``La protección del flujo petrolero
(importado) es, claramente, parte
de nuestro interés vital que amerita
cualquier acción que sea apropiada,
incluido el uso de la fuerza''.
Harold Brown, secretario de Defensa de Estados Unidos, 1979
A través de una serie de decisiones administrativas, los gobiernos de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas manipularon la clasificación de los productos petroquímicos para transferir y englobar todos los básicos en la lista de secundarios, con el único propósito de preparar la entrega de los complejos petroquímicos, contraviniendo el principio constitucional de dominio directo de la nación sobre ese sector y haciendo a un lado los postulados económico-estratégicos que amparan la distinción entre petroquímica básica y secundaria.
De esta forma se arrebató a Pemex la explotación exclusiva de la petroquímica básica, la cual sigue existiendo, pero ahora disfrazada de secundaria. La ley permite que en la explotación de la petroquímica secundaria participen Pemex y las empresas privadas nacionales y extranjeras, aunque la participación de estas últimas debe ser minoritaria --con 40 por ciento del capital social, como máximo.
Los profesores e investigadores José Luis Manzo Yépez y Rosa Albina Garavito Elías, así como Yolanda Tovar Nieves, del Departamento de Economía de la UAM, consideran en su estudio Razones para no vender la petroquímica que, como la lista de petroquímicos quedó ``hueca'' al ser considerados éstos como secundarios, el gobierno ``rellenó'' el listado con productos que en realidad son hidrocarburos naturales y subproductos de la refinación del crudo, los cuales se utilizan como materias primas para producir los verdaderos petroquímicos básicos.
Así, la lista oficial de petroquímicos básicos está integrada por ocho productos. Los seis primeros son etano, propano, butano, pentano, hexano y heptano. Según diversos tratados sobre química orgánica, esos seis productos en realidad son hidrocarburos naturales, no petroquímicos básicos; los dos restantes (naftas y materia prima para negro de humo) son subproductos que se obtienen de la refinación del petróleo crudo.
En todo caso, la entrega al capital extranjero avanza no sólo en la petroquímica básica, sino también en otras áreas de la industria petrolera, como es el caso de la refinación, la perforación de pozos y el transporte de gas natural y gas licuado por ductos. Se olvida que cuando un país subdesarrollado abre totalmente las puertas de las áreas estratégicas de su economía a la inversión extranjera ello conduce sin remedio a establecer relaciones de subordinación económica y a la formación de enclaves económicos, que por lo general están orientados a producir para el exterior sin dejar beneficios a la economía nacional.
De aquí, de allá y de todas partes
Hay más razones de fondo para impedir la desincorporación de activos de la industria petroquímica. Para muchos mexicanos hablar de privatizaciones es también hablar de corrupción. Esta apreciación, en apariencia subjetiva, caló profundamente en el ánimo de ex funcionarios del Banco Mundial y funcionarios gubernamentales que participaron en la reunión anual conjunta del FMI y del BM en Washington, quienes solicitaron acciones más firmes para luchar contra ese problema.
Parte del dilema es que más de un tercio de la deuda externa total de los países del Tercer Mundo proviene de obligaciones directamente vinculadas a la corrupción, según revelaron esos expertos reunidos en la capital del vecino país del norte. Transparencia Internacional, organización financiada principalmente por gobiernos europeos, fundaciones y agencias de asistencia al exterior, también presentó una gráfica que demuestra que una parte del sector privado internacional percibe a México como el país más corrupto, con otras 37 naciones. En este índice de percepción de la corrupción, México es visto como más corrupto que Argentina, España y Chile, pero menos que Ecuador, Brasil o Colombia.
La sociedad mexicana sabe perfectamente que los procesos de privatización del salinato estuvieron plagados de vicios y corruptelas; que algunos funcionarios se autovendieron empresas públicas con prestanombres y que éstas se ofertaron por debajo de su precio real. Así, la corrupción, que algún funcionario de la administración pasada llamó ``un mal necesario'', sobrepasó las fronteras y ahora combatirla será condición indispensable para que el FMI conceda nuevos empréstitos a México.
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