¿Más víctimas en el caso Colosio?
El martes 7 de mayo pasado fue asesinado en Plaza Satélite, a las 21:30 horas según las crónicas del día, un militar del que se sabe poco pero que investigaba y seguramente conocía pistas sobre el crimen de Luis Donaldo Colosio.
Teniente coronel de infantería, Jorge Luis Arroyo Rodríguez hacía un trabajo discreto, sin muchos colaboradores ni nombramientos oficiales como los otorgados a Miguel Montes, Olga Islas, Pablo Chapa Bezanilla y Luis Raúl González Pérez.
Pocos, muy pocos sabían la encomienda que tenía: conocer con precisión el desempeño de los cuerpos de seguridad que, cobijados con distintos nombres, participaron días antes y el 23 de marzo de 1994, en la campaña del candidato sacrificado. En esa búsqueda de información, de pistas, habló con muchos elementos y sobre todo con compañeros suyos en el Estado Mayor Presidencial (EMP), donde durante el sexenio anterior tuvo posiciones de confianza del general Arturo Cardona.
Arroyo Rodríguez se había reunido con Domiro García
La información del crimen de Arroyo es muy escueta, diríase que hasta contradictoria. El compañero Alberto Nájar proporcionó en La Jornada, el miércoles 8 de mayo, los datos que pudo obtener a pocos minutos del asesinato:
``Dos desconocidos asesinaron al teniente coronel de infantería José Luis Arroyo Rodríguez, quien según la Dirección de Protección Civil de Naucalpan era coordinador de seguridad del Estado Mayor Presidencial. No obstante, el cargo del occiso no pudo ser confirmado hasta el cierre de esta edición.
``El homicidio ocurrió en la calle Circuito Oradores sin número, en Ciudad Satélite, a las 21:30 horas. El militar, quien vestía de civil, estacionó su automóvil Ford Mustang negro modelo 1995 frente a un supermercado y esperaba a su esposa, quien realizaba algunas compras.
``De pronto, dos automóviles se pararon uno enfrente y otro atrás del Mustang, y de ellos descendieron dos individuos, quienes se acercaron a la ventanilla del conductor. Uno de éstos disparó al corazón del teniente coronel a quemarropa. Los agresores huyeron de inmediato sin que se conozcan hasta el momento las características de los vehículos que tripulaban''.
Nájar asienta más adelante que la bala, de calibre desconocido, ingresó en el hemitórax izquierdo. Y termina su breve nota: ``Según trascendió, de las primeras averiguaciones se ha hecho cargo hasta el momento personal militar''.
Las inició, porque horas después, narró el jueves 9 el reportero Jesús Aranda, ``las autoridades militares dejaron en manos de la Procuraduría General de Justicia del estado de México la investigación sobre el asesinato del teniente coronel (...), ya que existe la certeza de que se trató de un intento de asalto''.
Se asienta en la información: ``Confirmaron lo anterior fuentes oficiales, las cuales precisaron que el militar perteneció al cuerpo de seguridad del Estado Mayor Presidencial, aunque no formaba parte de la escolta personal del presidente'' Ernesto Zedillo.
Dice el antepenúltimo párrafo para describir una actitud que no ha cambiado casi cinco meses después: ``El Estado Mayor Presidencial guarda un absoluto hermetismo sobre las funciones que desempeñó Arroyo y sólo se confirmó que laboraba en el área de seguridad''.
Investigaba y sólo él sabía con precisión en qué etapa iba. Probablemente muy avanzada, pues una semana antes de recibir el balazo visitó al general Domiro García Reyes, responsable de la integridad personal de Luis Donaldo Colosio y del orden en la campaña priísta.
Una semana después mataron a un colaborador de Arroyo
Que haya hablado con Domiro puede ser casualidad, coincidencia nada más. Y coincidencia puede ser que una semana después del crimen en Plaza Satélite haya caído, en el otro extremo de la ciudad, uno de los principales colaboradores de Arroyo.
En la información recogida por el reportero hay confusión sobre la identidad de ese auxiliar, y fuentes militares consultadas dijeron que ninguno de los dos nombres obtenidos coincide con el hombre de confianza del teniente coronel.
No se precisan su nombre y su rango, aunque sí hay dos datos confirmados: ese colaborador era muy joven --entre 22 y 25 años-- y efectivamente fue asesinado en Iztapalapa, en condiciones similares a las de su jefe.
En los archivos policiacos no se encontraron signos que coincidan plenamente. El sujeto más cercano a aquellas características está registrado como desconocido y se le encontró en el cruce de Ignacio Zaragoza y Telecomunicaciones.
Tal vez fueron dos víctimas de intentos de asalto y su desaparición nada tenga que ver con el caso Colosio, pero llama la atención que ninguno fue despojado de sus pertenencias y que a Arroyo Rodríguez no le quitaran su automóvil, tan codiciado por los ladrones.
Difícilmente habrá información oficial algún día y, de ser dos crímenes comunes, ambas muertes nada tienen que ver con la lista que lleva la prensa de ejecuciones de personas relacionadas con el homicidio de Lomas Taurinas.
Para algunos hay más de una decena de asesinatos, otros tienen cuentas menores. Las confusiones parten con el director de la policía en Tijuana, José Federico Benítez López, muerto un mes después de Colosio cuando presuntamente llevaba una investigación paralela a la de la PGR.
