Los marcianos ¿llegaron ya?
El planeta Tierra es invadido por espantosos y malolientes seres extraterrestres, cuya simple mirada produce un vértigo mortal que sólo algunos pueden resistir después de varios azotones entre ellos, por supuesto, el presidente de los Estados Unidos de América, quien no puede quitarse de la cabeza la idea de salvar a la humanidad.
Después de que una de las mentes más brillantes y celosas --sospecha que el presidente se acuesta con su esposa-- del planeta, también estadunidense, descubre la manera de inactivar los sistemas de los invasores, el plan de contrataque es transmitido a los aliados y bajo la dirección personal del presidente, quien pilotea un avión y dispara discursos y misisles, reducen a cenizas a los mal educados visitantes. Todo ocurre un 4 de julio, en la película del mismo nombre que se exhibe actualmente en un montón de cines.
Quizá inspirado por el fervor patriotero que transmite la cinta, el presidente Bill Clinton anunció una nueva misión al planeta Marte que tendría como fecha precisamente el 4 de julio de 1997, día de la independencia de los Estados Unidos, esta vez motivado por el anuncio espectacular de la NASA, sobre el descubrimiento de formas sugerentes de vida encontradas en una roca marciana. El hallazgo le viene muy bien a Clinton quien no duda en utilizarlo con fines electorales, y le viene muy bien a la NASA, que después de múltiples fracasos ha vivido la inestabilidad presupuestaria. Hay pues en el anuncio sobre la probable vida marciana, un claro componente político, que se asocia a un descubrimiento científico.
Pero veamos la parte científica. Lo que se puede decir hasta ahora es muy poco pues la información disponible proviene de un anuncio realizado a los medios de comunicación. Los detalles del trabajo aparecerán publicados en la revista Science, pero cualquiera con una mínima formación científica, puede encontrar desde ahora serias objeciones al anuncio formulado por la NASA: 1. La roca denominada ALH84001, fue encontrada no en el planeta Marte, sino en un lugar de la Antartica en el planeta Tierra, por lo que se requiere establecer, sin lugar a dudas, el origen marciano de la piedra; en su lugar se plantea una hipótesis según la cual un gran objeto chocó contra el planeta rojo y desplazó fragmentos que habrían llegado a otros lados, entre ellos la Tierra con lo que la NASA se habría ahorrado un viaje. 2. Algunos de los compuestos químicos que sugieren actividad orgánica, pueden ser producidos por reacciones de materiales inorgánicos y 3. Las formas extrañas que aparecen en la roca y que son interpretadas como posibles microfósiles, son formaciones que aperecen en la microscopía electrónica de barrido, y son solamente formas alargadas, aparentemente segmentadas, sin que exista ningún otro dato (presencia de membarnas celulares o algo así) que representen alguna forma bacteriana, y bien pueden tratarse de simples artefactos. Recuérdese que entre las numerosas fotografías tomadas de la superficie del planeta Marte y sus satélites, aparecen formaciones caprichosas, una muy famosa, es la que reperesenta un rostro con ojos nariz y boca (afortunadamente no fue un trasero) que ha enloquecido, como ahora lo harán estos ``microfósiles'' a los amantes de los Ovnis y demás ETs. Aún cuando se tratára efectivamente de reacciones químicas de origen orgánico o de bacterias, el hallazgo terrestre de la roca ALH84001, obliga a descartar, sin lugar a dudas, la contaminación con formas de vida originadas en nuestro propio planeta.
Por lo anterior esta columna, escéptica por naturaleza, recomienda cautela ante los anuncios espectaculares sobre la existencia de formas de vida en el planeta Marte.