En 1948, Orson Welles aterró al público de Estados Unidos al anunciar, a través de la radio, que los marcianos acababan de invadir el planeta. Ayer, viernes, la delegación gubernamental que suele decir que dialoga con los zapatistas en Chiapas, montó un espectáculo inspirado en esta hazaña de la audacia.
Era muy temprano cuando el corresponsal de Radio Red en San Cristóbal de Las Casas informó que, en el curso de las próximas horas, una delegación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional saldría de la Selva Lacandona para trasladarse a la ciudad de México. Minutos más tarde, Gutiérrez Vivó, conductor del noticiero, telefoneó a Marco Antonio Bernal, representante de la Secretaría de Gobernación ante la Mesa de San Andrés, para pedirle una opinión al respecto. Bernal dijo lo que de unos días a la fecha tanto ha venido repitiendo: si el EZLN abandona la llamada zona de conflicto, ``se rompe la ley especial para el diálogo, se reactivan las órdenes de aprehensión y el gobierno aplicará las leyes comunes que rigen contra un grupo armado que le ha declarado la guerra y que tiene armas''.
A las nueve de la mañana, la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) solicita una reunión de emergencia con el jefe del gabinete político de Zedillo. El motivo aparente es la advertencia de Bernal, pero la razón de fondo que origina esta junta es el rumor de que se están produciendo inusuales movimientos de tropas en los alrededores del cuartel de Rancho Nuevo. Así, el encuentro de los legisladores con Emilio Chuayffet principia a las once de la mañana y culmina, dos horas después, con una declaración conjunta de la Cocopa y la Secretaría de Gobernación, que exhorta a las dos partes a reanudar el diálogo.
Al mismo tiempo, una de la tarde, el Frente Zapatista de Liberación Nacional (FZLN) efectúa una conferencia de prensa en las oficinas de El Barzón, también en la ciudad de México, y explica: la idea de formar una comisión de políticos e intelectuales de la sociedad civil para invitar a los zapatistas a viajar al Distrito Federal está en marcha; muchos de sus integrantes se encuentran ya en Chiapas. Empero, la visita a la selva ha sido aplazada hasta el próximo lunes, con el fin de permitir que la Cocopa intensifique sus gestiones en favor de esta clara iniciativa por la paz. Y subraya: esta decisión fue tomada anoche (la noche del jueves), después de escuchar el discurso de Zedillo en Ocosingo.
Minutos más tarde, con la voz del mismo corresponsal en Chiapas, Radio Red vuelve a la escena e interpreta que el viaje de la comisión de notables a la selva se ha postergado a causa de las declaraciones matutinas de Bernal y agrega, sin haberlo confirmado todavía, que el Ejército Mexicano acaba de establecer retenes militares a lo largo de la carretera de San Cristóbal a Las Margaritas, ``para impedir la salida de los zapatistas''.
Con la cuerda de Chiapas una vez más tensada al máximo, por culpa de la incapacidad, la intolerancia y la estrechez de miras de quienes administran un poder que ya no existe sino como depositario de la fuerza, el régimen se dispone a enfrentar una semana crítica.
A partir de las ocho de la mañana de mañana, ante la vigilancia de más de 15 mil efectivos del Ejército federal, se llevarán a cabo las elecciones municipales del estado de Guerrero. En esta contienda, cuyos preparativos han dejado una considerable suma de campesinos muertos, la administración de Zedillo se jugará el futuro inmediato de sus relaciones con la tercera fuerza política del país.
La nueva dirección del Partido de la Revolución Democrática, que encabeza Andrés Manuel López Obrador, ha hecho en la campaña de Guerrero un extraordinario esfuerzo por demostrar que en México todavía es posible la alternancia en el poder a través de las urnas. Pero si mañana se produce un nuevo fraude en beneficio del partido del régimen, el PRD tendrá que considerar la necesidad, no remota por cierto, de suspender sus endebles relaciones diplomáticas con la administración de Zedillo y movilizar la fuerza de su organización en todo el territorio mexicano para exigir un auténtico juego limpio.
