La Jornada 29 de septiembre de 1996

Zedillo: la venta de petroquímicas, clave

El presidente Ernesto Zedillo declaró al canal CBS-Telenoticias que la privatización de los activos de la petroquímica secundaria, ``que son muy menores en lo que significa Pemex como gran conglomerado, se ha vuelto punto focal del éxito o el fracaso de las políticas de privatización''.

En este tema, subrayó, existe un problema de análisis, de información, de conocimiento y de calidad del debate. Y dio a conocer que está por recibir un dictamen del contralor de la Federación, quien le aclarará si existe o no problema jurídico para concretar la privatización. ``Ya una vez viendo la claridad jurídica, pues nos ocuparemos del asunto político'', agregó.

Zedillo aclaró que el tema de la petroquímica es uno de varios asuntos de privatización que se están llevando en el país, y que los iniciados durante su gobierno ``se están llevando a cabo exitosamente''.

Entrevistado por el periodista Raúl Peimbert, el jefe del Ejecutivo mencionó haber promovido una reforma constitucional para poder privatizar los ferrocarriles y que el proceso va conforme al programa.

Y expuso también: ``Yo promoví una nueva ley de comunicaciones para tener un sector de telecomunicaciones acorde con lo que estamos viviendo en todo el mundo, y creo que México va a ser un país de vanguardia en materia de telecomunicaciones en muy poco años, y eso también supuso, por cierto, una reforma constitucional en materia de comunicaciones vía satélite.

``Yo propuse una ley, una reforma a la ley reglamentaria en materia de gas natural, para poder privatizar la comercialización y la distribución de gas natural, porque era un desperdicio lo que estábamos y todavía hacemos en nuestro país. Somos riquísimos en gas natural y tenemos una industria de gas natural totalmente subdesarrollada, por haber tenido un monopolio en la distribución de gas natural.

``Estamos abriendo ese sector y las perspectivas de inversión son verdaderamente extraordinarias, y eso quiere decir empleos, quiere decir actividad industrial, quiere decir desarrollo .

``Hemos llevado a cabo la privatización de las terminales portuarias. Prácticamente ya concluimos. Vamos a privatizar las terminales aeroportuarias. Todas las privatizaciones que se han iniciado durante mi gobierno están marchando exitosamente y, por cierto, todas ellas han supuesto cambios legales, incluso constitucionales, que fueron apoyados plenamente por mi partido (PRI).

En el caso de la petroquímica secundaria, estamos hablando de una industria que no es, eh... pública; es una industria a la que ya concurre el sector privado. De tiempo atrás, desde que existe la petroquímica en nuestro país, Pemex tiene unos activos en petroquímica secundaria, eh, y esto ha llevado a una decisión de decir, bueno, si queremos meterle más dinero a la industria petrolera básica, una manera de hacernos de recursos es privatizar esos activos que no son estratégicos''.

Que gane el PRI en 97: Zedillo

Al inicio de la entrevista, concedida por el mandatario en Los Pinos, éste dijo estar trabajando para construir la democracia, y manifestó esperar que el PRI trabaje para ganar las elecciones de 1997.

``Como ciudadano y como votante, espero que gane el PRI'', indicó luego de aseverar que nadie lo puede privar de sus derechos y sus preferencias políticas.

``Naturalmente, mi preferencia política es que gane mi partido, el partido que me llevó a la Presidencia, el partido con el que guardo enormes coincidencias de tipo ideológico y en términos de las políticas para impulsar el desarrollo del país'', argumentó.

El mandatario reconoció que, como partido que ha estado tantas décadas en el poder, el PRI tiene un problema de credibilidad, la cual debe recuperar en el terreno de los hechos, porque ``las palabras se las lleva el viento''.

El PRI, sugirió, debe asumirse como uno más de los partidos políticos en México y ser más competitivo en las nuevas condiciones de la democracia.

Positiva, la reforma económica

El entrevistador preguntó a Zedillo si podría considerar que la estrategia económica del régimen anterior fue un fracaso, a partir de los resultados de 1995.

La respuesta del Presidente fue que esos ``juicios sumarios'' son poco adecuados y serios, y puntualizó que el cambio estructural iniciado en México en 1985 ``ha sido realmente muy favorable para el futuro de nuestra economía''.

Recordó que lo que él ha señalado como tema de preocupación respecto a la política económica del gobierno pasado, fue el hecho de que el ahorro interno se descuidó.

Y manifestó que la crisis financiera de 1995, de ninguna manera, puede negar ``las ventajas de las reformas estructurales emprendidas desde 1985.

En este punto, Zedillo señaló que los problemas de la pobreza que todavía se viven en México y en otros países latinoamericanos no se pueden atribuir a las políticas de liberalización, de reforma estructural, de apertura, de modernización del Estado.

``Yo considero este punto de vista equivocado, rotundamente equivocado'', sostuvo el Presidente y argumentó que los problemas de pobreza, de desigualdad, tienen raíces sumamente profundas, de siglos, en muchos casos.

``Que ahora se diga demagógicamente que todos los problemas que tienen nuestros países se deben a esas políticas de liberalización, bueno, eso no es cierto'', opinó.

