FMI y BM: no se dará crédito a países corruptos
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 1o. de octubre Los directores del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) anunciaron hoy un nuevo condicionamiento de los préstamos de esas instituciones: eliminar la corrupción en los gobiernos y proyectos particulares que sean apoyados por los créditos de estos organismos internacionales.
Describiendo lo que el denominó como uno de los ``11 mandamientos'' claves del FMI, su director-gerente, Michel Camdessus, declaró hoy que ``los gobiernos tienen que demostrar que no tienen tolerancia a la corrupción en ninguna forma''.
Aunque ni Camdessus ni el presidente del BM, James Wolfensohn, mencionaron específicamente a México, en privado otros funcionarios no dejaron duda de que ese es uno de varios países donde los directores de ambas instituciones están intentando llevar a cabo esfuerzos importantes para eliminar la corrupción.
Varios financiamientos otorgados por el Banco Mundial para proyectos en México a principios de los noventas, incluyendo algunos en Chiapas, han sido severamente criticados en informes internos del banco porque surgieron dudas sobre si los fondos otorgados fueron usados para beneficiar a las comunidades a las cuales estaban dirigidos.
``Tenemos que enfrentar el cáncer de la corrupción'', declaró el presidente del BM en su discurso de apertura de la reunión anual de su institución.
``El cuerpo directivo de banco no puede intervenir en los asuntos políticos de nuestros países miembros. Pero sí podemos ofrecer asesoría, aliento y apoyo a los gobiernos que desean luchar contra la corrupción; y serán estos gobiernos los que, a largo plazo, atraerán el volumen más grande de inversión... El cuerpo directivo no tolerará la corrupción''.
Más tarde, un funcionario del BM proporcionó a La Jornada una copia de las nuevas normas aprobadas por la institución el mes pasado, las cuales requieren que el Banco Mundial cancele préstamos específicos a gobiernos individuales si se detecta corrupción en el uso de cualquier crédito, y el gobierno no realizó ninguna acción para corregir el asunto.
Tanto el FMI como el Banco Mundial han estado revisando extensamente sus normas y recetas para sus socios del mundo en desarrollo, y además del tema de la corrupción, Camdessus y Wolfensohn subrayaron hoy la necesidad de enfrentar la crisis bancaria.
``Aproximadamente uno de cada cinco países en vías de desarrollo enfrentan una crisis bancaria'', declaró Wolfensohn, mientras Camdessus convocó a los miembros del FMI ``a cuidar urgentemente el talón de Aquiles de la economía global de hoy: la fragilidad de los sistemas nacionales bancarios''.
Pero mientras Michel Camdessus dedicó la mayor parte de su discurso de hoy a destacar la importancia de la ``vigilancia'' y la necesidad de disponer de más recursos para su institución, el presidente del Banco Mundial recalcó la trascendencia de abordar las necesidades de los pobres.
``Es la gente --los pobres y desaventajados-- que me ha dejado la impresión más grande'', declaró Wolfensohn. ``La simple economía les ofrece suficiente razón a los países industrializados para asistir a los países en desarrollo. Con sus 4.5 mil millones de personas, estos son los mercados de mañana''.
Según Wolfensohn, los flujos de capital privado a las naciones en vías desarrollo son ya unas tres veces superiores a los flujos oficiales.
El problema con estos recursos, de acuerdo con el presidente del BM, es que el grueso de los dineros --75 por ciento-- se destina a sólo 12 países. ``Unos 50 países --afirmó Wolfensohn--, la mayoría muy pobres, no recibieron virtualmente ningún ingreso privado''. Argumentó entonces que gran parte del programa del BM tiene que ser dirigido a esos países más pobres para el desarrollo de sistemas financieros, a fin de atraer al capital privado.
Pero Wolfensohn también sostuvo que el ``reto crítico'' para su institución es asegurar que los programas y proyectos cuenten con fundaciones sociales adecuadas. ``Sin el desarrollo social, el desarrollo económico no puede enraizarse''.
El banquero llamó a incrementar la participación social en las estrategias nacionales, incluyendo discusiones no sólo con gobiernos, sino con grupos comunitarios, organizaciones no gubernamentales y el sector privado, así como también más énfasis en temas sociales, culturales e institucionales.
Según varios funcionarios del BM, el programa en México se está convirtiendo en un modelo para esta ampliación de los programas del banco.
En una sesión informativa para la prensa, funcionarios del banco describieron cómo están trasladando a todo su equipo de México a la capital del vecino país para asegurar que la toma de decisiones se lleve a cabo dentro del país y cerca de las iniciativas.
Ademas, Olivier LaFourcade, director del Departamento de México del Banco Mundial, indicó que el banco ha ampliado sus proceso de consulta a tal punto que cuando recientemente se preparó el documento de estrategia para México, él consultó tanto con representantes del gobierno como de otros sectores fuera del circuito oficial.
Además, se informó que el Banco Mundial se está preparando para abrir una oficina de información pública en México, y se están traduciendo al español documentos claves, a fin de difundirlos más ampliamente.
En efecto, comentó un reportero en una sesión de pláticas con LaFourcade, la oficina del Banco Mundial en México se ha transformado en una sede casi tan poderosa como una embajada. ``O es más que una embajada --respondió LaFourcade-- porque tenemos un poco más de dinero y actividades un poco más concretas''.