La Jornada 29 de septiembre de 1996

EZLN: diálogo sí, pero verdadero

Elio Henríquez, corresponsal, ejido San José, Ocosingo #&164: Dirigentes zapatistas pidieron a la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) que continúe el diálogo de San Andrés Larráinzar, pero que sea ``verdadero, no de lengua'', y ``no sirva para que el gobierno avance en sus posiciones militares y políticas''.

Ante varios legisladores que visitaron este lugar enclavado en la selva Lacandona, los zapatistas afirmaron: ``No queremos migajas; para que muera la bronca necesitamos que se cumplan los diez puntos'' asentados en la primera Declaración de la Selva, el 1o. de enero de 1994, cuando le declararon la guerra al Ejército y al gobierno mexicanos.

Como ayer en la comunidad de Patihuitz, los indígenas de San José aseguraron que el subcomandante Marcos ``no suspendió el diálogo por su gusto; la gente le ordenó pararlo porque son 500 años de estar explotados y ya no aguantamos, ya basta, eso le dice el pueblo a Marcos''.

Hombres y mujeres, reunidos junto al río para hablar con los legisladores, dijeron estar dispuestos a llegar ``hasta las últimas consecuencias'', porque ``de por sí sentimos que nos está matando políticamente el gobierno, y preferimos morir conbatiendo, sale lo mismo; por eso se suspendió el diálogo, porque no sirve para nada''.

Lo que queremos, insistió uno de los dirigentes zapatistas en este ejido --puerta de entrada a la biosfera de Montes Azules--, es un diálogo ``verdadero, que sea en la realidad no sólo para que el gobierno avance en lo político y militar''.

El dirigente político pidió a los ocho miembros de la Cocopa que escuchaban atentos: ``Que ya se reinstale el diálogo, pero que sea verdadero, no sólo de lengua''. Y agregó: ``No te puedo decir para cuándo vamos a volver a comenzar el diálogo, porque hay que sacar el acuerdo en toda la cañada''.

El hombre, al que sus compañeros llamaban Martín, confirmó lo dicho por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en un comunicado del 19 de septiembre, respecto a que el 17 los federales hicieron un ``movimiento envolvente y cercaron la comunidad de San José'', lo cual motivó la vista de los cocopos.

``Es verdad lo que dice Marcos: el 17 se estuvo moviendo el Ejército; vinieron de San Caralampio y El Calvario, nos llegaron por los dos lados, y ayer y anteayer los federales hicieron sus movimientos y se pusieron en posición de combate; no sabemos qué pretenden con esto'', respondió el dirigente a los parlamentarios.

Después intervino una señora: ``Todos los días llegan los federales a espantar a las mujeres; no podemos ir a la milpa porque nos vienen a espantar los soldados, vienen de San Caralampio y El Calvario a cuidarnos. No queremos que vengan aquí''.

Otro de los dirigentes de esta comunidad fundada hace 26 años --zapatista en su totalidad-- reiteró su disposición a negociar, pero ``vemos que el gobierno nomás quiere dialogar con palabras no con hechos; mientras dice que dialoga su ejército patrulla, controla los caminos de las milpas, los potreros, los ríos donde se baña la gente''. Por eso, precisó, hasta que el gobierno ``controle estos actos volveremos a aceptar el diálogo''.

El senador priísta Oscar López Velarde quiso saber si han recibido algún apoyo del gobierno, como celdas solares, por ejemplo. El dirigente no lo pensó dos veces y constestó: ``No, no hemos recibido nada'', y sentenció: ``Pues mira señores, para que me entiendan, aunque nos entreguen celdas solares, aunque nos den un milloncito, son migajas para nosotros; lo que queremos es la solución de los diez puntos para que muera la bronca, y que se salgan los federales''.

Sin embargo, no todos los indígenas están de acuerdo en que se retire el Ejército de la selva. Antes de visitar San José, los legisladores estuvieron en San Caralampio --donde sólo ocho de las 80 familias son zapatistas--, y allí la mayoría priísta dijo: ``Nos sentimos seguros porque aquí están los ejércitos mexicanos''.

Allí, donde en febrero del año pasado algunos miembros de la Cocopa liberaron a un zapatista encarcelado por los priístas, los pobladores insistieron en que se sienten tranquilos y quieren que permanezca el Ejército.

Pero también pidieron que se reactive el diálogo de Larráinzar, porque ``si no hay negociaciones no hay paz y nos sentimos angustiados''. Destacaron la ayuda que les han dado los militares, sobre todo para transportar mercancías, ya que para llegar de San Caralampio a la carretera tienen que caminar de ocho a diez horas.

Poco después, los cocopos se entrevistaron con las familias zapatistas de ese ejido, las cuales dijeron que la suspensión del diálogo es ``para presionar al gobierno, que vea que tenemos fuerza''. Luego pidieron la construcción de la carretera, ya que cuando alguien se enferma es necesario llevarlo a Ocosingo en avioneta, con un costo de 900 pesos.

Al finalizar el recorrido, en nombre de la Cocopa el actual vocero, Oscar López Velarde, declaró que la información obtenida de las visitas de ayer y hoy por las cañadas será procesada, valorada y cotejada con la que les han presentado el gobierno, la Comisión Nacional de Intermediación (Conai) y otros organismos, y a partir de ello concluirán las iniciativas que tomarán. ``Hay una inquietud en las comunidades y así la vamos a procesar'', subrayó.

Explicó que las visitas se hicieron por solitud del EZLN, que denunció movimientos militares en la montaña, lo cual ``no favorece el diálogo''. Inicialmente, los legisladores habían programado una visita a la zona norte de Chiapas y a las cañadas, pero de última hora acordaron ir sólo a estas últimas y después a aquella región.

También suspendieron una reunión que tenían programado realizar ayer con la Conai en San Cristóbal de las Casas. Durante su estancia en Chiapas, hoy se entrevistaron con el gobernador Julio César Ruiz Ferro y ayer lo hicieron con el procurador Jorge Enrique Hernández Aguilar, para conocer la situación jurídica de diez presos del municipio de Tila, bases de apoyo zapatista que se encuentran en Cerro Hueco.