y la confianza en los procesos electorales'', señala el breve documento firmado por los seis consejeros quienes, debido a la nueva estructura prevista para el Consejo General del IFE a partir de noviembre, también tuvieron su última participación.
Cada uno de los consejeros del poder Legislativo y representantes de los partidos políticos hizo un recuento de los trabajos y objetivos alcanzados por el organismo electoral que, en vista de los comicios federales del próximo año y como resultado de las reformas constitucionales en esta materia, modificará su actual estructura.
Dentro de los temas generales de esta última sesión, la cual duró poco más de cinco horas, los integrantes del Consejo felicitaron a Santiago Creel, José Agustín Ortiz Pinchetti, José Woldenberg, Ricardo Pozas, Fernando Zertuche y Miguel Angel Granados Chapa, por el trabajo realizado como consejeros ciudadanos y les agradecieron su participación.
Entre los cambios establecidos para la nueva estructura de dicho órgano, está, por ejemplo, el que el secretario de Gobernación deje el Consejo General del IFE para dar paso a su plena ciudadanización.
Chuayffet dijo estar convencido de que esta acción permitirá ampliar los ámbitos de la democracia mexicana. Por primera vez en la historia, el poder Ejecutivo queda sin representante en el órgano electoral federal. ``Ojalá sea para siempre'', expresó.
``Salgo convencido de que sólo por la vía de la democracia, de la auténtica democracia, se contribuye a la concordia y a la estabilidad de los mexicanos'', señaló el secretario de Gobernación, quien también se refirió a que ahora es importante que las buenas leyes se correspondan con una nueva cultura política para cerrar, de una vez y para siempre, la brecha que todavía separa a nuestro ideal democrático, de nuestra realidad.
Señaló que las actividades del Instituto seguirán desempeñando un papel fundamental, entre ellas, la del diálogo, que aleja el enfrentamiento. La polémica debe reinar aquí. Esta, sin que nos asuste, puede ser dura, ríspida, irónica, pero nunca, jamás, debe buscar la aniquiliación del contrario, del adversario.
De esta forma, en los próximos 20 días, en el seno del Congreso, los partidos políticos tratarán de llegar a un consenso para reformar las leyes secundarias en materia electoral y elegir a los nueve consejeros electorales ciudadanos, de los cuales saldrá el secretario general del IFE. En la nueva legislación, también se establece la supresión del voto a los consejeros del poder Legislativo.
Ortiz Pinchetti, al hacer una serie de reflexiones personales, señaló que su existencia como consejeros ciudadanos hubiera sido inexplicable sin un elemento psicológico de desconfianza hacia la clase política y hacia las elecciones presente en nuestra sociedad.
Dijo que la reforma constitucional votada el 30 de julio por unanimidad en las dos cámaras es el primer consenso en esta materia en la historia contemporánea, pero recordó algunas palabras del historiador Enrique Krauze, donde afirma que los cambios importantes que se han dado en México son siempre respuestas a agravios sufridos por el pueblo. La gran reforma electoral apunta en ese sentido, dijo Pinchetti.
La reforma sólo se explica por la violación sistemática que durante años tuvieron los derechos políticos; la autonomía completa del órgano electoral que se ha logrado ahora para superar la desconfianza de millones de mexicanos es respuesta a los abusos de participación del gobierno en el manejo de las elecciones, que permitió durante décadas la manipulación de la voluntad popular; las nuevas formas de financiamiento y acceso a los medios de comunicación, en forma equitativa por los partidos y candidatos, son respuesta al agravio para la oposición y para los ciudadanos causado por la competencia desleal que caracterizó a los procesos electorales de México, dijo.
Pero el hasta ahora consejero no quedó ahí, señaló que la integración del Tribunal Federal Electoral al Poder Judicial subsana el agravio de haber sustraído durante décadas una materia importante, como la electoral, del control del poder que en nuestro sistema es, al menos teóricamente, el encargado de velar por el cumplimiento de la Constitución y la legalidad.