José Luis Manzo*
Pemex, irracional quema de gas

En el complejo petroquímico de Cactus se venía procesando parte del gas natural extraído de los yacimientos del mesozoico (Chiapas-Tabasco). A raíz de la explosión en dicho complejo, se perdió capacidad para procesar diariamente mil 359 millones de pies cúbicos de gas. Ante este hecho, las autoridades de Pemex tenían dos opciones:

1a. Suspender la extracción de hidrocarburos (petróleo crudo y gas asociado) en la zona del mesozoico, cerrando temporalmente los pozos que fuesen necesarios para compensar la capacidad de proceso de gas perdida. Esta opción significaba retrasar o posponer la producción de crudo y gas, pero no perderla.

Existen evidencias de que técnicamente esto es posible, sin que se afecten las condiciones de presión de los pozos, pues su relación gas/aceite es alta. Incluso, después de la explosión en Cactus Pemex cerró algunos pozos, y con ello redujo parcialmente la extracción de gas, en 294 millones de pies cúbicos diarios y la de petróleo crudo en 89 mil barriles diarios.

2a. Continuar básicamente con el mismo nivel de extracción con el objetivo de no retrasar, sobre todo, la producción de petróleo crudo superligero (Olmeca, que es la joya de la corona de las exportaciones de Pemex), aunque ello significara quemar grandes cantidades del gas asociado a dicho crudo, que no podría ser procesado a raíz de la explosión en Cactus.

Pemex se decidió por la segunda opción. ¿Qué razones influyeron en ello? Pareciera que el gobierno mexicano tomó la decisión de mantener a cualquier precio la extracción de crudo Olmeca porque no quiso interrumpir los compromisos de suministro pactados con el exterior y sobre todo porque, a raíz del crédito por 20 mil millones de dólares otorgados a México en febrero de 1995 por el gobierno de Clinton, Pemex quedó comprometida explícitamente a no reducir la plataforma de exportación de petróleo crudo, como una garantía adicional de que México conservaría su capacidad de pago para hacer frente a las obligaciones derivadas de ese crédito.

¿Cuáles son los costos de haber optado por la segunda alternativa en términos del valor económico del gas quemado y contaminantes emitidos al medio ambiente? Con tal de no retrasar, que no perder, la extracción de cerca de 20 millones de barriles de crudo Olmeca y 65 mil millones de pies cúbicos de gas por un valor total de 543 millones de dólares, en el periodo julio 26-agosto, 31 Pemex provocó los siguientes perjuicios económicos y ambientales.

a) Quemó 18 mil millones de pies cúbicos de gas, con un valor comercial de 43 millones de dólares. b) Además, dicha quema significó emitir a la atmósfera cerca de 940 mil toneladas de bióxido de carbono (que agravan el efecto invernadero y el consecuente sobrecalentamiento de la tierra) y 13 mil 700 toneladas de bióxido de azufre (que provoca lluvia ácida) emisiones que representan daños ambientales estimados conservadoramente en 75 millones de dólares, lo que arroja pérdidas totales por 118 millones de dólares.

En conclusión, si a raíz del accidente en Cactus Pemex hubiese optado por cerrar los pozos, habría dejado de extraer temporalmente hidrocarburos por un valor de 543 millones de dólares (importe que habría podido obtener mediante un préstamo, por el que habría pagado en ese periodo intereses por cuatro millones de dólares cuando mucho). En cambio, prefirió no interrumpir la extracción, a pesar de que ello significase quemar gas y provocar daños ambientales por 118 millones de dólares. Tales daños se refieren tan sólo al periodo mencionado, mas los que se hayan acumulado a la fecha y los que se agreguen hasta que Pemex cierre más pozos o bien sustituya totalmente la capacidad de proceso perdida a raíz de la explosión en Cactus, lo que ocurrirá hasta 1997 si bien nos va.

*Profesor-investigador del Departamento de Economía de la UAM-A e integrante del Grupo técnico de Oilwatch-México.