La Jornada 9 de octubre de 1996

Las Udi, una lenta agonía para deudores

Roberto González Amador La oferta suena tentadora para el agobiado deudor que la recibe: sólo debe acudir a una sucursal bancaria y firmar un contrato que reduce en un tercio el pago de su mensualidad. Sencillo.

Pero para los 893 mil mexicanos que antes de la crisis contrataron un crédito hipotecario con la banca comercial, pagar el abono mensual de su casa se ha convertido en un callejón sin salida.

Hasta diciembre de 1994 los intereses anuales por un crédito hipotecario no superaban el 25 por ciento. El año pasado llegaron a rondar el 155 por ciento anual.

El disparo de los intereses durante 1995 colocó con un pie en la calle a los deudores de hipotecas.

La capitalización de los réditos incrementó hasta en 160 por ciento el saldo originalmente contratado, duplicó el monto de la mensualidad y alargó en una década el tiempo que el acreditado deberá pagar abonos al banco para no perder su casa.

``No tenía otra salida'', cuenta una deudora de Banamex, que en abril de 1994 obtuvo un préstamo hipotecario de 300 mil pesos a pagar en 20 años.

``El banco me envió por correo una carta en la que decía que por cada día que transcurriera sin restructurar el crédito mi saldo se iba a incrementar'', relata la deudora que adquirió una casa en un barrio de clase media.

Desde que contrató el préstamo y hasta julio de este año realizó pagos por un total de 85 mil pesos. Con el repunte de los intereses su saldo final creció hasta 685 mil pesos, sin contar los abonos de dos años. ``Tuve que restructurar en Udi (Unidades de Inversión, instrumento indexado al comportamiento de la inflación) porque no quiero perder mi casa'', añade.

Durante los dos primeros años de vida de su crédito, que ahora tiene un vencimiento a 30 años, esta deudora pagó abonos mensuales de 3 mil 300 pesos. Ahora, incluso con el descuento de 30 por ciento en la mensualidad --previsto en un acuerdo de apoyo a deudores hipotecarios vigente desde hace cuatro meses-- el abono es de casi 5 mil pesos.

Los créditos restructurados en Udi, un instrumento de cuenta a valor presente, irán incrementando su monto conforme crezca la inflación en México. ``Dentro de un año voy a volver a tener el mismo problema para poder cubrir la mensualidad'', afirma.

Es una situación que vagamente reconocen los directivos bancarios. Un funcionario de la Asociación de Banqueros de México (ABM) dijo a este diario que en los últimos seis meses un número importante de deudores hipotecarios que restructuraron en Udi volvió a caer en cartera vencida. ``No es todavía un número que podamos cuantificar, pero es una situación que se está presentando''.

La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) señala que la banca comercial tiene concedidos 893 mil créditos hipotecarios. Hasta el 18 de septiembre pasado, 621 mil 345, el 70 por ciento, había restructurado sus créditos en Unidades de Inversión.

En casi cuatro meses de vigencia del programa Ade Hipotecario --que reduce en un tercio el pago mensual de los deudores con créditos restructurados en Udi-- han sido restructurados pasivos por 20 mil millones de pesos, de acuerdo con la ABM.

La banca comercial dispone de 100 mil lones de Udi (una Udi equivale a 1.64 pesos) para restructurar créditos hipotecarios. Al 18 de septiembre había utilizado el 63 por ciento de esa cantidad.

Los directivos bancarios defienden la restructuración de hipotecas en Udi como la mejor manera encontrada hasta ahora de hacer frente a una deuda de este tipo. ``Es el esquema más viable porque la gente puede seguir pagando aunque la vida de su crédito se extienda por 10 años'', sostiene el directivo de la ABM.

Un cálculo realizado por los especialistas de crédito hipotecario de Inverlat sobre un caso hipotético, plantea los siguientes escenarios:

Se trata de un crédito solicitado a cualquier banco por 200 mil pesos, en noviembre de 1993, al que se aplicará la tasa líder más un diferencial de seis puntos, con corte al 31 de diciembre de 1995.

Si el deudor está al corriente de sus pagos, el saldo se incrementó a 360 mil 484.30 pesos y deberá cubrir una mensualidad de 3 mil 865.72 pesos, sin incluir primas de seguro.

Ese mismo crédito, restructurado en Unidades de Inversión tendría, también al 31 de diciembre de 1995, un saldo de 269 mil 792.51 Udi, alrededor de 360 mil 500 millones de pesos (al 30 de diciembre el valor de una Udi fue de 1.33 pesos). El pago mensual, en este caso, es de 2 mil 190.16 Udi, igual a 2 mil 927.20 pesos. La vida del crédito se extendió en 10 años.

Para el mismo caso, pero con nueve pagos vencidos, la situación es la siguiente:

Si el crédito se mantiene en pesos, el saldo original de 200 mil pesos aumentó a 397 mil 89.39 pesos. De esa cantidad, 360 mil 484.30 pesos corresponden al saldo acumulado, y 36 mil 605.09 pesos al saldo vencido. En este caso, el deudor enfrenta un pago mensual de 3 mil 865.72 pesos.

Restructurado en Udi, ese crédito con nueve pagos vencidos aumentó a 297 mil 188.37 Udi. La mensualidad, una vez restructurado y con la extensión de 10 años en la vida del crédito, asciende a 3 mil 248.54 pesos.

Para la ABM el programa de restructuración de créditos hipotecarios ha sido un éxito. No es una opinión que comparten los deudores consultados por este diario.

En abril de 1995, un profesionista contrató un crédito hipotecario con Bancrecer por 320 mil pesos a pagar en 20 años. Sus mensualidades eran en ese momento de 4 mil pesos en números redondos. Antes de verse obligado a restructurar su pago mensual se incrementó a 6 mil pesos y el saldo subió hasta 580 mil pesos.

``Ahora pago 5 mil 500 pesos mensuales, ya descontada la bonificación de 30 por ciento prevista en el Ade. Mi crédito se duplicó a pesar de haber pagado ya 60 mil pesos. En unos cuantos meses voy a estar en la misma situación que cuando restructuré. El sueldo no alcanza'', se queja.

Otra deudora de Banamex decidió suspender sus pagos desde hace 11 meses. Su crédito, de vivienda media, fue contratado por 119 mil pesos en noviembre de 1993. Después de haber cubierto mensualidades por 45 mil pesos, su saldo actual es de 314 mil 651.44 pesos.

``No puedo cubrir las mensualidades'', que han crecido hasta 3 mil 538 pesos, cantidad que supera su ingreso mensual.

A ella, como a miles de deudores, sólo les queda esperar hasta que el banco decida embargar su casa