La Jornada 30 de agosto de 1996

Sacerdotes del Centro Histórico, por reglamentar la prostitución

José Antonio Román y Pascual Salanueva Ante el ``alarmante crecimiento'' de la prostitución en la vía pública, que se da ``con la complicidad de las autoridades'', los párrocos y sacerdotes católicos del Centro Histórico señalaron que es necesario elaborar un marco legal que reglamente este oficio y los llamados giros negros, que por lo general funcionan sin control alguno.

``Entre dos males, hay que elegir el menor'', señaló Martiniano Martínez Gutiérrez, párroco de la colonia Tepito, en referencia a la creación de zonas de tolerancia.

Señaló que la actual legislación en la materia es ``obsoleta'' y no se respeta. Comentó que, según las leyes actuales, no esta penado ejercer la prostitución en la vía pública, lo cual debe revertirse, dijo.

En conferencia de prensa, Alfredo Ramírez Jasso, rector de la Basílica de San José; Pedro de la Garza González, de la parroquia de la Santa Vera Cruz, y el mismo Martiniano Martínez, reflexionaron sobre el problema.

Informaron que el 13 de julio una docena de sacerdotes de parroquias y templos del centro de la ciudad de México se reunieron con el delegado en Cuauhtémoc, Alejandro Carrillo Castro, para intercambiar impresiones sobre el tema y expresaron su disposición a colaborar, en el ámbito de su competencia, en la búsqueda del bien común.

En el documento presentado ayer a la prensa, los sacerdotes, en representación de otros 25 párrocos y capellanes, incluido el de la Catedral Metropolitana, señalan que es urgente sensibilizar a la opinión pública sobre las graves consecuencias sociales que acarrea la prostitución como forma de vida y la incidencia delictiva que conlleva.

También llamaron a reflexionar sobre la indiferencia y despreocupación con las que se observa el ``notorio desarrollo que la prostitución ha adquirido en el ambiente urbano''.

``La generalización de este fenómeno, sin una reacción clara de nuestra sociedad, nos hace pensar que se está llegando a aceptar como normal este indigno comercio, que con toda razón puede considerarse la forma más degradante de la esclavitud moderna y vergüenza de la sociedad'', dice la reflexión de los sacerdotes, quienes retoman conceptos y afirmaciones del papa Juan Pablo II.

También plantean que es indispensable promover un análisis profundo de los factores que provocan la prostitución, a fin de elaborar programas de rehabilitación y prevención, mediante el apoyo a la estabilidad familiar.

``Hacemos este llamado conscientes de la complejidad del hecho social que tratamos y de todos los intereses creados que están en juego, pero debemos reafirmar los derechos de la comunidad y defenderlos. Están amenazadas la tranquilidad, la seguridad y la moralidad pública, los medios de descanso y diversión'', sostienen los religiosos en su documento.