La Jornada 22 de agosto de 1996

Más seguridad a empresas de Japón en México, pide Ryutaro Hashimoto

Elena Gallegos y Jesús Aranda Luego de aludir al secuestro de Mamoru Konno, el primer ministro de Japón, Ryutaro Hashimoto, pidió al presidente Ernesto Zedillo que su gobierno ayude ``aún más'' en tomar medidas pertinentes para garantizar la seguridad de funcionarios y empleados de las empresas japonesas que trabajan en el país.

Sin embargo, reiteró la ``permanente confianza'' de Japón en México y elogió la forma en que logró superarse la crisis económica que estalló a finales de 1994. Calificó de ``acertada'' la política que para ello implantó el presidente Zedillo y aseguró que la paciencia del pueblo abonó para que la economía esté en recuperación.


El presidente Ernesto Zedillo, su esposa Nilda Patricia
Velasco, Kumiko Hashimoto y Fernando Ortiz Arana, al
término del discurso del premier japonés Ryutaro Hashimoto,
en el Alcázar de Chapultepec.
Foto: Ernesto Ramírez

Por su parte, Zedillo le dijo que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte no significa que México pertenezca a ``un bloque cerrado'' y le aseguró que Japón puede encontrar en México un socio idóneo y favorablemente dispuesto para llevar su proceso de globalización hacia el Este.

Ambos hablaron así en la comida que el mandatario mexicano ofreció a su invitado. El tema de la seguridad fue el primero que Hashimoto abordó en su discurso. Ya lo había hecho en conversaciones privadas que sostuvieron en Los Pinos.

En las dos ocasiones transmitió un mensaje de agradecimiento en su nombre y en el del presidente de Sanyo por la liberación de Konno, y por los esfuerzos del gobierno mexicano para que ésta ocurriera.

Comentó que horas antes de viajar a México se enteró de la noticia de la liberación, lo que lo tranquilizó ``enormemente'', y agregó que antes de partir, los ejecutivos de Sanyo le pidieron transmitir también al gobierno mexicano su firme disposición de continuar con sus actividades de producción y venta a pesar de lo acontecido.

Fuentes de la Secretaría de Relaciones Exteriores restaron importancia al hecho de que el primer ministro haya abordado el tema de seguridad al iniciar el discurso que pronunció en el alcázar del Castillo de Chapultepec, luego que algunos de los asistentes habían externado inquietud por ello.

Al brindar por su invitado, Zedillo habló con insistencia del espíritu de amistad y el ánimo de colaboración que prevalece entre los pueblos y los gobiernos. Hizo una invitación formal para que un miembro de la casa imperial de ese país visite México en mayo próximo, ya que el día 12 de ese mes se celebrará el primer centenario de la migración japonesa a México, y anunció también que viajará a Tokio en marzo de 1997.

Recordó la visita que efectuó en 1980 el emperador Akihito, entonces príncipe heredero, e insistió en que México identifica a Japón como actor fundamental en el mundo actual. Calificó la relación entre los dos pueblos como ``bien estructurada y madura''.

Después, Zedillo le dijo al primer ministro que su país es el que exporta más capitales de los que absorbe, contribuyendo así y de manera importante al desarrollo mundial. Puso como ejemplo los créditos que México ha recibido, reforzados con esta visita.

Habló también del carácter prioritario que los dos países le han conferido a sus relaciones. Señaló que este año el flujo comercial entre ambos superará los 6 mil millones de dólares, lo que ubica a Japón como el tercer socio comercial de México y la cuarta fuente de inversión extranjera. En la actualidad, 300 compañías japonesas se encuentran establecidas en México.

Finalmente, se refirió a que México tiene una economía abierta al mundo y que el TLC creó una de las regiones económicas más grandes, lo cual no significa que se pertenezca a un bloque cerrado. ``Por el contrario, es parte de una estrategia más amplia para seguir promoviendo un mundo cuyas regiones se unan todas por el libre comercio''.

Hizo también un amplio reconocimiento al primer ministro Hashimoto por su decidida participación para que en 1990 México lograra la renegociación de su deuda. Lo llamó amigo del país.

Minutos antes de la comida, en la residencia oficial de Los Pinos, presidente y primer ministro atestiguaron la formalización de tres acuerdos que implican créditos de Japón a este país por 960 millones de dólares.

La firma se realizó luego de los encuentros privados entre Zedillo y Hashimoto, por un lado, y los miembros de sus comitivas, por otro. Los créditos se distribuirán de la siguientes manera: 460 millones de dólares para financiar un proyecto de saneamiento en el área metropolitana del Valle de México, 250 millones de dólares a Bancomext para promover exportaciones y 250 millones de dólares más a Nafin para apoyar la pequeña y mediana industrias.

Por parte de México firmaron el secretario Guillermo Ortiz; el director de Nafin, Gilberto Borja, y el director de Bancomext, Enrique Vilatela. Por Japón lo hicieron el embajador Terusuke Terada y el director del Banco de Importación y Exportación, Tetsuo Nakata.

Trascendió también que México y Japón comenzarán 33 proyectos que implicarán mayores inversiones japonesas aquí. Uno de ellos corresponderá a Sony, empresa que en la actualidad fabrica la tercera parte de sus televisiones en México. Esto es, de 15 millones de su producción mundial, 5 millones se hacen aquí y se propone incrementar esa cifra a 8 millones.

Al señalar la preocupación de su gobierno porque el reciente secuestro del empresario Mamoru Konno pueda influir negativamente en el ánimo de los inversionistas de su país, el vocero oficial de la cancillería japonesa, Hiroshi Hashimoto, adelantó que en breve autoridades mexicanas y japonesas iniciarán diálogos informales para establecer mecanismos que den eficiencia a la seguridad de los empresarios y ciudadanos de ese país en México.

Informó que las empresas maquiladoras de su país -122- solicitaron al gobierno mexicano que las apoye para continuar con tasas preferenciales en materia arancelaria después del año 2000, porque de lo contrario las empresas japonesas estarían en desventaja.

Por otra parte, el secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet, reconoció ante el primer ministro de Japón la generosidad de ese pueblo, que se tradujo en la construcción del Centro Nacional para la Prevención de Desastres, y dijo que desde 1990 la cooperación japonesa en esa área ha sido permanente.