La Jornada 7 de octubre de 1996

``Posibilidades reales en 35 municipios'', afirma López Obrador

Rosa Icela Rodríguez, enviada, Chilpancingo, Gro., 6 de octubre En 960 kilómetros de carretera guerrerense, Andrés Manuel López Obrador le tomó el pulso electoral al estado: ``la ciudadanía reafirmó su vocación civilista y no militar; esa es la mayor experiencia del proceso'', dijo al término de la jornada.

``El PRD demostró su fuerza política, aumentó su votación. La derecha no creció como se auguraba y, a dos meses de haber entrado, la nueva dirigencia entregará buenos resultados'', resumió el dirigente.

Con cifras de primera mano, desde temprano, el dirigente nacional del PRD perfiló el triunfo ``seguro en 20 municipios''. Su incertidumbre no era electoral. Palpó el abstencionismo, temía confrontaciones por operativos. Por la noche, con optimismo y con reportes del estado de que no hubo ``incidentes'', estimó que ``fue una jornada cívica. El pueblo reafirmó su gusto por la vía electoral''.

Hoy, López Obrador vivió prácticamente su primer triunfo: Iguala, la segunda ciudad en importancia económica del estado, y estaba pendiente de los resultados de Acapulco: ``estamos en la pelea'', aseguró. Pero fue cauteloso para dar opiniones sobre el comportamiento y la voluntad del gobierno federal y estatal sobre la transparencia del proceso: ``vamos a esperar'', dijo sonriente.

Al final de la jornada, todo eran sonrisas entre los dirigentes. Hace tiempo que no vivían ``buenos triunfos''. Jesús Ortega, Octaviano Santiago Dionisio, Humberto Zazueta, Rosario Robles, Leticia Burgos, Pablo Sandoval y otros se paseaban contentos. ``Funcionaron las brigadas del sol'', decía el dirigente.

A bordo de un avión procedente del DF, a las 10 horas, llegó al puerto de Acapulco, acompañado de Pablo Gómez, César Yáñez y Chuy Falcón. Fue directamente al Frente Cívico, habilitado como centro de cómputo del PRD. Allí fue recibido por el candidato a alcalde, Zeferino Torreblanca, con quien recorrió varias colonias populares, una de las cuales fue Ciudad Renacimiento, centro de población de reubicados de Rubén Figueroa. En su momento, los bajó de los cerros a regañadientes.

En el recorrido, López Obrador y su reducida comitiva observaron de lejos las casillas: poca afluencia, muchos baches en las calles, atraso y marginación en el puerto turístico más importante del Pacífico y de América Latina.

``Hay más cola para las tortillas que para votar'', dijo uno de los acompañantes de López Obrador, al observar, a las 10:30 horas, las casillas desoladas.

Zeferino Torreblanca, el empresario perredista, se veía muy seguro de su triunfo a esa hora. Decía: ``todo está tranquilo. Si no meten las manos, ganamos la joya de la corona''. Luego informó que el subsecretario de Gobernación, Natividad González Parás, le manifestó ``el compromiso del gobierno con la legalidad, sobre todo, dijo que le interesaba mantener la gobernabilidad''.

Después, tomó la carretera para la Costa Grande, mientras en los radios escuchaba los spots : ``...los acarreos se castigan con la cárcel''. Telefónicamente le reportaron algunas de estas prácticas por parte del PRI.

Como observador electoral, López Obrador estaba pendiente de los detalles de cada una de las rancherías que estaban a su paso: nada de retenes -ni un solo soldado encontró a su paso-, cantinas y bares cerrados, propaganda política en las paredes, ciudadanos alrededor de las urnas.

Alrededor de las 12:30 horas, el dirigente nacional perredista arribó a Coyuca de Benítez. allí se encontró, en la calle principal, camionetas con Observadores Electorales de Guerrero, AC, todos con sus cámaras de video. Al pasar, pudo ver el local municipal del PRI lleno de simpatizantes con caras largas.

Un moreno, alto y fornido, candidato a alcalde, le dio la bienvenida al comité de campaña. Octavio Navarrete Gorjón y la diputada Julieta Uribe Caldera rindieron el parte: ``una abrumadora mayoría de perredistas acudieron a las urnas''. Un escéptico -por experiencia- dirigente nacional los situó: ``vamos a esperar''.

