Marco Rascón
Es su capital y su país

Vienen a la ciudad de México porque también es su capital y su país. Vienen porque sus naciones son el origen de la nación mexicana y una de sus bases históricas. Vienen porque su proyecto histórico es la integración y no el separatismo. Vienen por derechos propios para acabar con la desigualdad a la que han sido sometidos, la ``igualdad'' de la ley. Vienen porque abajo del asfalto y los templos sigue existiendo Tenochtitlan y porque este lugar, después de 504 años, los une. Esta ciudad sigue uniendo a la nación mexicana, pese a la colonia, el intervencionismo, la globalización y el neoliberalismo.

El criollismo se refugió en el liberalismo mexicano y convirtió la igualdad de la ley en la ley de los desiguales. Por ello el racismo criollo en México se volvió clandestino, se impuso a todas las culturas bajo la bandera del federalismo y la república. El centralismo (sincretismo entre liberales y conservadores) fue impuesto primeramente sobre las naciones indígenas mediante el saqueo de tierras, bosques, minas y personas para hacer valer la ley ``de los iguales''. La división política del país, los niveles de gobierno en la república, fueron un nuevo templo construido sobre las naciones indias, sus ciudades, sus pueblos, ritos y costumbres. El municipio libre, en los territorios indios siguió el curso de la barbarie de los colonizadores al norte de México y al sur de Estados Unidos, y la libertad del municipio no llegó, pero sirvió para imponer lengua, costumbres y leyes de la república criolla. En este aspecto, tras la independencia triunfó Iturbide y fue derrotado Morelos, pues los Sentimientos de la Nación excluyeron a todos los pueblos indios.

La actitud de México frente a las tribus apaches en el norte, hizo que la guerra contra ellas se convirtiera en instrumento para la separación y luego la anexión de Nuevo México y Arizona. México encargó su frontera a los peores, a Joaquín Terrazas (el Bernal de entonces), que goza todavía de una estatua en Chihuahua como héroe de Tres Castillos por luchar contra ``la barbarie''. La actitud de México combatiéndolos hasta el exterminio hizo que Géronimo, Cochise, Loco y Victorio, los últimos jefes apaches, terminaran en reservaciones indias que se convirtieron en prisiones militares. Más de un siglo después, aconsejados ahora por el neoliberalismo y la globalización, el gobierno mexicano declara la guerra frontal a los pueblos indios y les exige: rendición total no sólo militar sino cultural y territorialmente en favor de la economía de mercado. Con ello, se juega no sólo la extinción de las naciones indias, sino de la gran nación mexicana india, blanca y mestiza.

En el gobierno mexicano y la derecha, refugiada ahora en el liberalismo ``igualitarista'', ha renovado su sentimiento racista. El gobierno y la derecha, representados por el PRI y el PAN, están en contra de los derechos autonómicos de los pueblos indios, mientras en el norte promueven el separatismo de la federación. ¿Acaso no ha sido el PAN quien fomenta desde hace más de trece años el separatismo en el norte de México? Por eso, hoy se habla con mayor insistencia de un México del norte y un México del sur.

El Congreso Nacional Indígena debe tener claro que su combate y su batalla esencial es ideológica. Significa que hay que derrotar la concepción racista y conservadora del neocriollismo que se opone al reconocimiento específico de las naciones indias y que piensa que la descentralización y el ``nuevo federalismo'' sólo es para favorecer a las regiones ricas del país. Significa que ya está en marcha una política segregadora para el norte y otra para el sur de México, aunque ello signifique la descomposición del territorio. Norteamérica ve en el México del sur al petróleo y la derecha no se opone, pues sus fuentes de abastecimiento serían el norte de México.

El Congreso Indígena debe ganar la batalla en el país en favor de un México pluricultural y plurilingüe. Cohesionar el territorio e integrar a todas las partes, garantizando sus propios derechos, aunque ello signifique una nueva geografía política. De lo contrario, el neoliberalismo y la derecha separatista estarán declarando la guerra a los pueblos indios, mientras siguen el camino de Texas rumbo a la anexión. Esto sí es contra México y por eso México necesita un gobierno de los mexicanos. Por eso, el EZLN debe llegar a la capital del país.