Antonio Gershenson
Cactus: lecciones y comparecencia

La semana pasada, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión acordó que las comisiones de energéticos de las dos cámaras se reunieran, por separado, con el director general de Pemex, para obtener información, y proporcionarla al Poder Legislativo, sobre el accidente en el que se incendiaron dos unidades de procesamiento de gas en el complejo de Cactus. A continuación, una subcomisión de la Comisión de Energéticos de la Cámara de Diputados asistió al sitio del accidente, se informó con el personal de la planta sobre lo sucedido, y también habló con la población de los alrededores de la misma, que en diversas formas ha resultado afectada desde antes del siniestro. El pasado jueves se dio la comparecencia del director general de Pemex ante esta comisión de la Cámara de Diputados, de la cual se entregaron a la prensa ejemplares de la versión estenográfica completa.

En esta reunión hubo muchos puntos que afloraron, pero quiero referirme a varios que creo que fueron de los principales:

1. La presentación, por uno de los diputados del PRI, de una larga lista de medidas de protección y de seguridad con las que no contaban los trabajadores accidentados, pese a estar establecidas en las normas de Pemex. El efecto fue tal, que el director de esta institución planteó que, si no se había hecho ya, se presentara esa información ante la Procuraduría General de la República para que la tuvieran a la mano los peritos de la misma que están investigando en Cactus las causas del accidente.

2. La información, recabada por los diputados que asistieron a Cactus y planteada en la reunión, en el sentido de que desde el año pasado estaba programado parar la planta para dar un mantenimiento preventivo que se hacía ya necesario; este paro de planta para mantenimiento se fue difiriendo una y otra vez, al decir de quienes proporcionaron la información en Cactus, para no parar la producción de gas; después de varios diferimientos el paro con mantenimiento estaba programado para el 17 de junio, pero se difirió de nuevo para agosto. El accidente fue el 26 de julio.

3. Se hizo notar que las cifras de gasto en mantenimiento proporcionadas a la prensa por Pemex para 1994, 1995 y el presupuestado de 1996, eran aproximadamente el doble que las registradas en la Cuenta Pública para los dos primeros años, y que el presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados para 1996. El director de Pemex ofreció reuniones para examinar y tratar de compatibilizar la metodología empleada en ambos casos.

4. Fue presentada la información de un documento, entregado también a los diputados que fueron a Cactus, intitulado ``Pemex Gas y Petroquímica Básica/Complejo Procesador de Gas Cactus/ Mantenimiento Planta Criogénica No. 1 y 2''. Se trata precisamente de las unidades incendiadas en el accidente. Según las cifras de este documento, el gasto por ese concepto bajó en 1995, frente al año anterior, a casi la mitad en términos nominales y, claro, más aún en términos reales. Hubo una recuperación parcial en lo presupuestado para 1996; pero, primero, los efectos de la gran baja de 1995 pueden haber contribuido al gran número de problemas encontrados por los exámenes practicados en la primera mitad de este año, y que sólo en parte se habían corregido cuando ocurrió el accidente; y segundo, conforme a otro documento proporcionado por Pemex, de todo el presupuesto de inversión correspondiente al ramo de gas natural, sólo se ejerció poco menos del 15 por ciento en la primera mitad del año.

Creo que esta información es útil. No se trata de encontrar a partir de ella culpables, que eso tendría que ver en todo caso con la Procuraduría General de la República y su peritaje, sino de extraer experiencias para mejorar las condiciones de seguridad; para que haya congruencia en el manejo de las cifras públicas; para que se tome en cuenta plenamente a la población afectada, y para que Pemex cuente con suficientes recursos para un adecuado mantenimiento.

Todo el mundo coincide en que el peor daño del siniestro en el complejo de Cactus fue la pérdida de vidas humanas.

Pero aun en términos meramente económicos, el posible ahorro en mantenimiento sólo lo fue en el muy corto plazo. Por ejemplo, los 162 millones de pesos gastados en el mantenimiento y conservación de todas las plantas de gas en todo el año de 1995, equivalen a menos del uno por ciento del valor del gas natural que se quemó en un solo día, el sábado 27 de julio, por la falta de capacidad de procesamiento causada por el accidente