Toman opositores la tribuna de la Cámara y revierten mayoriteo del PRI
Angélica Enciso y Oscar Camacho Guzmán El panista Jorge Padilla Olvera, como toda la oposición perredista, panista, petista y ciudadana, no cabía de gusto:
--¡No que no, jijos de la chingada...!, ¿pus qué creen, que ya nomás porque tienen la mayoría van a desechar todo lo que se les antoje? ¡Ni madres, ora sí se chingaron...!
Las fracciones parlamentarias del PAN, el PRD y el
PT, y los diputados ciudadanos, tomaron la tribuna
del Palacio Legislativo durante la sesión de ayer.
Foto: Ernesto Ramírez
Ni quien creyera que fuera del PAN.
``Lo van a excomulgar'', decían algunos reporteros. ``No'mbre, se lo van a jalar los del Bronx'', opinaban otros.
Y es que ayer, lo mismo que Padilla, la oposición toda en la Cámara de Diputados tenía motivos para festejar:
A un acto de fuerza priísta, que valiéndose de su voto mayoritario no escuchó las razones de la oposición para turnar una nueva línea de investigación sobre Raúl Salinas a la Comisión Conasupo, los diputados de PAN, PRD y PT respondieron con otro acto de fuerza --la toma de la tribuna y la interrupción de la sesión--, que terminó por doblar a los priístas.
Y con ello, las fracciones de PAN, PRD y PT lograron que una denuncia sobre tráfico de influencias contra Raúl Salinas de Gortari en la compra de seguros, se turnara a una Comisión Conasupo a la que ayer la oposición volvió a darle respiración de boca a boca para mantenerla con vida, a pesar del intento priísta por mantenerla en estado ``latente''.
En medio, como telón de fondo, la gobernabilidad de la Cámara.
``Con su política de desechar todo lo que la oposición plantea por la vía de su mayoría de votos, Roque está poniendo en riesgo la gobernabilidad de la Cámara. Y lo que pasó hoy es sólo un ejemplo de eso y de que los priístas ya no pueden tapar la corrupción sólo con negarla, pero también de que la oposición no está dispuesta a permitirlo'', decía el diputado ciudadano Tonatiuh Bravo.
Corría la parte final del orden del día de la sesión de ayer en la Cámara de Diputados, cuando Víctor Quintana, legislador del PRD, subió a la tribuna para denunciar que a su paso por Conasupo, Raúl Salinas de Gortari creó una empresa que, con prestanombres, actuó como agente en la contratación de los seguros de Diconsa entre 1990 y 1993.
El legislador pidió que se hiciera un exhorto para que se reuniera la Comisión Conasupo a fin de que conociera de la petición para abrir una nueva línea de investigación.
Pero la presidencia de la mesa, dirigida por el guerrerense Efrén Leyva, ordenó que se turnara a la Comisión de Régimen Interno y Concertación, integrada por los cuatro coordinadores parlamentarios, argumentando que en la sesión pasada se acordó que fueran ellos quienes decidieran el destino de la Comisión Conasupo.
Vino el enojo de los diputados de oposición que, como impulsados por un resorte, se levantaron de sus curules para exigir que se repitiera el procedimiento, argumentando que la comisión sigue viva y no ha desaparecido.
Roque Villanueva también se puso de pie y a gritos ordenó a Leyva que le diera turno a la Comisión de Régimen Interno.
Vino entonces un alegato de procedimiento, al tiempo que Cuauhtémoc Sandoval, Pedro Etienne y Javier González Garza subían a ver al coordinador priísta.
--Roque, el acuerdo del jueves pasado era que la Comisión Conasupo sigue viva, ¡respétalo! --demandó Garza González en el intento para que se turnara a la Comisión Conasupo la nueva línea de investigación sobre Raúl Salinas de Gortari.
