La Jornada Semanal, 11 de agosto de 1996


Cuando las computadoras tengan orejas

Hugo Vargas

Desde hace años, los ingenieros en computación tratan de vencer a los ajedrecistas. De algún modo, los grandes maestros del tablero son la última frontera de la inteligencia humana: hay algo tranquilizador en que sigan derrotando a las máquinas. El editor y periodista Hugo Vargas se enfrenta al más reciente desafío ajedrecístico surgido de la cibernética. Ofrecemos un combate entre la tecnología y la intuición: el campeón de los robots contra el temperamental Kasparov.



para la cáscara de Gandhi

Garry Kasparov había aceptado hace dos años el match contra Deep Blue, la computadora de la International Bussines Machines, pero el proyecto se detuvo pues debió resolver primero los reparos de su patrocinador, Intel, competidor de IBM. Kasparov había desarrollado algunos programas para Intel y la empresa había aportado 1.5 millones de dólares para el anterior match entre el campeón y Wissanathan Anand por el título de la Asociación Profesional de Ajedrecistas. Intel retiró los fondos de apoyo para Kasparov, pero éste decidió que el torneo contra Deep Blue tenía un gran interés. "Va a ser un enfrentamiento serio y creo que podría ser un acontecimientomuy importante para el estudio de las relaciones entre los seres humanos y las computadoras", dijo en Filadelfia, la sede del torneo.


Zsuzsa Polgar, magnífica ajedrecista de 16 años, juega una
partida en los baños termales de Budapest. Foto: Stern Syndicat, hamburgo

La IBM, por su parte, aseguraba que el desarrollo de Deep Blue y su prueba frente a Kasparov serían utilizados para resolver problemas complejos en el tránsito aéreo, la industria farmacéutica y los mercados financieros, y había retado al jugador presentándole una máquina capaz de calcular de dos a tres millones de posiciones por segundo, gracias a un microprocesador apoyado por otros 250 procesadores en tándem. La computadora fue alimentada con miles de partidas de los grandes maestros del siglo veinte, y trabaja en un sistema Risc 6000, mil veces más rápido que el de Deep Thought, su predecesora, a la que Kasparov había derrotado con cierta facilidad en octubre de 1989.

En aquella ocasión, luego de la victoria definitiva sobre Deep Thought, Kasparov comentó a un grupo de ajedrecistas lo extenuante de jugar contra las computadoras. "La máquina no sabe que juega una partida en vivo", dijo el campeón. Vladimir Hort asintió: "Yo puedo juzgar mi posición por el color de las orejas de mi oponente." "Pero las computadoras no tienen orejas", tercio Yasser Seirawan. "Ése es el problema", concluyó Hort.

Las partidas contra Deep Blue se jugaron a 40 movimientos cada dos horas (los grandes maestros, incluido Kasparov, han sucumbido con facilidad frente a las máquinas en las distintas modalidades de ajedrez rápido). Los premios eran de 400 mil dólares para el ganador y 100 mil para el perdedor.

Deep Blue sorprendió a Kasparov en la mismísima primera partida:

Blancas: Deep Blue

Negras: G. Kasparov

Siciliana

1.e5 c5, 2. c3 (Kasparov es un experto en la Siciliana pero no se enfrenta con frecuencia a esta variante) 2. d5, 3. exd5 Dxd5, 4. df Cf6, 5. Cf3 Ag4, 6. Ae2 e6, 7. h3 Ah5, 8. 0-0 Cc6, 9. Ae3 exd4, 10. cxd4 Ab4, 11. a3 Aa5, 12. Cc3 Dd6, 13. Cb5 De7, 14. Ce5 Axe2, 15. Dxe2 0-0, 16. Tac1 Tac8, 17. Ag5, 17. Ab6, 18. Axf6 gxf6 (por supuesto, 21. Df6, 22. Cd7), 19. Cc4 Tfd8, 20. Cxb6 axb6, 21. Tfd1 f5, 22. De3 Df6, 23. d5 Txd5, 24. Txd5 exd5, 25. b3 Rh8, 26. Dxb6 Tg8 (si Tb8, Dc7, seguido de Txc6), 27. Dc5 d4, 28. Cd6 f4 (tampoco ahora sirve Tb8, por Cxb7 y luego Dxc6), 29. Cxb7 Ce5, 30. Dd5 (la posición negra ya es inferior) 30. f3, 31. g3 Cd3, 32. Tc7 Te8, 33. Cd6 (más contundente que Txf7) 33. Te1+, 34. Rh2 Cxf2 (ya no había jugadas buenas), 35. Cxf7+ Rg7, 36. Cg5+ Rh6, 37. Txh7+ y Kasparov se rindió.

