Clase política

Bien dice el senador panista Norberto El Loco Corella --así lo reconocen los compas norteños--que todo el asunto de Othón Cortés y, por supuesto, el caso Colosio, ``se debe revisar desde el principio''. Y es que, según los argumentos que sostienen la resolución del juez Mario Pardo Rebolledo en sus ¡465 cuartillas!, la fiscalía especial de la PGR no habría logrado hilar, hacer coincidir pues, un mil 114 evidencias presentadas en contra del susodicho indiciado, hoy en libertad con todo apego a derecho.

Y habría que revisar el caso porque hay evidencias de que el curso que tomaron las averiguaciones del asesinato de Colosio podría haber sido usado --como lo ha sido hasta por quienes todavía ``cargan el féretro'' del sonorense- con intenciones distintas al esclarecimiento del crimen para hacer justicia.

Allá por diciembre del 94 y enero del 95, el entonces gobernador de Baja California, Ernesto Ruffo Appel, en largas pláticas con su compañero de partido, el procurador Lozano Gracia, lo habría convencido de haberle seguido la pista a los priístas.

Y la Procuraduría de la República se fue por la vía del segundo tirador, que echaba por tierra la teoría del complot para asesinar al candidato presidencial. Habría sido Ruffo quien llamó la atención de Lozano sobre Othón Cortés. Sólo él podría recordarlo.

Por qué no imaginar -hace ver algún tonto del pueblo y por supuesto Fuenteovejuna- que la implicación de los priístas o empleados del partido oficial en el asesinato de su candidato a presidente, no habría sido una estrategia política armada por los panistas bajacalifornianos de Ruffo Appel para darle una puñalada mortal al que sería el enemigo a vencer en las entonces inminentes elecciones por la gubernatura local.

Son locuras, tal vez como las de El Loco Corella que ahora estima que debiera revisarse el asunto desde el principio. Pues sí que debiera. Reza el refrán que los niños, los borrachos y los locos siempre dicen la verdad. Y un borracho repetía en la madrugada: qué pasa con el narco en Tijuana, qué le pasa a Lozano Gracia que no se investiga la muy posible implicación de los narcos y los judiciales coludidos con ellos en la ejecución de mi compadre Colosio...

La cosecha.

También Sócrates Rizzo se nos va del país, dice el corresponsal en Monterrey, David Carrizales. Cuenta que el gobernador con licencia cambia su residencia del DF a Estados Unidos para concluir su doctorado con los Chicago boys --como que este salinista anda fuera de moda- y para hacer investigación en Harvard. Como que este salinista sí anda fuera de lugar, ¿no será que ya agarró la onda de su amigo y jefe.... y en Tabasco el todavía gobernador Roberto Madrazo no sólo cambió al procurador, sino hasta a su jefe de prensa. Hubo, pues, enroques para avanzar hacia la gobernabilidad del estado, según la información que nos envía el corresponsal René Alberto López. Todavía más, ayer en la madrugada el Congreso tabasqueño desconoció al cabildo del municipio de Cunduacán, que estaba encabezado por el alcalde, Fermando Ruiz Hernández, de filiación priísta