La Jornada 2 de octubre de 1996

No hubo acuerdos entre Netanyahu y Arafat en la Casa Blanca

Afp, Reuter, Ap, Dpa, Ansa, Ap y Efe, Washington, 1o. de octubre El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Arafat, sostuvieron hoy un encuentro privado en la Casa Blanca, con lo que cerró, en un ambiente de expectativas, la primera jornada de la cumbre árabe-israelí convocada por el presidente Bill Clinton, para reactivar el proceso de paz en el Medio Oriente.

Aunque no se revelaron los resultados del encuentro, Netanyahu ya había excluido antes toda concesión sobre el cierre del túnel arqueológico que se encuentra bajo la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén oriental, cuya apertura provocó hace una semana violentos enfrentamientos entre israelíes y palestinos, que causaron 83 muertos, 67 de ellos palestinos.

El encuentro, que no estaba previsto en la agenda de la cumbre y por lo cual no se tenía un temario concreto, se realizó al finalizar un almuerzo, cuando Clinton y el rey Hussein de Jordania se retiraron para permitir que Arafat y Netanyahu dialogaran, de manera privada, durante tres horas.

Sobre esta junta, el portavoz de la Casa Blanca, Mike McCurry, afirmó que la naturaleza de la conversación entre ambos estadistas fue tal que resultó claro que pueden trabajar juntos y comenzar el tipo de diálogo que pueda resolver sus divergencias.

En declaraciones a la prensa tras su primer encuentro con el presidente Bill Clinton, Netanyahu manifestó su disposición de ofrecer a los palestinos la reapertura de las negociaciones sobre la retirada parcial del ejército israelí de la ciudad cisjordana de Hebrón y el levantamiento parcial del bloqueo económico impuesto por los israelíes a los territorios autónomos. Reiteró que respetará los acuerdos concluidos por los palestinos con los anteriores gobiernos laboristas de Israel.

Aunque McCurry dijo que la entrevista había sido ``cordial'', fue claro al señalar que a pesar del diálogo ambas partes están aún lejos de encontrar una solución a la crisis debido a las profundas diferencias de opinión.

La cumbre árabe-israelí comenzó por la mañana con encuentros bilaterales realizados por Clinton con Netanyahu, Arafat y luego con el rey Hussein, para después sostener un encuentro conjunto con los tres.

Momentos antes de que comenzara esta reunión conjunta, el presidente Clinton aseguró a la prensa que no habrá marcha atrás en el proceso de paz en Medio Oriente y que las partes están comprometidas en acabar con la violencia.

Clinton dijo que la conferencia concluirá mañana con una declaración, pero no formuló comentario alguno sobre los resultados, al indicar que la experiencia le ha señalado que lo que se comenta en público puede afectar una negociación.

El rey Hussein, por su parte, propuso designar a una comisión para analizar la controversia creada por la decisión tomada por Netanyahu de abrir el túnel próximo a los templos musulmanes.

Durante el encuentro conjunto, Arafat y Netanyahu se sentaron frente a frente, cada uno en un sofá, mientras Clinton y Hussein ocupaban sillones colocados uno al lado del otro. Para romper el hielo, el líder palestino y el primer ministro israelí se dieron la mano y un breve saludo.

Pese a las presiones estadunideses para rencausar el proceso de paz, el ministro israelí de Comercio, Natan Sharansky, resaltó que para Tel Aviv es ''imposible'' fijar una fecha para la retirada de sus tropas de Hebrón, y reiteró la decisión tomada de Netanyahu de rechazar la propuesta estadunidense para negociar sin dilación la espinosa cuestión apenas concluya la cumbre de hoy.

Un alto funcionario israelí dijo que Arafat y Netanyahu sostendrán este miércoles un nuevo encuentro para continuar las conversaciones destinadas a salvar el proceso de paz. ``Las decisiones sustanciales las tienen que tomar los interesados'', dijo Clinton.

Tras su encuentro, Netanyahu y Arafat sostuvieron reuniones por separado con el secretario de Estado, Warren Christopher, y este miércoles el primer ministro israelí se reunirá con el candidato republicano Bob Dole, quien además criticó a Clinton por la rapidez con que ha querido llevar el proceso de paz en Medio Oriente.

No obstante, continúa el escepticismo entre los árabes y la comunidad internacional de que esta cumbre pueda conseguir la finalidad que persigue.

El presidente egipcio, Hosni Mubarak, principal mediador reconocido por las partes, afirmó en El Cairo que nadie debe esperar que la cumbre de Washington cambie la situación, pese a señalar que de no cambiar sería malo para todos.

Mubarak se negó a asistir a la cumbre para dejar sentado su inconformidad con la política ``obstinada'' de Israel hacia los palestinos, y por no estar convencido de las buenas intenciones de Netanyahu ni de los resultados que puedan lograrse en esta cumbre.

``Para mí está claro que Netanyahu no quiere avanzar ni cambiar de actitud'', apuntó, y criticó el rechazo del primer ministro israelí de cerrar el túnel, posición que ``es un desafío a la opinión pública árabe, en el mundo musulmán y en el cristiano''.

El presidente israelí, Ezer Weizman, demandó flexibilidad al primer ministro y advirtió sobre el peligro de una nueva guerra en el Medio Oriente si la cumbre no consigue relanzar el proceso de paz.

Por su parte, los cancilleres de la Unión Europea pidieron a Israel que respete y cumpla con acciones concretas sus compromisos con los palestinos.

Manifestación pacifista en Israel

Mientras transcurría la cumbre en Washington, en Tel Aviv unos 30 mil israelíes se manifestaron en favor de la paz y para demostrar su oposición a la política de Netanyahu.

Un miembro del movimiento antianexionista Paz Ahora, Alon Arnon, expresó que éste es un día crucial para la paz, mientras el jefe del partido de izquierda Meretz, Yossi Sarid, afirmó que se manifestarán todos los días hasta hacer comprender al primer ministro derechista que no debe entorpecer el proceso pacificador, y añadió que si Netanyahu regresa de Washington con un acuerdo, lo apoyarán, pero si no harán todo lo que sea para que su gobierno caiga.

Varias organizaciones palestinas de defensa de los derechos humanos denunciaron el martes la puesta en estado de arresto de ciudades enteras de Cisjordania por parte de las autoridades israelíes, y advirtieron que si Israel no levanta las medidas, las explosiones sociales serán inevitables.

En Hebrón, palestinos arrojaron piedras a militares israelíes antes de que comenzara el toque de queda, pero los soldados persiguieron y dispersaron a los manifestantes abriendo fuego, con saldo de una persona herida.