NOBEL DE LITERATURA
Agencias, Estocolmo, 3 de octubre La escritora Wislawa Szymborska, indiscutible ``primera dama'' de la lírica polaca, obtuvo hoy el Premio Nobel de Literatura 1996, informó la Academia Real Sueca, convirtiéndose así en la novena mujer que recibe el galardón de las letras más prestigioso en el mundo.
Considerada a sus 73 años como poseedora de ``la gracia de un Mozart y la furia de un Beethoven'' en su poesía, fue reconocida por su trabajo lírico que ``expresa con irónica precisión su contexto histórico y biográfico en fragmentos de verdad humana. Su obra combina de forma sorprendente la espiritualidad, la riqueza inventiva y la empatía, lo que remite al mismo tiempo al Siglo de las Luces y al Barroco'', consignó el jurado al dar a conocer su fallo.
``Ha sido calificada de Mozart de la poesía por la riqueza de su inspiración y sobre todo por la leve gracia con que ordena las palabras, pero también hay algo de la furia de un Beethoven en su actividad creadora'', subrayó la Academia.
Los poetas de Polonia ya lo había intuido hace tiempo y lo refrendaron cuando el pasado lunes se le entregó en Varsovia un premio del Pen Club polaco. A este reconocimiento, la nueva Nobel suma numerosos galardones literarios extranjeros, entre ellos el Premio Goethe que otorga la ciudad de Francfort y el Premio Herder, de Viena.
Sin embargo, la selección sorprendió a muchos observadores, quienes esperaban que un novelista ganase este año el premio en vista de que el poeta irlandés Seamus Heaney fue galardonado en 1995.
Szymborska nació el 2 de julio de 1923 en el pueblo de Bnin, actualmente arrabal de la ciudad de Komik, oeste de Polonia, y vive desde los ocho años en Cracovia, en cuya universidad Jagellon estudió Literatura y Sociología de 1945 a 1948. En marzo de 1945 publicó su primer poema, ``Busco la palabra'', en el suplemento literario del diario Diennik Polski. De 1953 a 1981 trabajó en la redacción del semanario La vida literaria.
Son ocho los tomos de poesía publicados en Polonia en medio siglo de labor literaria --cuatro traducidos al alemán. El primero, aparecido en 1952, acusaba aún el impacto del realismo socialista literario por lo que la Academia Sueca considera que es un libro del cual la poetisa ``ha renegado''.
Fue a partir de 1956, tras el deshielo político de su país, cuando la escritora comenzó a desarrollar magistralmente su propio estilo. Con cada nueva publicación aumentaba su fama de creadora de la metáfora y del contrapunto poético, a la vez que realizaba traducciones de la poesía francesa de la Edad Media y de 1953 a 1981.
``Cuando escribo siempre tengo la sensación de que alguien está detrás de mí haciendo muecas. Por eso huyo, todo lo que puedo, de las grandes palabras'', ha comentado quien lleva una vida retraída en Cracovia y ha concedido una sola entrevista de prensa en su vida. Y es que, por un lado, ella considera una superficialidad someter su vida y su obra a la curiosidad de los informadores, y por otro siempre ha permanecido alejada de la política, a diferencia de otros escritores polacos como Czeslaw Milosz, Zbisniew Herbert o Andrzej Szczypiorski, quienes en los años ochenta abanderaron la oposición anticomunista.
Según declaró Szymborska hace cinco años --al concedérsele el Premio Goethe--el escritor nunca debe dejarse amarrar a ninguna carreta ideológica, ni tampoco cohibirse ante las ideologías, ni aún las más nobles: ``El escritor no debe usar esa herramienta, debe enfrentarse él solo al mundo''.
En los años ochenta colaboró, bajo el seudónimo de Stanczykowna, en la revista clandestina Arka y en la exiliada Kultura, publicada en París.
De espíritu independiente, su crítica de la civilización ``se expresa con frecuencia en fórmulas de una suave ironía, tanto más percutante'', considera la Academia Sueca. Sus poemas son nítidos, la mayoría cortos, casi aforísticos, su estilo multifacético ``muy difícil de traducir'' aunque ya existan versiones en las principales lenguas occidentales y en árabe, hebreo, chino y japonés.
Para ilustrar el arte de la galardonada, el jurado seleccionó la última estrofa del poema ``Nunca dos veces'', de 1980:
Sonriente, medio enlazados,
buscamos la armonía.
Aunque seamos tan distintos
como dos gotas de agua clara.
Lo esencial de su obra se encuentra en los siguiente libros de
poesía:
Por eso vivimos (1952), Preguntas a mí misma (1954), Apelación al yeti (1957), La sal (1962), Poemas selectos (1964), Gran número (1977), Poemas selectos II (1983), En el puente (1986), Fin y principio (1993). En prosa ha publicado tres tomos de crónicas de lo que empezó por ser su rúbrica de crítica general Lectura no obligatoria. Los volúmenes aparecieron en 1973, 1981 y 1992.
Al enterarse de la atribución del premio, la autora reaccionó con modestia: ``Me sorprende. Soy consciente de que el Nobel de Milosz era mucho más importante'', comentó de manera escueta. ``Me satisface mucho por la literatura polaca, aunque en Polonia hay muchísimos otros poetas como yo.... Tadeusz Rozewicz y ZbisniewHerbert, para mencionar a sólo dos de ellos. Tengo que compartir mi alegría con mis traductores, sobre todo con Karl Dedecius'', mencionó al traductor de sus obras al alemán.
