La Jornada 11 de agosto de 1996

Presuntos comunicados de EPR-PDPR llaman a ``transitar por una vía revolucionaria''

El Ejército Popular Revolucionario (EPR) y el Partido Democrático Popular Revolucionario (PDPR) plantean en dos comunicados fechados el 7 de agosto la ``necesidad de transitar por una vía revolucionaria'' en el país y la ``construcción del poder popular desde abajo''.

Una llamada anónima recibida en la redacción de La Jornada este sábado avisó del depósito de los documentos en un parque citadino. En ellos ambos grupos se autodefinen como ``la unidad de diversas organizaciones armadas revolucionarias surgidas en los últimos 30 años'', y muestran su propuesta de transición ``por una vía democrática revolucionaria'', en la cual no se excluye la lucha electoral.

Proponen la formación de una ``sola fuerza social histórica para liberar a la nación mexicana del Estado opresor'' que unifique las diversas formas de lucha, ``culmine en la insurrección popular triunfante de la cual emerja un gobierno revolucionario'' y termine con la ``dramática'' violencia institucinalizada y la ``guerra sucia''.

Ambos documentos puntualizan y fundamentan su programa; sus propuestas de cambio político, económico, social y cultural, y explican las causas que hicieron resurgir ``de nueva cuenta el conflicto armado'' en México.

En el primero, de ocho cuartillas y titulado Manifiesto de la Sierra Madre Oriental, el PDPR -formado el 18 de mayo de 1996- propone cuatro objetivos de lucha: un nuevo gobierno con carácter provisional que convoque a una Asamblea Constituyente, una nueva Constitución, la construcción de una República Democrática Popular y un reordenamiento económico.

Para el logro de estos objetivos señala que se ``debe'' luchar de manera urgente por 45 demandas inmediatas: respeto a las libertades políticas, a la voluntad popular de elección y a los derechos humanos; defensa de la soberanía nacional y renegociación de la deuda externa e interna; respeto a la igualdad de la mujer y a la autonomía de los pueblos indios; reparto agrario y un régimen laboral justo; respeto a los derechos de Ginebra en relación con los conflictos internos; dotación de servicios, vivienda y educación, entre otros; la liberación de los presos políticos, y el impulso al arte, el deporte y la cultura.

El segundo documento, de 14 cuartillas, es la Fundamentación histórica, económica, social y política del programa político de ambas organizaciones. Se trata de un análisis de la situación nacional que justifica su planteamiento para que el país transite ``por una vía revolucionaria'' hacia una ``República Democrática Popular''.

Sobre la situación política, se indica: ``Nuestro país se caracteriza por la antidemocracia, la inexistencia de un Estado de derecho, la carencia de justicia, la existencia de un Estado policiaco militar, la descomposición del sistema político, la imposición de una política neoliberal, la sumisión del gobierno hacia el capital financiero y la generalización del descontento popular y la protesta política''.

Se señala también que el Partido Acción Nacional (PAN) no es una alternativa de cambio, sino de ``oligarquía del poder'', y que el desarrollo político alcanzado ``por las masas'' apunta hacia la conformación de un amplio movimiento nacional y la construcción de ``organos de poder popular''