La Jornada 22 de agosto de 1996

En el plan, stand electrónico de tiro y escenarios reconstruidos

Ricardo Olayo Al igual que sucede en las naciones europeas o con el Buró Federal de Investigaciones (FBI) en Estados Unidos, en la ciudad de México la Procuraduría de Justicia tendrá un edificio para capacitar a agentes judiciales en el descenso a rapel, probarlos en escenarios reconstruidos y en un stand de tiro electrónico. Esta nueva forma de trabajo servirá para reducir las ``décadas de rezago'' que hay en la investigación criminal en México, afirmó ayer el director del Instituto de Formación Profesional (IFP), René González de la Vega.

A mediano plazo, los estudiantes podrán competir con una computadora como parte de las prácticas para preservar el lugar de los hechos, mientras otro grupo recibirá adiestramiento especial para pilotear helicópteros y dirigir desde el aire la tarea de los efectivos pie a tierra.

El inmueble está concluido en obra negra y se ubica en las instalaciones del IFP en la delegación Azcapotzalco. Tendrá dormitorios hasta para 40 estudiantes de las procuradurías estatales que pagarán su capacitación en la PGJDF, en la ciudad de México.

Si bien la tarea de capacitar policías cuesta mucho dinero, ésta es la única opción para mejorar los cuerpos policiales, incluso antes que las depuraciones, afirmó González de la Vega. El funcionario dijo que además el gobierno debe hacer un seguimiento y evaluación de su desempeño, para garantizar que sirvan a la sociedad.

La profesionalización da resultados a mediano y largo plazos y en el DF serán evidentes en la medida en que se pueda sustituir a los funcionarios que no convienen al sistema de procuración por gente capaz.

Para finales de 1997 se habrá renovado 50 por ciento de la planta de servidores, y entonces podría advertirse que la profesionalización sirve para realizar una investigación científica, indicó. La delincuencia en el DF se ha vuelto más ``sofisticada'', y el instituto, creado hace 58 años, hasta ahora no ha tenido una respuesta tecnológica, explicó en entrevista González de la Vega.

La torre de cinco plantas tiene 7 mil metros cuadrados de construcción y estará lista en 10 meses; en ella se podrán dar clases hasta para mil 500 alumnos.

Los estudiantes serán los aspirantes a agentes del MP, policías judiciales y peritos, además de que se capacitará a servidores públicos en activo.

Según el proyecto arquitectónico, se ampliará la biblioteca, cuyo acervo será enriquecido y ordenado por la UNAM; se ampliará el comedor, habrá auditorios, laboratorios en balística, forense y retrato hablado, y aulas para estudiar idiomas.

En la planta baja estarán las oficinas académicas; en el primer piso los laboratorios de criminalística; el segundo piso será ocupado por los escenarios de simulación, en donde habrá butacas, al estilo de un anfiteatro; ahí se hará la reproducción de una casa o una institución bancaria, para que los alumnos aprendan a preservar la escena del delito.

En el siguiente piso habrá domitorios para alumnos y profesores invitados, y en el último nivel se instalará un estand techado de tiro electrónico que se realizará en una pantalla. Por una de las paredes se podrá practicar el descenso a rapel. Con esta ampliación, que significará 25 aulas más, toda la población estudiantil --que en estos momentos es de 900 alumnos-- estará concentrada en el inmueble y ya no distribuida en las instalaciones de Cabeza de Juárez y avenida Baja California. El IFP es un órgano desconcentrado de la PGJDF, por lo que está en posibilidad de aceptar alumnos de procuradurías estatales que mediante una cuota de recuperación pueden recibir preparación. El inmueble será adaptado con recursos de la PGJDF y a través del DDF se licitarán las obras.

El director del IFP viajó hace unos meses a España y Francia, donde conoció las escuelas donde se forman los policías. Visitó el instituto de Avila, en la provincia española, que se extiende en 64 hectáreas de terreno y prepara a todos los cuerpos policiales del país, que en ese caso conjuntamente realizan la labor preventiva y de investigación. Además, estuvo en Francia, y en el estado de Virginia, EU, donde el FBI forma sus cuadros, con formas de trabajo ya probadas en su efectividad que deben ser aprovechadas en México