La Jornada 2 de octubre de 1996

Teme perder el PRI al menos 12 municipios de Guerrero

José Ureña Guerrero irá el domingo próximo a elecciones con su imagen de pobreza extrema, de permanentes conflictos sociales, un movimiento de guerrilla latente y una administración gubernamental que, por tortuosa, debió renovarse en marzo.

En este ambiente de incertidumbre, el PRI ha elaborado su propio mosaico de previsiones y ha encendido luces de precaución en 12 de los 76 municipios y en dos de los 28 distritos de mayoría relativa.

No hay, advierte su dirigencia -conformada por René Juárez Cisneros y Nabor Ojeda-, riesgos en lugares importantes, pero sí una oposición que ha crecido con deserciones priístas y una crisis que no se remonta como anuncia el discurso oficial.

Ante este fenómeno, el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional (CEN del PRI) decidió tomar el control de las cruzadas por el voto y allá se encuentra un equipo de especialistas comandando por Enrique Jackson Ramírez, secretario de Acción Electoral.

Se ha hecho una estrategia de búsqueda del voto en cada manzana, en cada hogar. Pese a ello, hay temores por la suerte de los candidatos priístas en Iguala y Taxco, las dos ciudades de importancia donde la oposición se ha fortalecido y la competencia es muy cerrada.

Según los reportes del PRI, en días pasados comenzó a revertirse la tendencia negativa y se esperan triunfos en ambos municipios. Difíciles se ven, en cambio, lugares como Cuajuinicuilapa, donde el perredista Andrés Manzano Añorve lleva una delantera virtualmente imposible de borrar en días.

En la Costa Chica se preocupan por Florencio Villarreal, Ometepec, porque el PRD ha puesto especial empeño por ser la tierra del gobernador Angel Heladio Aguirre, y Tlacochistlahuaca, donde Carmelo Torres abandonó al PRI municipal con todo y seguidores para pasarse al Partido del Trabajo (PT).

Se sienten temores en la Costa Grande por Tecpan de Galeana y La Unión, un municipio cercano a Michoacán. Los reportes entregados el fin de semana al priísta Santiago Oñate indican que Atoyac de Alvarez, hoy gobernada por el PRD y sede del conflicto eperrista, está por ser recuperada.

En el centro del estado hay inquietud por Chichihualco, municipio pegado a la capital Chilpancingo y tierra del mezcal. No sucede lo mismo por la sede de los poderes estatales, donde la ventaja prevista por el PRI es de significación.

Hay sobrada angustia en Tierra Caliente por Tlapehuala, pues todos los priístas se pasaron al PAN y postularon como candidato a alcalde a Artemio de la Sancha, que tiene virtualmente asegurada la victoria.

Coyuca de Catalán podría ser ganado por el PRD y en Zirándaro, un municipio pegado a Michoacán, la pelea es pareja entre perredistas y priístas.

Eso en cuanto a municipios. Sobre diputados, los temores giran en torno a los distritos con cabecera en Teloloapan y Coyuca de Benítez.

Esos son lugares en riesgo. René Juárez Cisneros auguró que, pese a todo, el PRI mantendrá un alto porcentaje al final de los comicios, acaso comparable a 1993, cuando su ventaja fue de casi dos a uno frente al PRD: 281 mil 810 votos por 142 mil 504.

Fue, sin embargo, una diferencia menor frente a la cosecha de los candidatos a diputados, quienes se llevaron 283 mil 252 sufragios por 139 mil 971 votos. El PAN apenas tuvo 16 mil 818 votos para alcaldes y 18 mil 257 para legisladores