Pero Roque Villanueva no entendía de razones y volvió a insistir:
--¡No, no hubo acuerdo sobre eso!.. Votación... somételo a votación... --le ordenó a gritos a Efrén Leyva, quien, obediente, no hizo otra cosa que acatar los órdenes de su jefe de bancada.
Pero se le pasó la mano, pues para acatar las instrucciones de su jefe, primero arrebató la palabra al perredista Javier González para dársela a la priísta Rosario Guerra, quien interrumpió para hacer una moción de procedimiento.
Y como Leyva se aferraba a enviar la petición a la Comisión de Régimen Interno, señalando que no estaba en funciones la de Conasupo, Garza demandó que se leyera el acta de la sesión pasada. Pero el acta no aparecía.
--¡Se la robó Salinas...! --gritó un panista desde su curul.
Cuando por fin tuvo el acta en sus manos, el secretario de la mesa le dio lectura y se confirmó que el presidente de la sesión anterior, el priísta Héctor Hugo Olivares Ventura, había declarado que la Comisión ``sigue viva...'', y con ello arreció la exigencia de la oposición.
Pero Leyva seguía aferrado a las órdenes de Roque y, en medio de las protestas, puso a votación si se turnaba a la de Régimen Interno, pero violentó el reglamento al preguntar únicamente quiénes estaban a favor, pues al tener registrada la mayoría del voto priísta, se le olvidó que por norma debe preguntar también quiénes están en contra y quiénes se abstienen, lo que ya no hizo.
Pedro Etienne, coordinador del PRD, se levantó de su curul y se dirigió al estrado, mientras en la tribuna el panista Fernando Pérez Noriega comenzaba su intervención. Entonces, Efrén Leyva cometió una pifia más.
Asustado por la gritería y las protestas, Leyva cortó el uso de la palabra no sólo al panista Pérez Noriega sino a todos los diputados, al decretar un receso de diez minutos, por considerar que no existían condiciones para continuar el debate.
A todos sorprendió, sin embargo, que la orden de Leyva estuviera impresa a máquina, en una tarjeta que llevaba consigo desde que subió a presidir la sesión y a la que dio lectura cuando la oposición se le fue encima.
--¡Remoción del presidente...! --estalló furioso Cuauhtémoc Sandoval, secundado por Pedro Etienne, quien enfiló hacia la tribuna llamando a los diputados del PRD a seguirlo, quienes ni tardos ni perezosos fueron tras él.
Los del PAN no se quedaron atrás, y en tropel también tomaron la tribuna, acompañados además por los petistas y los diputados ciudadanos.
--De aquí no nos bajan hasta que se respete el reglamento y se ordene que se turne a la Comisión Conasupo la denuncia --decían unos y otros.
Roque y los del PRI se quedaron de una pieza.
La negociación se impuso y los cuatro coordinadores se fueron a la parte posterior del frontispicio en busca de un acuerdo que permitiera destrabar el asunto.
El receso de diez minutos se convirtió en una suspensión de una hora. La sesión se reanudó luego de que Leyva ofreciera una disculpa a los legisladores y con la promesa de que respetaría el reglamento y la libertad de expresión de los diputados.
Luego dio a conocer el acuerdo alcanzado, según el cual la petición de abrir una nueva línea de investigación se turnaba a la Comisión de Régimen Interno, pero también a la Comisión Conasupo, aunque la oposición tuvo que ceder en que no se hiciera el exhorto para que esta última comisión se reuniera de inmediato a conocer del caso.
--Se tuvo que ceder en que no se reuniera la comisión luego luego, sino hasta que los coordinadores decidan qué va a pasar con ella, pero al aceptar que se le turne una nueva línea de investigación la mantenemos en funciones y con la aceptación de que no está disuelta -señalaban varios perredistas como Sandoval y Quintana.
Ya con el acuerdo, panistas, perredistas y petistas abandonaron el templete y dieron salida a su euforia:
--¡No que no, jijos de la...