Siguieron el subcomandante Sergio Armando Silva Moreno, el ex delegado de la PGR José Arturo Ochoa Palacios y Sergio Manuel Moreno Pérez; el jefe de la Policía Federal, Isaac Pérez Sánchez, el agente Jesús Romero Magaña, el subdelegado Ernesto Ibarra Santés y el comandante Jorge García Vargas.
El PRI apenas registró sus Estatutos en el IFE
El Partido Revolucionario Institucional vive una especie de indefinición. La militancia reclama aplicación de los nuevos Estatutos, pero no puede ser así porque no han sido sancionados por el Instituto Federal Electoral (IFE).
Los nuevos documentos del PRI alcanzaron vida el 22 de septiembre al mediodía, una vez que en el Auditorio Nacional los asambleístas sectoriales y de los estados los aprobaron por unanimidad y aclamación. Ese día no se repartieron los textos y la gente reaccionó con molestia por temor a que se les pretendiera editar sin los candados para evitar que advenedizos sean postulados candidatos a puestos de elección y que el aspirante presidencial del 2000 no tenga carrera de partido.
Pero no. El martes primero de octubre el texto se registró en la Secretaría General del IFE y ahí se asienta que la vida priísta se regirá por 183 artículos definitivos y siete transitorios. De ellos, 24 sólo sufrieron cambios de numeral, 111 se modificaron y 48 son nuevos. No pueden estar en vigor, como lo pide el priísmo, porque no se ha cumplido el artículo segundo transitorio: ``Los presentes Estatutos entrarán en vigor al ser sancionados por los órganos competentes que señalan la Constitución y las leyes de la materia''.
Dice el artículo tercero: ``Una vez aprobados los documentos básicos por la 17 Asamblea General de Delegados, se abrirá un periodo de hasta 90 días para revisar la integración de los consejos políticos Nacional, estatales y municipales, de acuerdo a lo señalado por los presentes Estatutos''. Hasta ayer había la intención de convocar a sesión del Consejo General del IFE para el próximo jueves 10 de octubre, a fin de dar a conocer los nuevos textos, las opiniones de los demás partidos y, dado el caso, ser sancionados.
Mientras, el PRI vive algunas situaciones imprecisas: muchos de sus empleados no tendrán pago de salarios --o reintegros por gastos, como se les denomina internamente-- a partir de octubre; hay secretarías y organismos técnicamente desaparecidos --Escuela de Cuadros y las secretarías de Coordinación Regional, de Movilización Ciudadana, de Asuntos Internacionales--, y otros cuyas funciones serán modificadas.
Acaso la falta de sanción del IFE influya en la no integración del nuevo Comité Ejecutivo Nacional, pero lo determinante en esto es que la llegada de Esteban Moctezuma para el próximo fin de semana modificará los proyectos de Santiago Oñate y los equilibrios internos.
De paso se intenta dejar atrás esa falta de formas en la legalidad que vivió el priísmo en su asamblea anterior, la 16; cuando en Aguascalientes apenas se votaron los nuevos documentos, José Luis Lamadrid dijo que estaban vigentes y sin más -época salinista-, dio la palabra a Genaro Borrego Estrada para que éste anunciara su traslado al IMSS.
De esa manera improvisada, sin registrar los Estatutos ante el IFE y sin atender las protestas de Ramiro de la Rosa y de Democracia 2000, se hizo la propuesta de Fernando Ortiz Arana para presidente y éste regresó a la ciudad de México con el liderazgo de su partido y de la Cámara de Diputados.
La cosecha
En la Secretaría de Gobernación seguían los esfuerzos para consensar las reformas al Cofipe. La sorpresa que se perfilaba anoche es la posibilidad de crear agrupaciones políticas, una ventana por la que podría entrar el EZLN y, con el simple deseo expuesto de convertirse en asociación, recibir el aval gubernamental para que asista al Congreso Indígena. Es tal el optimismo oficial que se piensa en enviar la iniciativa de cambios para el martes próximo. ¿Será?... La Contaduría Mayor de Hacienda de la Cámara de Diputados tiene que dar a conocer sus conclusiones sobre la desincorporación de Imevisión, hoy Televisión Azteca, antes del 15 de octubre. Salvo descubrimientos de último día, aquí se adelanta que no habrá sorpresas y se dirá que la licitación se cumplió de acuerdo con la normatividad. Es una buena noticia para Ricardo Salinas Pliego, mas no para una comisión que en manos panistas ha hecho mucho escándalo sin resultados, sin consignaciones, sin fraudes probados... Por otra parte, acaso Salinas Pliego ya se entendió bien con el gobierno, pues los auditores de la Secretaría de Hacienda no reportan anomalías fiscales en TvAzteca y Elektra. Elogian, en cambio, que el dueño de ambas empresas colabore con mucha disposición y les facilite su trabajo. Las investigaciones siguen... Un nuevo, discreto homenaje a Luis Donaldo Colosio será editado pronto. El PRI presentará un disco compacto con un concentrado de las ideas del candidato asesinado, a un costo individual de ocho pesos. Es secuencia del libro coordinado por el diputado Octavio West, secretario de Finanzas, quien obtuvo manuscritos de varios colosistas --Oñate, Melchor de los Santos, Samuel Palma, Cesáreo Morales--, concentró 566 discursos y ya vendió ocho mil volúmenes. Como la demanda es muy grande --hay 15 mil solicitudes por escrito--, el PRI piensa coeditar con alguna empresa privada. Las regalías irían a la Fundación Colosio... El dirigente de la CTM, Fidel Velázquez, salió bien de su operación del ojo izquierdo en el Hospital Inglés.