La Jornada 21 de septiembre de 1996

Clamor de priístas en la Asamblea

Ismael Romero Brazos en alto, unánimes en la exigencia, en el reclamo, los delegados priístas a la 17 Asamblea Nacional se manifestaron, a instancia de su presidente Santiago Oñate Laborde, por que la Procuraduría General de la República (PGR) llame a comparecer ``a todos aquellos que deban contribuir al esclarecimiento de la verdad, sin distingo de posiciones y responsabilidad política ocupada'', en el caso del asesinato de Luis Donaldo Colosio.

El gimnasio olímpico Juan de la Barrera vibró. Gobernadores, senadores, diputados, asambleístas, funcionarios públicos, mujeres, jóvenes y demás delegados gritaron: ``¡Bravo!, ¡duro!, ¡duro!, ¡duro!'', cuando Oñate convocó a la asamblea a pronunciarse con firmeza por el ``esclarecimiento definitivo del crimen de Luis Donaldo Colosio Murrieta''.


Beatriz Paredes Rangel, Fernando Ortiz Arana y Santiago
Oñate Laborde, durante la 17 Asamblea Nacional del Partido
Revolucionario Institucional.
Foto: Ernesto Ramírez

Los priístas se pusieron de pie. Se escucharon gritos condenatorios: ``¡Fue Salinas! ¡Fue Salinas!''.

Oñate cambió el tono de voz. Le imprimió más fuerza. Y los delegados lo veían, lo escuchaban de pie, emocionados, expectantes.

Y le aplaudieron con entusiasmo cuando pidió que la asamblea se manifestara por que los diputados y senadores, integrantes de las comisiones plurales creadas por el Congreso de la Unión para conocer y verificar los avances de la investigación, cuenten con el pleno apoyo del partido para continuar su tarea y puedan tener un papel más activo y demandante.

En muchos rostros se veía felicidad. ``¡Al fin!'', se escuchó exclamar a un delegado cercano a la mesa de honor, donde ocupaban su lugar los miembros de la mesa directiva.

Y también éstos, de pie, apoyaron a Oñate cuando pidió a la asamblea pronunciarse por que los dirigentes partidistas en todas las instancias y niveles asuman el compromiso de promover la movilización de la estructura partidaria exigiendo el esclarecimiento del asesinato de Colosio.

Oñate se dirgió a la asamblea y planteó: ``Está a votación la propuesta''.

Los asambleístas levantaron el brazo y, exigentes, demandantes, aprobaron los cuatro puntos.

Humberto Roque Villanueva, líder de la fracción priísta en la Cámara de Diputados y vicepresidente de la asamblea, declaró: ``Aprobada la propuesta, señor presidente''.

Y de nuevo los gritos: ``¡Bravo! ¡duro!'' Y las condenas se repitieron: ``¡Fue Salinas! ¡Fue Salinas!''.

Ratifican a Oñate y a Millán.

Con ello concluyó la primera jornada de esta asamblea que había iniciado con la elección de la mesa directiva, el pase de lista de asistencia y la aprobación del orden del día: informe de actividades del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), instalación de la Comisión Electoral para la ratificación del presidente y secretario general del Comité Ejecutivo Nacional, proceso de ratificación y votación, toma de protesta y mensaje del presidente del CEN. El informe del CEN fue aprobado. Y la ratificación de Oñate y Millán fue de trámite. Salieron del gimnasio para que los asambleístas deliberaran. Sus lugares, como presidente y secretario de la asamblea, los ocuparon, momentáneamente, el diputado Roque Villanueva y el senador Fernando Ortiz Arana.

El primero dio a conocer que obraba en su poder ``la expresión general de las delegaciones'' en favor de Oñate y Millán, y pidió a Ortiz Arana que procediera a tomar la votación económica de la propuesta. El apoyo fue unánime.

Roberto Campa Cifrián, líder capitalino, y su comité directivo fueron comisionados para informar a Oñate y Millán de la decisión. Roque Villanueva informó a éstos que habían sido ratificados por ``aclamación'', aunque no hubo tal. Y no faltó quien, entre los delegados, dijera: ``¡Seguimos con chamba!''.

