Fin de la confrontación, pactan CTM y patrones
Andrea Becerril Las cúpulas obrera y empresarial, representadas por Fidel Velázquez y Carlos Abascal, llegaron ayer al acuerdo definitivo sobre la llamada nueva cultura laboral, cuyo eje es abandonar la confrontación y la lucha de clases para dar paso a una relación de diálogo continuo y concertación.
El derecho de huelga queda ``plenamente respetado'', pero ``como último recurso al que se debe acudir'', comentó el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Abascal.
``Llegamos hasta donde se podía llegar'', agregó. Hizo notar que se incluyen compromisos para erradicar prácticas corruptas y que en la mesa de discusiones seguirán las viejas demandas empresariales de convenir contratación y pago por hora, así como el controvertido tema de la libertad sindical.
Reunidos en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), los dirigentes sindicales y patronales concluyeron el documento que se firmará el martes en Los Pinos, en el que se incluyen lineamientos generales del ordenamiento que en adelante regirá las relaciones laborales en el país.
Velázquez acudió al acto acompañado por casi todo su comité ejecutivo, y al final reconoció que la nueva cultura laboral no implica a corto plazo ninguna mejora salarial. ``Es una contribución que se da a la unidad y la paz social'', añadió.
Dijo que los empresarios ``están tan necesitados como los trabajadores de que haya armonía y la posibilidad de resolver los conflictos mediante el diálogo''. Sin embargo, dijo, cuando no se pueda concertar ``pueden estallar una o dos huelgas''.
El dirigente resaltó que la Ley Federal del Trabajo (LFT) no será modificada como consecuencia de la nueva cultura laboral. Más explícito, el presidente de la Coparmex dijo que las reformas a la legislación llegarán cuando las partes lo acuerden.
El documento convenido ayer no fue dado a conocer pues, según reconoció Abascal, la intención es que no se difunda hasta que el presidente Ernesto Zedillo lo conozca de manera oficial y ello será el martes a mediodía en Los Pinos.
Sin embargo, la mayor parte de su contenido --14 cuartillas-- ya se conoce como resultado de las conclusiones de las ocho mesas de trabajo que sesionaron durante más de un año.
Un compendio del mismo, entregado ayer a los reporteros, precisa que el escrito ``comprende un conjunto de principios y normas de conducta orientadas a la consecusión de ocho objetivos centrales: revalorar el trabajo humano, propiciar niveles de remuneración justos y equitativos, impulsar en forma sistemática la capacitación de trabajadores y empresarios, promover el cuidado del medio ambiente y de la seguridad e higiene en los centros de trabajo, estimular la creación de empleos y la preservación de los existentes''.
Asimismo, ``consolidar el dialogo y la concertación como métodos idóneos para que las relaciones se desarrollen en un clima de armonía, promover el pleno cumplimiento de la normatividad en materia laboral y, reconocer la importancia de dirimir las controversias ante los órganos encargados de impartir justicia''.
Para lograr esos ``ocho objetivos centrales'', se precisa, ``los sectores obrero y empresarial consideraron indispensable que la relación entre ellos y su contribución al desarrollo del país se sustente en una serie de principios básicos y reglas de cáracter ético''.
En el documento se resalta la importancia de la educación y la capacitación, ``no sólo como medios para generar un cambio de actitudes y conductas que promuevan la nueva cultura laboral, sino también para elevar la productividad de los trabajadores y las empresas''.
A la reunión de ayer asistieron también el presidente del Congreso del Trabajo, Víctor Flores; el líder de los bancarios, Enrique Aguilar Borrego, y los dirigentes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Héctor Larios, y de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), Carlos Gutiérrez.
Todos coincidieron en que es el primer paso para entrar a esa nueva cultura laboral. Lo novedoso, comentó Abascal, ``es que convertimos en un compromiso escrito una serie de principios que nos servirán de punto de partida para construir otra relación''.
Es fundamental también, añadió el presidente de la Coparmex, resolver siempre los conflictos por la vía del diálogo, no de la confrontación, ``concluyendo ya con este añejo problema de la lucha de clases, que no es más que un elemento que distorsiona el proceso productivo, destruye empresas y aleja a los factores de la producción''.
Abascal sostuvo que en las negociaciones, ``mas que ceder, pudimos descubrir que tenemos tantos puntos en común, que era muy importante identificarlos''.
Aceptó, sin embargo, que los empresarios tuvieron que ceder porque algunos acuerdos no caminarán con la prisa que quisieran. ``Sin embargo, entendemos que hay tiempos, que hay que transformar conductas'', dijo.