Miguel Concha
Universidad y derechos humanos

La realización del II Foro de Derechos Humanos no sólo constituye un hito importante para el Sistema Educativo Universidad Iberoamericana-ITESO que lo convocó, con sus valiosos planteles en Tijuana, Torreón, Guadalajara, León, Puebla y el Distrito Federal, sino que además está llamado a ejercer, en los momentos cruciales por los que atraviesa México, un sano efecto de estímulo en los demás centros de estudios superiores del país, particularmente aquellos que se declaran de inspiración cristiana. Y esto lo decimos no únicamente porque con él la UIA una vez más hace honor de manera ejemplar a su Ideario que expresa el reconocimiento y respeto de la dignidad de la persona humana, con todos sus derechos, por encima de los demás valores, y el promocionar en consecuencia cambios de acuerdo con la justicia social, plenamente ajustados a nuestra problemática y a nuestras realidades históricas, sino porque declara y promueve con hechos su convicción de estrechar vínculos con las organizaciones ciudadanas en las actuales circunstancias de intolerancia y falta de diálogo, ``para consolidar estrategias de reflexión y acción que se opongan a las políticas represivas, que frenan el tránsito hacia la democracia''.

Por ello, al final se volvió a comprometer junto con los más de 550 asistentes, muchos de ellos representantes de 180 organizaciones ciudadanas de defensa y promoción de los derechos humanos de todo el país, integradas por indígenas, obreros, campesinos, deudores de la banca, mujeres, religiosos, estudiantes y profesionistas, a colaborar conjuntamente en el impulso al pensamiento y la práctica de los derechos humanos, ``definiendo, en cumplimiento de su propia misión social, mecanismos que optimicen y complementen la labor que realizan cada una de las partes''; y a buscar que para fomentar una cultura de respeto a los derechos humanos, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) y la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES) ``colaboren también con los organismos civiles y estimulen la creación de proyectos académicos para la docencia, investigación y difusión de los derechos humanos''.

De particular relevancia en los tiempos que corren es su invitación a adherirse a la Declaración Final de los Asistentes a la Conferencia Internacional sobre la Protección de los Defensores de Derechos Humanos en el Continente Americano y el Caribe, convocada por Amnistía Internacional y firmada en Bogotá, Colombia, el 25 de mayo de este año, que de acuerdo con el Derecho Internacional de los Derechos humanos vigente, proclama el derecho individual y colectivo a defender los derechos humanos y obliga fundamentalmente a los Estados a proteger y promover activamente este derecho, ``evitando que se vea amenazado, restringido o suprimido'', y a resguardar ``las libertades y la integridad de quienes lo ejercitan''.

Cuando entre otras cosas se observa con gran preocupación la deliberada confusión entre las políticas de seguridad pública y la aplicación de la doctrina de seguridad nacional, la cesión de la soberanía y la galopante militarización a todo lo ancho y largo del país, la cancelación del régimen de Derecho y la paulatina desaparición del Estado de derecho por el que propugnamos los mexicanos --como acertadamente señala la Declaración Final del II Foro--, es sumamente oportuno e importante su llamado ``a todos los sectores que conformamos el Estado Mexicano, para que unidos con el gobierno, la empresa, los partidos, las iglesias, las familias, busquemos la reconciliación que nos permita firmar un nuevo pacto social que pare la guerra y garantice la justicia y la paz, indispensables para transitar a la democracia''.