De este modo, si falta a la palabra que empeñó para garantizar que mañana habrá unos comicios transparentes en Guerrero, el régimen entrará en conflicto, simultáneamente, con el zapatismo y con el cardenismo, es decir, con las dos corrientes históricas más antiguas de la historia moderna de México.
El ``gobierno'', es evidente, ha perdido el debate suscitado por la simple y sencilla idea de que algunos dirigentes del EZLN pudiesen venir al Distrito Federal a reunirse con los representantes de muchos otros pueblos indígenas para proponer un verdadero diálogo de alcance nacional con todas las fuerzas políticas del país.
La manifestación del 2 de octubre, netamente zapatista, y la hermosa foto de Fabrizio León, que ayer publicó La Jornada en primera plana y que muestra a los monjes de La Rábida con paliacates y carteles que desde ahora dan la bienvenida a los rebeldes del sureste, confirma que la campaña publicitaria del ``gobierno'' por impedir la llegada del EZLN al Distrito Federal se está revirtiendo en contra de sus autores.
Desprovisto de argumentos jurídicos y políticos para sustentar una razón que no tiene, la administración de Zedillo se ha convertido en un activo agente propagandístico de los presuntos visitantes encapuchados.
Mientras en México se multiplican las cartas, los desplegados, las declaraciones y los gestos a favor del EZLN, en Europa la efervescencia del zapatismo internacional adquiere lentamente la ruidosa magnitud de febrero de 1995.
El 2 de octubre, precisamente, en el paseo de Las Ramblas de Barcelona, hubo una concentración de simpatizantes del EZLN que marcharon gritando y exigiendo la liberación de los 16 supuestos zapatistas presos y la convocatoria, por parte de la administración de Zedillo, al diálogo nacional. En Reus, una ciudad cerca de Tarragona, otros manifestantes encapucharon la estatua del general Prim y la adornaron con pancartas que decían ``¡Zapata vive, la lucha sigue!'', al tiempo que en Madrid un numeroso grupo de hombres y mujeres colgaron carteles y paliacates de la estatua del oso y el madroño, en la céntrica Puerta del Sol, y demandaron para los zapatistas derecho de libre tránsito, no sólo por el territorio de México sino por el extranjero.
En Italia no hubo actos el 2 de octubre, pero el naciente ``Congreso de Asistentes al Primer Encuentro Intercontinental'' anunció una movilización nacional para el próximo día 12, fecha, dice el comunicado respectivo, en que ``se conmemora el 504 aniversario de la invasión de las Américas, que fue el principio de una historia que hoy encuentra en el neoliberalismo su síntesis actual''. Desde Roma, ciudad que es la sede del congreso, se reiteró la ``exigencia zapatista de diálogo nacional para todos los mexicanos'', y se acordó promover la formación de una comisión de diputados de la Comunidad Europea (CE) que ``presione para que el gobierno de México renuncie a la vía militar''.
Y al mismo tiempo, desde Francia, Bélgica y Alemania llegan faxes para anunciar que el otrora denominado Día de la Raza será de lucha y solidaridad con el EZLN ``en todo el continente europeo''.
Esta semana, Enrique Semo festejó sus primeros treinta años como historiador y con ese motivo la UNAM le rindió un homenaje al que asistieron algunos de sus colegas más reconocidos en el mundo, como Friederich Katz, el especialista en Pancho Villa, y otros estudiosos de la revolución mexicana, incluido el salinista John Womack.
Durante un coloquio efectuado en torno de Semo, varios de los participantes coincidieron en señalar que el momento actual que vive México se parece en mucho a los años finales de la dictadura de Porfirio Díaz, cuando la inseguridad campesina sobre la tenencia de la tierra estaba a punto de desencadenar la explosión de 1910.