La conferencia decidió, en contra de la intención inicial, organizarse de manera permanente y formar grupos de trabajo que se reunirían de manera regular. A la fecha se han celebrado 45 conferencias plenarias (la de 1979 fue en México) y 210 reuniones de trabajo. En 1996 la reunión será en Lahti, Finlandia, y se tiene previsto que la de 1998 vuelva a ser en México.
Entre los asistentes se incluyen científicos, diplomáticos, ex gobernantes, ex militares que participan a título individual vía invitación, y pagan sus propios gastos.
Inicialmente, el tema central de las Conferencias Pugwash fue la oposición a la carrera nuclear; posteriormente la temática se ha desplazado a cuestiones relativas a problemas de desarrollo que permitan establecer las bases sobre las cuales fincar una paz duradera. Para la conferencia de este año, uno de los temas a discutir será el papel del FMI.
3. La propuesta para el Museo de la Paz se generó a partir de los participantes mexicanos en las Conferencias Pugwash. Los trabajos iniciales, naturalmente enfrentaron todas las dificultades derivadas de que la participación que se solicitaba no apareciera en los currícula, que no habría publicaciones y no habría estímulos monetarios de ninguna especie. Sin embargo, el número de científicos interesados aumentó lentamente. Para enero de 1996 se pudo llevar a cabo una primera reunión, que contó con el apoyo de la recién creada Federación de Sociedades Científicas Mexicanas. Desde entonces se han efectuado cinco: la del 9 de agosto corresponde a la segunda reunión plenaria del Comité Científico en que participan, aproximadamente, 50 personalidades.
Tanto convocatoria como reuniones han debido superar, además de los problemas derivados del tipo de trabajo que ha sido ``orientado'' por los ``estímulos'' y por el SNI, cuestiones acerca de la relevancia que puedan tener actividades de este tipo: los problemas parecen, para la ciencia mexicana, extremadamente remotos y ésta, a su vez, es una ciencia académica, aislada y desvinculada de la problemática nacional que se ha interesado más en cuestiones de ``corte internacional''. A pesar de ello, los asistentes han mostrado un interés y un entusiasmo encomiables: científicos sociales, médicos, psicólogos, ecólogos, físicos, expertos en biotecnología, en agroecología, etcétera, han respondido a un llamado que ya había tardado demasiado, para que los científicos se organicen como parte de los movimientos de lo que ahora llamamos ``sociedad civil''.
Ciertamente, la mayor parte de los participantes provienen del DF, pero la presencia de grupos de provincia se está promoviendo, no para que presenten sus reclamos locales sino para que puedan formar parte de una nueva cultura: la no-violencia generada a partir de generalizar las experiencias locales.