La Jornada 21 de septiembre de 1996

¡Fue Salinas!, gritaban las bases; en la cúpula surgieron defensores

Ciro Pérez Silva y Rosa Icela Rodríguez Mientras que la base pidió a gritos que expulsen del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al ex presidente Carlos Salinas de Gortari, en la cúpula hubo incluso quien lo defendiera abiertamente.

Sentado en la primera fila, el veterano ex presidente priísta Alfonso Martínez Domínguez fue el único que públicamente se manifestó en contra de que echen a Salinas del partido: ``Eso es indebido e injusto'', exclamó molesto, y propuso que en todo caso la medida sea analizada por la Comisión de Honor y Justicia.

Pero no sólo hubo defensores --con oficio y oficiosos-- de Salinas, sino también como el gobernador de Aguascalientes, Otto Granados Roldán, de José Córdoba Montoya. De éste dijo que había actuado ``con gran valentía'' al ofrecerse a declarar sobre el caso Colosio.

--¿Se debe investigar a Salinas?

--A todos.

--¿Incluyéndolo a usted?

--Sí, y también a los medios, sobre todo, y no les digo nombres porque no vaya a ser --advirtió el mandatario.

En contra de los delegados de su estado, el gobernador de Querétaro, Enrique Burgos, pidió ``no caer en posiciones de franco linchamiento'', al referirse al ex presidente Salinas.

Sus palabras contrastaron con las exclamaciones que desde las gradas se escucharon contra Carlos Salinas de Gortari, precisamente de la delegación queretana. ``Si no se va Salinas, el PRI lo pagará caro'', profetizaban.

En tanto que la mayoría de dirigentes y líderes sectoriales del tricolor intentaban evadir el tema Salinas, el gobernador interino de Guerrero, Angel Aguirre Rivero, se sumó a las voces de condena.

--Considerando el costo político que Salinas ha traído al PRI, ¿es necesaria su expulsión?

--Yo creo que todo aquello que al PRI le haga daño tendremos que irlo desterrando, como el asunto al que a usted se refiere.

Durante la inauguración de la 17 Asamblea Nacional del PRI, los funcionarios se mostraron reticentes a manifestar su opinión personal sobre el ex presidente.

El anfitrión, Roberto Campa Crifrián, consideró que ``en lo personal a Carlos Salinas le interesa muy poco lo que resuelva la Comisión de Honor y Justicia sobre su caso. Yo preguntaría qué es más eficaz: que se tome una medida para un linchamiento público y dar así un golpe espectacular o profundizar en las medidas que vamos a discutir en la asamblea.

Y marcando su distancia, enfatizó: ``Hoy al PRI lo que le interesa es ver al futuro, y la suerte de Carlos Salinas de Gortari es asunto de él''.

Al momento de la pregunta, los políticos reaccionaban como si cayera en sus manos una papa caliente. El también ex presidente del PRI, Adolfo Lugo Verduzco, apresuró el paso mientras balbuceaba:

``Ahí sí, pero... perdón... prefiero esperar a ver qué dicen los compañeros. Discúlpenme...con su permiso''.

El dirigente del sector popular, Carlos Jiménez Macías, tampoco se atrevió a opinar: ``Eso será motivo de discusión de la asamblea. No es ese el tema que va a centrar la atención del evento. El tema (Carlos Salinas) ha hecho mucho daño al partido''.

Otro ex dirigente priísta, Pedro Ojeda Paullada, arquea una ceja y palmea en la espalda a los periodistas.

--¿La expulsión de Salinas, señor?

--No creo que progrese.

--¿Por qué?

--Ya lo verá. No hay sorpresas.

--¿Está amarrado?

--No hay nada amarrado, simplemente hay lógica.

Por su parte, quien prometió 20 millones de votos durante la campaña de Salinas, Jorge de la Vega Domínguez, también hizo mutis, quitó las grabadoras apenas escuchó el nombre del nuevo inquilino de Irlanda: ``No quiero hablar del asunto''. Lo mismo hizo el cenecista y amigo personal de los Salinas, Hugo Andrés Araujo: ``No tengo ningún comentario''.

A su vez el presidente de la Fundación Colosio, Agustín Basave, alertó sobre la posibilidad de que la suerte del ex mandatario se convierta en el centro de la discusión en la asamblea y levante ``una cortina de humo'' alrededor de los temas fundamentales.

Otros, como el campechano Rafael Rodríguez Barrera, de plano argumentaron una conveniente ignorancia del asunto: ``No conozco ninguna propuesta en ese sentido, sólo está presente en la prensa. Pero creo que un partido fuerte y de dimensión nacional no puede quedarse en temas de esa naturaleza. Responde a estados de ánimo del momento, muy justificables, pero tenemos que salir adelante para recuperar espacios''.

El ex gobernador de Jalisco, Guillermo Cosío Vidaurri, cesado de sus funciones durante la administración salinista, dejó atrás a los reporteros y luego codeó a otro político: ``Estos periodistas querían que me lanzara contra Salinas''.

Menos didáctico, el ex gobernador de Tlaxcala, Tulio Hernández, refirió: ``Yo no soy agente del Ministerio Público pa' investigarlo. Ese es un asunto político del partido. Antes de correr a Hermosillo de la selección hay que ver primero cómo se arregla el problema''.

El tlaxcalteca no limitó sus comentarios y habló de los nuevos modos de la política y hasta de política económica.

--¿De qué sirve una asamblea si no se llevan a cabo los planteamientos?

--Por lo menos sirve pa' que se vea que viene gente. Pa' darnos gusto a los que nos gusta la política.

--¿Es viable la política económica actual, o hay que modificarla?

--La política económica no es la que haga Dios, que en este caso es el presidente Zedillo, sino que se hace lo que se puede. Si yo fuera presidente me gustaría pensar como hace 40 años, simplemente hago la revolufia, cancelo la propiedad privada, les parto la madre a los ricos y reparto todo. Pero esto imposible porque estamos en plena globalización. No es asunto de Robinson Crusoe en una pinche isla. Toda política se debe hacer con la realidad y no con la magia y la mentira -advirtió.

Finalmente, Alfonso Martínez Domínguez admitió fallas y, a seis años, se manifestó en favor de olvidarse del liberalismo social. ``El PRI no tiene más ideología que la Revolución'', y dijo que ``si en algún momento se le adoptó (al liberalismo social) fue por errores que deben corregirse''