La Jornada 30 de agosto de 1996

Será una confrontación entre partidos conservadores, dice el líder del PRD-DF

Dirigente de la tercera fuerza política en la capital, el Partido de la Revolución Democrática, Armando Quintero define el debate de sus homólogos del PRI y el PAN: ``Es un debate entre dos partidos conservadores, cuyas propuestas no se distinguen ni por sus opciones de cambios sociales, ni por sus programas económicos''.

El perredista va más allá: ``el programa económico que ambos basan en las privatizaciones son un verdadero culto a la iniciativa privada, definida como eficiente y proba. Ambos favorecen a los grandes monopolios económicos''.

Marginado del debate, pese a su demanda pública demanda de que se incluyera en el mismo a una fuerza política representativa, que algunas encuestas equiparan actualmente a la del PRI, Quintero dice que hubo ``temor de Gonzalo Altamira- no y de Roberto Campa Cifrián a confrontar realmente sus sinrazones económicas y sociales con un proyecto alternativo real que representa el PRD''.

Si bien las coincidencias fundamentales que el perredista encuentra entre el PRI y el PAN tienen su mas nítida expresión en el proyecto económico, para el dirigente del PRD en el ámbito ideológico las distancias se han reducido y hoy existen enormes coincidencias.

El PRI -dice Quintero- está sumido en los vaivenes en sus definiciones ideológicas y en la actualidad se esfuerza en desembarazarse en el liberalismo social que dominó su discurso en la era salinista, como tampoco puede reivindicar el nacionalismo revolucionario. En ese vaivén su línea ideológica cada vez ha sido más conservadora.

Reivindicar de la figura de Lázaro Cárdenas, el dirigente perredista refiere que el origen ideológico del PAN no ha variado: ``es un partido que nación de la reacción al proceso más avanzado de la Revolución Mexicana. Es un partido sin proyecto social y enemigo de todas las luchas y procesos populares''.

Mas aún, Quintero ubica al PAN con posiciones muy cercanas al conservadurismo religioso, como lo han constatado los regímenes estatales que ha encabezado el PAN tanto en Guanajuato, en Jalisco como en Chihuahua.

En este contexto, el origen de la disputa es el poder político, dice Quintero, ámbito en el cual -define- ``no hay una postura realmente democrática''. El PRI está dominado por grupos ``dinosáuricos'' que han externado reticencias a la modernización política y apertura democrática del sistema político mexicano.

La actitud del PAN -evalúa el perredista- ha sido inconsistente y se ha caracterizado por el oportunismo político, cuya expresión más clara ha sido la concertacesión de Guanajuato.

La lógica ``democrática'' del PAN se basa en su avance pragmático en alcanzar victorias electorales sin que en eso importe la marginación de los principios democráticos.

En síntesis, el perredista advierte que los inmensos problemas que enfrenta el Distrito Federal difícilmente tendrán una alternativa política con una eventual victoria electoral del PRI o del PAN durante los comicios para jefe de gobierno de la ciudad en 1997. No hay alternativa real de gobierno con esas opciones políticas.