La ruta de la reforma

Oñate y Millán rindieron protesta. Y el primero leyó un mensaje en el que habló de la ``ruta de la reforma'' que los priístas decidieron tomar después de las elecciones de 1994. ``Emprendimos la reforma del partido --aclaró el presidente partidista-- en la victoria'', y porque, agregó enseguida, ``los priístas entendimos el llamado que a la nación dirigiera, un 6 de marzo, Luis Donaldo Colosio Murrieta''.

Fue la primera referencia al mártir priísta, aunque antes, entre los asambleístas, ya se había escuchado a coro: ``¡Colosio!, ¡Colosio!, ¡Colosio!''. De hecho, así pasó lista la delegación de Sonora.

Oñate expuso que han sido dos años de continuado examen y debate, y apuntó que si el llamado por el cambio fue oportuno en su momento, su necesidad, ahora, es imperiosa. En ese momento, recordó el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu y la ``calumnia , irresponsable y sin castigo'', lanzada entonces en contra de la dirigencia priísta, encabezada por Ignacio Pichardo Pagaza y María de los Angeles Moreno.

Muchos otearon entre la concurrencia en busca de los dos, pero nadie los vio.

Los retos del PRI

El presidente del tricolor subrayó que los dos agravios, el de Colosio y el de Ruiz Massieu, no lograron cerrar el camino de la reforma, y que la crisis económica y el desfavor electoral de que vino acompañada, hicieron aún más apremiante ``repensar el poder y su ejercicio''.

Esta es la hora, dijo después, de apuntalar y fortalecer el desarrollo y el cambio, que funden una nueva relación del ciudadano con el poder público, que afirme una nueva relación, que afiance la legalidad, la convivencia y consolide, en la justicia, libertades.

Ofreció, en este contexto de cambio, impulsar el diálogo de paz en Chiapas, contribuir a sentar bases de la nueva legislación electoral y a reconstruir el poder y su ejercicio.

El reto, dijo Oñate, es consolidar un partido con la dimensión, la pujanza, la consistencia, la razonada disciplina y unidad que permitan llevar a los hechos el ideario de la Revolución.

Más adelante, cuando manifestó que todos los priístas deberán contribuir al cambio, Santiago Oñate entró de llenó al tema de Luis Donaldo Colosio.

A lo injusto de su muerte, dijo, se han sumado ineficiencias inexcusables en el establecimiento de la verdad, pero señaló:

``Mientras la justicia no se haga, queda a nosotros honrarle en la acción política transformadora, en la acción que consolide a su partido, a nuestro partido, al PRI, como la fuerza capaz de potenciar moralmente a la República ganando ahora el futuro''.

Y dicho lo anterior, presentó a la asamblea su propuesta de cuatro puntos, cuatro exigencias, cuatro demandas, que, definió, ``es apenas articulación de legítima y colectiva indignación, aun de comprensible exasperación de muchos, que aspira a reflejar un compromiso ético y político del priísmo de hoy con su más reciente historia''.

Informe de Millán

Anterior a Oñate, el secretario general del tricolor, Juan Millan, presentó ante la asamblea el informe de labores del CEN, que resumió en la siguiente temática:

Participación del PRI en la vida democrática del país; nuestra presencia política: la consolidación electoral; trabajo de los sectores y organizaciones, pilares del partido; Consejo Político Nacional, órgano incluyente, representativo y de amplia participación; nuestra organización: integración nacional a partir de la participación activa, capacitada y combativa; finanzas y administración y rumbo a la 17 Asamblea.

Millán informó que en el plano electoral la confianza de la mayoría de los electores le fue refrendada al PRI, gracias a su doctrina, su oferta, sus candidatos y, sobre todo, al trabajo de todos los priístas.

El esfuerzo permitió, dijo, revertir la tendencia electoral al reconquistar los espacios políticos que tradicionalmente han encontrado plena identificación con el ideario del partido.

Sobre las finanzas destacó que éstas se encuentran hoy en día en una ``condición de balance estable'', en cuanto a egresos e ingresos. Y que el gasto del partido, en términos netos, ha disminuido en 29 por ciento, como efecto de la aplicación de medidas de racionalidad y control, con respecto al año anterior.

Los trabajos de la Asamblea continuarán hoy