``Son sus traducciones las que han llevado mi poesía por el mundo adelante'', concluyó al anunciar que dedicará a obras sociales el dinero del premio, en tanto el ministro de Finanzas de su país anunció que la autora quedará eximida del pago de impuestos, que sería del 10 por ciento.
``Es una gran alegría'', manifestó el presidente de Polonia, Aleksander Kwasniewski. ``Es un triunfo personal, pero indudablemente también lo es de la literatura nacional', escribió en un telegrama de felicitación a la galardonada. En tanto, el anterior jefe de Estado, Lech Walesa, reconoció haber reaccionado de manera ``más emocionada aún que cuando recibí el mío''.
Para Walesa esta distinción es importante ``pues en momentos de cambios económicos, este premio debería infundirnos optimismo y orgullo. Esta poetisa es una mujer sencilla y a la vez un gran personaje''.
Desde Berkeley (Estados Unidos), Milosz declaró a una emisora de radio polaca que había conservado la esperanza del premio hacia su colega puesto que la poesía polaca es reconocida como ``de lo mejor de Europa continental''. Wislawa --recomendó-- estoy conmovido y orgulloso. Si puedes, esquiva a los periodistas, escóndete donde sea. Yo mismo experimenté cuán penoso es el primer año como Nobel. Lo único que te quita es un tiempo que debería ser destinado para escribir'', aconsejó a su compatriota a través de las ondas.
Antes de Szymborska, los polacos ganadores del Nobel son Henryk Sienkiewicz (en 1905), Wladyslaw Stanislaw Reymont (1924) y Czeslaw Milosz (1980). Un quinto polaco, Lech Walesa, obtuvo el Nobel de la Paz en 1983.
En Francfort, donde se celebra la más importante feria literaria del mundo, una portavoz de la editorial alemana que publica las obras de Szymborska expresó júbilo por la decisión:
``Nuestro gozo es extremo. Ella es una gran autora y nos enorgullecemos muchísimo'', dijo la portavoz de la editorial Suhrkamp que ha traducido sus obras al alemán desde 1973.
Jonathan Galassi, presidente de la Academia de Poetas Estadunidenses, dijo que ``es una noticia maravillosa. Es la autora más grandiosa viviente en Polonia. Con Seamus Heaney ganador en 1995, y ahora ella, es increíble que dos poetas ganen en sucesión''.
A su vez, el crítico literario alemán de origen polaco, Marcel Reich-Ranicki, destacó la maestría en el uso del idioma y la expresión en Szymborska, así como su lírica irónica y reflexiva que ``tiende un poco a convertirse en poesía filosófica''.
A principios del año el PEN Club de Estados Unidos anunció la concesión de su premio de traducción a una de las obra de la poetisa, View with a grain of sand (Vista con un grano de arena) publicada por la editorial Harcourt Brace. En tanto, su trabajo se ha incluido en una antología de poesía femenina publicada por la Unesco y otra colección en inglés titulada Sounds, feelings and thoughts (Sonidos, sentimientos y pensamientos), pero expertos en literatura polaca consideran imperfecta la traducción.
Dotado este año con 7.4 millones de coronas suecas (1.12 millones de dólares aproximadamente) al igual que los otros premios será entregado el 10 de diciembre, centésimo aniversario de la muerte de su fundador Alfred Nobel (1833-1896).
Wislawa Szymborska
La muerte, sin exageración*
No es capaz de aceptar una broma,
de encontrar una estrella, o hacer un puente.
No sabe nada de telares, minas, ni granjas
de construir barcos ni de hacer tortas.
Cuando planificamos nuestro futuro
tiene la última palabra, la cual
no tiene nada que ver.
Ni siquiera hace bien las cosas
que son gajes de su oficio:
cavar una tumba
dejar todo limpio.
Preocupada de aniquilar
hace su trabajo con torpeza
sin sistema ni destreza
Como si cada uno de nosotros fuera su primera presa
Cierto, tiene sus triunfos
pero miren todas sus derrotas,
¡los golpes errados,
los repetidos intentos!
A veces ni siquiera tiene la fuerza
de aplastar una mosca en el aire.
Son muchos los gusanos que
la han abandonado.
Todos los tubérculos, las vainas,
los tentáculos, aletas y tráqueas,
plumajes nupciales y las pieles de invierno
muestran lo atrasada que está
en su desganado trabajo.
No se le va a ayudar con mala voluntad
ni siquiera con nuestras guerras y golpes de estado
¡está tan atrasada!
Los corazones laten en los huevos,
crecen los esqueletos de los bebés.
Las semillas brotan con sus pequeñas hojas
los árboles crecen
Quien afirme que es omnipotente
es prueba en vivo de que no lo es.
No hay vida
que sea inmortal
ni siquiera por un momento.
La Muerte
siempre llega un poco después
En vano jala la perilla
de la puerta invisible.
Lo que tú has recorrido
ella ya no lo puede borrar.
*Tomado por Reuter de Mirada desde un grano de arena (editorial
Harcourt Brace y Co, de Nueva York).