Una de los pocos perredistas que estaban en el local, la señora María Concepción Terán, campesina de 60 años de edad, le señaló: ``Qué bueno que viene, licenciado, para que vea que no estamos solos y no nos hagan fraude''. Pablo Gómez dijo: ``este lugar es muy significativo, nos vamos a sacar la espina''. Se refería a las represiones, muertes y detenciones que han sufrido en ese lugar. El vado de Aguas Blancas pertenece a Coyuca. Por cierto, les reportaron que no se le permitió al representante electoral del PRD estar en la elección en el escenario de la matanza de los 17 campesinos..

López Obrador se encontró con que la noche anterior el gobernador Angel Aguirre Rivero había ordenado el retiro de la policía que custodiaba el palacio municipal de Coyuca, testigo de diversos enfrentamientos.

A las 13:25 horas, el tabasqueño hizo su entradaena Atoyac. Un policía, armado con un escopetón de principios de siglo, vigilaba la puerta de la casa de María de la Luz Núñez Ramos, candidata perredista a diputada. Entonces, pidió que lo guiaran a la casa del dirigente municipal, Mario Valdez Lucena, quien se quedó ciego después de haber sido herido gravemente, baleado por conocidos priístas, que ya salieron libres bajo fianza.

Los reportes de telefonía celular seguían: detalles de padrones (repeticiones, omisiones), reportes de personas asesinadas en Altamirano (``no se sabe si tiene que ver con lo electoral''), riñas en Yextla, Tixtla (``puñetazos y jaloneos''). Habló con casi todos los líderes, diputados y dirigentes que comisionó a lo largo y a ancho del estado. Se preocupaba por probables incidentes.

En bajos del ejido Comunidad de Coyuca, un retén de la PGR... De hecho, se observaron varias camionetas a lo largo del recorrido. ``No hemos visto un solo soldado, cumplió el general Enrique Aguirre Cervantes'', decían los perredistas.

A las 15:30 horas, regresaron a Acapulco. Más solidaridad para Zeferino. ``¿Cómo vamos?''. ``Si sigue así, ganamos'', decía López Obrador. A las 16 horas, otra vez carretera. Comida rápida a la entrada de Iguala. Habló con el secretario general, Jesús Ortega. Alejandro Encinas, Jesús Martín del Campo, Amalia García, Marcelino Díaz le dieron la bienvenida en la sede del PRD en Iguala. A las 18:30 horas, llegó corriendo un joven con los primeros resultados: ``Traigo puras pinches buenas noticias: en tres casillas, dos a uno''.

A López Obrador se le veía cara de satisfacción. Sin embargo, estuvo renuente a la entrevista: ``no me quiero adelantar, hay que esperar''. Felicitó a Amalia García por pasar su cumpleaños ganando Iguala: ``nada más y nada menos que la zona figueroíst''. Después, salió para Huitzuco y luego Atenango del Río. Vino la avalancha de informes. Taxco: ``va arriba el PAN''; Cuajinicuilapan, ``va el PRD tres a uno contra el PRI'', con 500 votos de diferencia, ``ya ganó Andrés''. Se refería al candidato Andrés Manzano; Iguala, Pungarabato, Cocula, Tlalchapa, Cuajinicuilapan, Benito Juárez, Teloloapan, Apaxtla, Cuauyutla.

Tendencias ``casi definitivas'': Ayutla, Azoyu, Tierra Colorada, San Luis Acatlán, Zirándaro, Ajuchitlán, Malinaltepec, Xochihuehuetlán, Coautepec, Alcozauca.

Coyuca, San Jerónimo de Juárez, Tecpan, !Altamirano!, Cruz Grande, Iguala, Pugarabuato, Benito Juárez, Acapulco, Coahuayutla, Apaxtla, Tierra Colorada, los perredistas, arriba.

Por la noche, alrededor de las 24 horas, López Obrador partió hacia Acapulñco para estar al tanto en el resultado de las elecciones de la ``joya de la corona'', donde los informes perredistas eran ``muy, muy optimistas''.