Ernesto Zedillo consideró que si hay algún periodo al que se le debe de imputar el grado de dificultades que hoy vivimos, para enfrentar esos problemas, es el periodo en el que faltó democracia a los países latinoamericanos, en los que el criterio económico dominante era el estatismo.

La única y verdadera oportunidad para salir adelante, expuso, está en la democracia, por un lado, y en la construcción de auténticas economías de mercado, por el otro, y a partir de ellas generar recursos que permitan aplicar políticas sociales más ambiciosas.

Peimbert observó que hay analistas que señalan que los presidentes están más preocupados por la macroeconomía que por los bolsillos de la población. Pero Zedillo calificó ese análisis como ``una caricatura que falsea la preocupación de los políticos o de los presidentes''.

Los presidentes, explicó, no pueden hacer cosas que arreglen en lo individual la vida de las personas, sino tener políticas que influyan en las condiciones generales y éstas a su vez permeen en la población. ``Es una tontería decir que estamos preocupados por lo macro y no por el bienestar de las personas'', insistió.

Caso Salinas, decisión del PRI

A lo largo de la entrevista, el Presidente respondió a preguntas sobre el PRI, la militancia partidista de Carlos Salinas, las investigaciones del asesinato de Luis Donaldo Colosio, la reforma electoral, las elecciones de 1997, la paridad del peso ante el dólar, la industria petroquímica secundaria, el Ejército Popular Revolucionario (EPR), el Ejército Mexicano, la ley Helms-Burton, la relación México-Estados Unidos y el combate al narcotráfico.

Respecto a la demanda no atendida en la pasada 17 Asamblea del PRI, de expulsar a Carlos Salinas del partido, y si éste sigue ``pesando'' dentro de la organización, Zedillo aclaró que él no es vocero del tricolor y que se precia de ser el Presidente más respetuoso de la vida interna del mismo, en muchas décadas.

Ante la insistencia del Peimbert por conocer el punto de vista personal de Zedillo sobre el caso Salinas, el mandatario dijo que él no intervendrá en las decisiones que sólo competen a los órganos internos del partido.

``No he intervenido en la selección de candidatos, hecho inédito en la historia del partido. No intervine para señalar en qué términos debería desarrollarse la Asamblea... Y de la misma manera sería indebido que yo me pronunciase sobre asuntos que únicamente competen a los órganos internos del partido'', dijo.

``Descalabro'', en el caso Colosio

En este tema, Zedillo declaró que el fallo absolutorio en favor de Othón Cortés Vázquez fue un ``descalabro'' a la fiscalía especial, y que por ello acordó con el procurador general de la República, Antonio Lozano Gracia, poner a otro fiscal a cargo del caso.

Insistió en que la PGR tiene toda la libertad de acción para actuar en el esclarecimiento del crimen, y que conocer la verdad no debilitará al sistema político mexicano, sino, por el contrario, lo fortalecerá. ``Procúrese la justicia, procúrese el conocimiento de la verdad. Es la única instrucción que tiene de mi parte el Ministerio Público'', apuntó.

Elecciones limpias en 1997

El presidente Zedillo subrayó que el compromiso de desvincular al gobierno de los organismos electorales es absoluto, y que se están construyendo instituciones para garantizar el respeto al voto para que haya elecciones limpias, equitativas, transparentes y justas.

Y que para 1997 espera dos cosas: una, que las elecciones de ese año se desarrollen con toda legalidad, con toda limpieza, con pleno respeto al voto ciudadano, y dos, ``como ciudadano, como militante, mi corazón está con el PRI''.

De su partido, Zedillo opinó que los adversarios políticos del mismo le han construido leyendas e historias para descalificarlo. Y manifestó que, como militante, él espera que el partido actúe en el terreno de los hechos para ganar credibilidad.

Provoca al gobierno el EPR

La ley será aplicada en contra del EPR, dijo el mandatario cuando abordó el tema de este grupo armado. La persecución en contra de los eperristas, a los que calificó de ``delincuentes'', será un ``proceso muy pulcro'', por dos razones: ``Por razón jurídico-moral y por razón estratégica.

``Estos señores -afirmó- están provocando al gobierno, según ellos para que desatemos la represión, y que esa represión les genere a ellos simpatías''.

Zedillo se declaró en favor de un proceso más lento de investigación y de resultados, a un proceso que en aras de la rapidez vaya a caer en errores que se le reviertan al gobierno. En este sentido, se negó a revelar detalles de las investigaciones que se llevan a cabo.

Opinó que, desde cierto punto de vista, el EPR es una ``pantomima'', porque sus miembros dicen que representan un movimiento social reivindicatorio, pero por el otro asesinan a personas.

``Yo creo que hay una representación falsa, eh... de una realidad que ellos pretenden representar. Nadie que tenga una causa social legítima puede incurrir en el asesinato, en el asesinato cruel y cobarde. Los mexicanos sabemos qué es una revolución y hemos tenido solidaridad con otras revoluciones, y por eso tenemos la autoridad moral para decir: esos señores no son revolucionarios, son unos delincuentes''.

Sobre la Helms-Burton

El Presidente manifestó en la entrevista su profundo respeto por el Ejército Mexicano. Señaló que México seguirá acudiendo a todos los foros internacionales para lograr que Estados Unidos reconsidere la aplicación de la ley Helms-Burton.