La Jornada 10 de agosto de 1996

Severas críticas en Argentina por la represión a manifestantes obreros; la policía estaba armada como para ir a la guerra, dice Ernesto Sábato Descarta el ministro del Interior que vaya a renunciar; se declara dispuesto a comparecer ante el Congreso

Dpa, Ap, Efe, Afp, y Reuter, Buenos Aires, 9 de agosto El ministro argentino del Interior, Carlos Corach, descartó este viernes la posibilidad de renunciar tras los incidentes del jueves entre la policía y manifestantes durante la huelga general convocada por las centrales sindicales contra el programa económico del gobierno del presidente Carlos Menem, cuyo debilitamiento político, según analistas, ha sido motivado por la severa situación social.

Corach, cuya dimisión fue demandada por la oposición, dijo que está dispuesto a enfrentar una interpelación parlamentaria cuando el Congreso lo decida para explicar lo acontecido, pero reiteró que durante la manifestación no hubo represión. ``Es absolutamente falso que la policía haya reprimido, y los efectivos actuaron sólo para evitar disturbios'', indicó.

El senador oficialista Eduardo Menem -hermano del presidente- justificó a su vez la actuación policial contra la instalación de ollas populares, porque indicó que con esa postura se impedía a otras personas circular libremente. ``La democracia no significa que se pueda perturbar el derecho de los otros'', manifestó.

Para observadores políticos, los incidentes del jueves dejaron en conclusión que en momentos en que una convención estatuyente define los alcances de la autonomía de la capital, cuyo control lo ejerce desde esta semana la oposición, el gobierno nacional mostró claramente que no cederá el manejo de la policía en la ciudad de Buenos Aires.

Antonio Cafiero, senador del gobernante Partido Justicialista, admitió la posibilidad de que la fuerza oficialista sufra un voto de castigo en las parciales legislativas de 1997, debido a que ``ahora está en un bajón muy bravo''. Comparó la actual etapa del gobierno del presidente Carlos Menem con la elevada desocupación y el gran descontento social que vivió el ex mandatario radical Raúl Alfonsín en 1987, cuando el deterioro económico provocó que su partido, la Unión Cívica Radical, no triunfara en comicio alguno a nivel nacional.

A este tipo de críticas se sumó Eduardo Duhalde, quien aspira a ser candidato justicialista para los comicios presidenciales de 1999, quien advirtió que nadie votará por los peronistas en esas elecciones si no se solucionan los conflictos sociales que enfrenta actualmente el gobierno. ``El peronismo no se tiene que presentar a las elecciones del 99 si no pude resolver estos problemas'', apuntó el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires y mencionó entre otros al desempleo.

Su discurso coincidió con versiones de la prensa local sobre la toma de la alcaldía de la localidad de Chos Malal, al sureste del país, por unos cien desempleados que reclaman trabajo o algún tipo de subsidio de desocupación. Varios centenares de hombres y mujeres sin trabajo de Chos Malal, ciudad de 15 mil habitantes y 20 por ciento de desempleo, convocaron a sumarse a la medida a quienes comparten su situación en toda la provincia de Neuquén, informó la agencia DyN.

Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios para la Nueva Mayoría, destacó por su parte que en los últimos 30 años el declive de varios presidentes argentinos estuvo marcado por el desprendimiento de sus ministros de Economía ``dominantes'', como en el caso de Domingo Cavallo, quien dimitió recientemente.

El escritor Ernesto Sábato también habló sobre el paro del jueves y dijo que la pobreza ha llevado a su país a una situación ``absolutamente insostenible'' que no se debe permitir.

En declaraciones a la radio local, se quejó de la corrupción en el país y defendió la huelga general que tuvo una elevada adhesión. ``Pudo haber sido un repudio pacífico, pero si no lo fue, se debió a que la policía estaba armada como para ir a la guerra'', apuntó el famoso escritor.

El premio Nobel de la Paz argentino, Adolfo Pérez Esquivel, y las Madres de la Plaza de Mayo acusaron a su vez al gobierno de emplear métodos de la dictadura militar para impedirles realizar el jueves su marcha semanal, con la utilización de falsos explosivos para sitiar el lugar. Las Madres fueron impedidas de realizar su habitual marcha y se desalojó la plaza con camiones hidrantes, gases y bastones, e incluso se desactivó un presunto artefacto explosivo.

Analistas consideraron que la acción de la policía, incluyendo el uso de bastones, cañones de agua en contra las Madres, fue una muestra de nerviosismo del gobierno ante el desempleo y la adopción de nuevas medidas de austeridad y del recorte presupuestario. El ministro de Economía, Roque Fernández, aplazó para la siguiente semana el anuncio de medidas para eliminar el déficit que sufre el tesoro.

Los analistas añadieron que la población argentina acaba de dar al presidente Menem la señal más fuerte de descontento durante sus siete años de gestión presidencial, lo que fue aprovechado por los sindicalistas para recuperase del descrédito en el que habían caído.

En otro orden, la Dirección General Impositiva pidió este viernes a la justicia la ``inmediata detención'' de José Alberto Samid, y cuatro empresarios más, a quienes involucró en maniobras de evasión fiscal por más de 80 millones de dólares