La Jornada 12 de agosto de 1996

Ha perdido la ciudad 30 mil hectáreas de bosques y suelo agrícola desde 1987: Palazuelos

Víctor Ballinas/I De 1987 a 1994, el Distrito Federal perdió casi 30 mil hectáreas de sus bosques y suelo agrícola; en promedio cada año se urbanizaron 4 mil 260 hectáreas, lo que significó la extinción de 34 por ciento de la zona de conservación ecológica de la ciudad de México en ese lapso.

Con el objetivo de preservar las 80 mil 950 hectáreas rurales de la capital, y sobre todo las 37 mil 500 forestales, el Departamento del Distrito Federal en coordinación con el gobierno del estado de México, con la Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, preparan el Programa Forestal Metropolitano.

Este considerará la exención de impuesto predial para los propietarios de bosques que respeten la vocación de su suelo, estímulos fiscales, apoyos crediticios, créditos blandos, y podrán asociarse con inversionistas privados para realizar proyectos ecoturísticos y de desarrollo rural.

El secretario de Medio Ambiente del DDF, Eduardo Palazuelos Rendón, dijo en entrevista que el propósito fundamental del programa se orienta a inducir cambios en las prácticas y usos productivos del suelo de bajo rendimiento, mediante la concertación con las comunidades de usos alternativos dirigidos a la forestación productiva con objeto de que los pobladores obtengan beneficios directos.

Para lograrlo, en el anteproyecto del programa forestal, indicó Palazuelos, se propone aprovechar racionalmente los recursos naturales con el fin de obtener ingresos mediante proyectos de desarrollo sustentable, tales como actividades forestales, frutícolas, hortícolas, piscícolas, ecoturismo y recreativos.

Entre estos proyectos se ubica el establecimiento de campos de golf (cinco) en la zona ecológica, helipuertos en las zonas de amortiguamiento, oficinas de gobierno, canchas deportivas, cabañas turísticas, pesca deportiva, museos, parques recreativos y servicios varios.

Como ejemplo de lo que se hará, destacó el funcionario que ya se tiene un convenio con los comuneros y ejidatarios para que una extensión de mil 800 hectáreas de uso agropecuario de baja rentabilidad se conviertan en suelo silvícola. Los comuneros podrán beneficiarse con los recursos del Consejo Forestal

Actualmente los bosques capitalinos se encuentran ''fuertemente perturbados'' y las causas principales son la presencia de plagas, principalmente larvas descortezadoras que provocan la muerte de los árboles, sobre todo de pinos y oyamel; la explotación ilegal de productos forestales, el sobrepastoreo, incendios provocados y cambios de uso del suelo.

El secretario del Medio Ambiente precisó que aún se tienen 200 hectáreas del Parque Nacional Desierto de Los Leones con plagas; 70 por ciento de los bosques de la Magdalena Contreras, en el parque de los Dinamos sus árboles se encuentran plagados con el gusano descortezador.

No se ha podido trabajar en esos bosques para sanearlos debido a que ''hay problemas sociales entre las comunidades que tienen en disputa una extensión de los parques los Dinamos''; sin embargo, agregó el funcionario, ya se platicó con las comunidades y en breve se realizará el saneamiento de esos bosques.

De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y del DDF, 90 por ciento de las 80 mil 500 hectáreas boscosas y agrícolas de la capital son propiedad de comuneros y ejidatarios.

El gobierno de la ciudad, con las expropiaciones que llevó a cabo en las dos últimas administraciones, apenas es propietario de 10 por ciento del suelo de conservación ecológica.

La ciudad cuenta con siete parques nacionales, cuatro zonas de conservación ecológica y 309 parques urbanos. Estos últimos representan 6.7 por ciento de las áreas verdes dentro de la ciudad y suman un total de 9 mil 976 hectáreas.

En el diagnóstico de la superficie forestal de la urbe, se tiene que hay presión urbana sobre la Sierra de Guadalupe, en el Parque Nacional Insurgente Miguel Hidalgo, Parque Nacional Ajusco, y en la zona de los Humedales.

Palazuelos Rendón explicó que entre los factores humanos que contribuyen a la extinción de los bosques se tiene la tala clandestina y su aprovechamiento para uso comercial --la industria del mueble, o venta de leña y carbón--; el vandalismo, que ocurre en las zonas forestales de Tlalpan, Cuajimalpa, Magdalena Contreras, Gustavo A. Madero y Tláhuac.

Asimismo están los incendios forestales provocados, que tan sólo de noviembre de 1995 al 30 de junio de este año hubo mil 484, mismos que afectaron 3 mil 166 hectáreas, básicamente de pastizales, aunque también se dañaron árboles adultos de más de 80 años, arbustos y zonas reforestadas, informó el vocal ejecutivo de la Comisión de Recursos Naturales (Corena) del DDF, Armando Limón.

Asimismo añadió que se registran presiones constantes para modificar el uso del suelo, por lo cual se tienen 341 asentamientos irregulares en la zona de conservación ecológica, y los hay en las seis delegaciones consideradas como rurales: Cuajimalpa, Magdalena Contreras, Tlalpan, Mipa Alta, Tláhuac, Xochimilco y en la parte boscosa de Alvaro Obregón.

El sobrepastoreo se concentra en las delegaciones Tlalpan, Magdalena Contreras y Milpa y es precisamente en esas zonas donde se registra el mayor número de siniestros: en Tlalpan hubo en la pasada temporada de estiaje 804; en Magdalena Contreras, 183 y en Milpa Alta, 228.

Y es en esas mismas zonas donde se detecta la declinación de suelo boscoso, por factores humanos que modifican el uso del suelo para que les sea más rentable.

Al abundar sobre el Programa Forestal que se prepara, Palazuelos destacó que ''se ha dispuesto que a los propietarios de zonas forestales, que las preserven y trabajen, se les apoye con estímulos fiscales, exenciones de impuesto predial y conseguirles créditos para que trabajen su tierra con vocación ecológica''.

Asimismo, se indicó que con el convenio que se firmó con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), el DDF ya podrá sancionar y detener a los taladores clandestinos e imponer sanciones a depredadores del suelo.