La Jornada 19 de agosto de 1996

Planean ampliar el recinto guadalupano y remozar accesos

Alonso Urrutia Juan Diego será reivindicado. Un proyecto de reordenamiento de la Basílica de Guadalupe, impulsado por el gobierno capitalino para ''reforzar la vocación turístico-religiosa'' del cerro del Tepeyac y sus alrededores, tiene como uno de sus ejes la figura del indígena.

Vapuleada por el abad Guillermo Schulenburg, la imagen de Juan Diego podrá observarse en el centro del atrio de la Basílica, donde se erigirá una ''escultura de proporciones importantes'' y que ahora será el corazón de la Plaza de las Américas. No sólo eso, una ermita que albergará un centro cultural llevará también el nombre del indígena.


Se prepara la reivindicación de Juan Diego, quien fuera
canonizado por el papa Juan Pablo II, con la construcción
de una gran escultura suya en el centro del atrio.
Foto: Frida Hartz

La reivindicación de Juan Diego será sólo parte de la ampliación del recinto religioso, que se extenderá hasta topar con el edificio de la delegación Gustavo A. Madero, pasando por el mercado, el parque y la calle Hidalgo, todo ello para conformar la Plaza de las Américas, nombre que se le da al atrio del templo.

Esa es la parte propiamente religiosa.

El proyecto incluye restauración de monumentos históricos, reordenación urbana y readecuación del ámbito meramente comercial: el ambulantaje, al cual se le destinará un corredor.

Sujeto a consideración del Consejo Asesor de Desarrollo Urbano, el proyecto Villa de Guadalupe prevé también el remozamiento de dos de los principales accesos: calzada de los Misterios y calzada de Guadalupe.

En el primer caso se propone restaurar los ocho monumentos denominados Misterios --inspirados en la vida de la Virgen-- y la reconstrucción de otros siete que la calzada tenía originalmente en 1676. En el segundo caso se realizarán las adecuaciones necesarias para facilitar el acceso de las peregrinaciones.

La reordenación se emprenderá bajo la coordinación de autoridades del gobierno de la ciudad y eclesiales. En la justificación del proyecto se reconoce que la captación de 13.8 millones de feligreses anualmente ''provoca que la zona se vea fuertemente impactada en su entorno urbano, lo que trae en consecuencia la necesidad de incrementar y eficientar los servicios públicos''.

Los recursos se pretenden captar vía fideicomiso con la participación tripartita de iniciativa privada, gobierno capitalino e Iglesia. La conformación de ese organismo --subraya el Departamento del Distrito Federal-- es ''fundamental'' para concretar la reordenación de la Villa de Guadalupe.

Dicho proyecto fija varios objetivos, entre los cuales destaca la preservación del patrimonio cultural y la creación de la infraestructura necesaria para albergar a los creyentes.

La construcción de la efigie de Juan Diego será precedida por la ampliación del atrio de la Basílica, que para efectos del proyecto gubernamental se define como Plaza de las Américas y no como atrio.

Las dimensiones de este espacio se extenderán hasta los límites de la sede de la delegación Gustavo A. Madero. Ello implicará la desaparición del mercado actual, el parque y la calle Hidalgo.

El centro de la Plaza de las Américas será denominado Plaza Juan Diego, construida para ''dignificar el entorno de la iglesia del Pocito, complementado con la creación de hostales y servicios aprovechando las instalaciones de las escuelas que se ubican paralelamente a la Basílica''.

La ermita a Juan Diego se construirá en el cerro Zacahuitzco, conocido también como cerro de los Gachupines. El proyecto prevé un centro cultural con capacidad para 400 personas en una capilla interior y mil 200 en la capilla exterior.

La ermita contará con cafetería, zona de criptas, baños, enfermería y un ''museo didáctico''.

La reordenación de la Villa de Guadalupe no se reduce sólo al atrio de la Basílica. Implica, según la más reciente versión del proyecto entregado al Consejo Asesor de Desarrollo Urbano, delimitar lo que se denomina un ''área especial de influencia de la Basílica'' y que prevé difundir una ''concepción distinta'' del centro religioso más importante de América Latina.

''Esto provoca la necesidad de crear una zona peatonal en donde existan centros complementarios de atracción que motiven la permanencia de los visitantes en un ambiente turístico, cultural y religioso con identidad propia.''

Las áreas de atracción incluyen: la ampliación del Puente Papal; la adaptación de la estación del ferrocarril como museo; el remozamiento del acueducto de Guadalupe para con su rescate integrarlo a un ''concepto turístico y religioso'', y la construcción del parque Gustavo A. Madero, foro abierto para la realización de espectáculos.

En la zona perimetral de la Basílica, la casa de los Virreyes, la casa de José María Velasco y el Rincón Brujo forman parte del grupo de inmuebles históricos que se restaurarán.

Se incluye la construcción de un corredor comercial, de hostales para albergar peregrinos y la peatonalización de calles aledañas para facilitar el acceso.