Era la primera ocasión en que una computadora vencía a un campeón mundial en una partida de ajedrez clásico: lo que se dice un acontecimiento. El resultado produjo un cuchicheo sepulcral entre los centenares de asistentes a la sala de juego y no tuvo eco en las agencias internacionales de noticias.

Creció el respeto y hasta hubo temor. La máquina no sólo podía calcular millones de movimientos en segundos, también había alcanzado una comprensión estratégica y táctica mucho más fina que sus antecesoras.

La segunda partida se inició con una Catalana dirigida por Kasparov, quien logró la pequeña ventaja posicional materializada al final en dos peones de ventaja, pero fueron necesarios 73 movimientos para que Deep Blue se rindiera.

Los humanos respiraron. La máquina no era imbatible.

Luego, vinieron dos empates. Pero la "computadora" de Bakú aprendió más rápido que la máquina y la demolió en las dos últimas partidas. En la quinta, Kasparov dejó la Siciliana y eligió una apertura de los Cuatro Caballos; ofreció tablas a Deep Blue, pero los programadores de IBM consideraron que aún había partida para jugar y que el experimento debía continuar. Kaspavor hizo gala entonces de fuerza e imaginación y ganó el punto.

En la sexta y última partida Kasparov asfixió la posición de la máquina.

Blancas: G. Kasparov.

Negras: Deep Blue

Semieslava

1. Cf3 d5, 2. d4 c6, 3. c4 e6, 4. Cbd2 Cf6, 5. e3 c5 (en la cuarta Deep Blue jugó Cbd7), 6. b3 Cc6, 7. Ab2 cxd4, 8. exd4 Ae7, 9. Tel 0-0, 10. Ad3 Ad7, 11. 0-0 Ch5, 12. Te1 Cf4, 13. Abl Ad6, 14. g3 Cg6, 15. Ce5 Tc8, 16. Cxd7 Dxd7, 17. Cf3 Ab4, 18. Te3 Tfd8, 19. h4 Cge7, 20. a3 Aa5, 21. b4 Ac7, 22. c5 Te8, 23. Dd3 (Kasparov inicia las maniobras para llevar al juego su alfil de dama), 23. g6, 24. Te2 Cf5, 25. Ac3h5, 26. b5 Cce7, 27. Ad2 Rg7, 28. a4 Ta8, 29. a5 a6, 30. b6 Ab8 (si Ad8,Ce5), 31. Ac2 Cc6, 32. Aa4 Te7 (la computadora se puede rendir), 33. Ac3 Ce5, 34. dxe5 Dxa4, 35. Cd4 Cxd4, 36. Dxd4 Dd7 (el cambio de damas dejaba mejor a las blancas, pues luego de f4 las negras no detienen las consecuencias de c6), 37. Ad2 Te8, 38. Ag5 Tc8, 39. Af6+ Rh7, 40. c6 bx6c6, 41. Dc5 Rh6, 42. Tb2 Db7 (Kasparov creó una especie de zugzwang: las negras sólo pueden mover su rey y una torre, y esperar la ofensiva blanca), 43. Tb4 y Deep Blue se rindió.




Si 43. Rh7, 44. De7 Dxe7, 45. Axe7 Te8, 46. b7 Ta7, 47. Ac5 Td8, 48. Axa7 Axa7, 49. Txc6, etcétera. Si 43. Te8, 44. Dxc6 Dxc6, 45. Txc6 Rh7, 46. b7 Ta7, 47. Tc8 Tg8, 48. f4 y no se puede evitarAc5.

Kasparov se incorporó de su asiento, levantó los brazos y sonrió ampliamente. Más bien se parecía a Joe Montana festejando su touchdown que a un ajedrecista que había vencido a una supercomputadora. Los cientos de espectadores lo vitorearon. El humano había ganado.

Luego del torneo, Garri Kasparov hizo un breve balance de su encuentro con Deep Blue. "Sólo el ajedrez y una competencia como ésta podía poner al mundo entero tan concentrado" (la IBM había recibido en un fin de semana cinco millones de hits en Internet para seguir el desarrollo del torneo) y calificó como su "experiencia más humillante" la derrota de la primera partida. Kasparov agregó que, pese a todo, seguía creyendo que "podemos cooperar con las máquinas y ampliar nuestro pensamiento, en lugar de tomar una actitud hostil".

Los organizadores (la Asociación de Maquinaria de Computación) confesaron que en algunos momentos el torneo opacó la convención de la AMC, marco en el que se desarrollaba el match. "Ni siquiera sabe que está jugando ajedrez dijo por su parte un gerente de la IBM, sólo es una gigantesca calculadora", e informó que invertirían los 100 mil dólares al perdedor para mejorar el programa.

El futuro, ciertamente, es desalentador para los humanos. Tarde o temprano, la máquina ganará; pero Yasser Seirawan expresa el espíritu de los ajedrecistas: "Tenemos que ver cómo evitamos que llegue esa fecha."