La Jornada 12 de agosto de 1996

Retenes y patrullas militares en Zumpango del Río

Raúl García, corresponsal, Zumpango de Neri, Gro., 11 de agosto La Cañada del Zopilote, donde ayer fueron baleados dos vehículos del Ejército Mexicano y heridos dos soldados, por desconocidos que dispararon desde los cerros, amaneció hoy sitiada por más de 200 militares que patrullan la región y la carretera federal México-Acapulco en columnas de 25 hombres y en transportes artillados.

A un lado del tramo carretero en el que se realizó la emboscada, entre los pequeños poblados de El Platanar y Rancho Escondido, unos 80 soldados de la 35 Zona Militar, con sede en Chilpancingo, se instalaron en un campamento, en el que tienen estacionados por lo menos tres camiones Hummer, dos vehículos tipo oruga y otros tres carros apertrechados con ametralladoras.

Por lo menos otros 20 vehículos militares recorrieron, por la tarde, la parte de la vía federal que atraviesa la Cañada del Zopilote y que abarca de la comunidad de El Platanar a la de Venta Vieja, ésta última ubicada un kilómetro antes del crucero de Casa Verde, por donde se llega a la sierra del Filo Mayor. En ese tiempo, un helicóptero sobrevoló el lugar, y más tarde otros tres salieron de la 35 Zona Militar hacia Zumpango.

Seis judiciales federales hacen guardia junto al campamento, realizan rondines a pie y recorren la carretera vestidos de civil, en una camioneta.

En el camino de Chilpancingo hacia este municipio, vecino de Zumpango de Neri, antes de llegar a la Cañada del Zopilote, el Ejército Mexicano instaló otros dos campamentos: uno en la Curva del Cristo, donde presuntos integrantes del Ejército Popular Revolucionario se enfrentaron a la Policía Judicial del estado el 28 de junio pasado, horas después de que irrumpieron públicamente en el vado de Aguas Blancas, y otro un poco antes de llegar a la cabecera de este municipio.

``Aquí ya ni van a encontrar a nadie, de mensos se quedan a esperarlos'', dice Ubaldina Castañeda, esposa del delegado municipal en El Platanar, Martín Dircio Ramos, mientras observa el convoy militar que atraviesa una vez más la carretera.

En la vulcanizadora que, a la vez, funciona como vivienda y modesta delegación del ayuntamiento de Zumpango en El Platanar un pueblito de unas diez casas, Ubaldina Castañeda dice que ni ella ni su marido estaban allí ayer a la hora en que, supuestamente, fueron emboscados los militares, pero asegura que, cuando regresaron, a las seis, contaron al menos ''13 ó 14 carros federales''.

Saúl Dircio, de 14 años, afirma que no escuchó ninguna detonación y que sólo vio que ``llegaron como 20 camiones de los federales''. El segundo delegado municipal, Ascensión Vidal, asegura que ``eran como 30 camiones'', y que, cuando preguntó a los soldados el motivo de su presencia, le respondieron que era para ``proteger a los coches y a los del pueblo, de los encapuchados''.