La Jornada 10 de agosto de 1996

Agudas divergencias sobre democracia; acuerdan las partes continuar hoy

Hermann Bellinghausen, enviado, San Andrés Sacamch'en, Chis., 9 de agosto ``Con esta delegación gubernamental no podemos tener coincidencias'', declaró esta noche el comandante Tacho. La tensión se ha instalado en las negociaciones una vez más. El desencuentro de posturas hoy se agravó cuando los zapatistas consideraron que ``ha quedado demostrado que es imposible lograr acercamiento entre las posturas de las partes y que intentarlo sería una pérdida inútil de tiempo''.

La delegación zapatista consideró que los documentos presentados por el gobierno en esta fase del diálogo ``no responden a las necesidades actuales del país y a las demandas fundamentales del EZLN de realizar una profunda reforma a las estructuras del poder político, ni a la indispensable transformación del marco jurídico y de sus instituciones''.


Integrantes de la delegación zapatista al diálogo con
el gobierno se disponen a realizar una conferencia
de prensa.
Foto: Frida Hartz

Despues de una confusión, en la que parecía que el diálogo quedaba suspendido, la delegación del EZLN aclaró en un comunicado: ``Antes de definir cualquier método subsiguiente, se requiere que la delegación del gobierno presente por escrito su postura de modo que sirva de punto de partida''. La propuesta zapatista al terminar el tercer día de diálogo era terminar esta fase antes del tiempo definido, debido a la imposibilidad de lograr un acercamiento entre las partes.

La reacción del EZLN fue interpretada por el gobierno como que los zapatistas estuvieran abandonando de manera unilateral el diálogo, lo cual violaría el reglamento, y en tal caso, según el gobierno, no habría materia para la consulta.

A pesar de las profundas divergencias que esta noche hicieron crisis, los zapatistas declararon que seguirían esperando una definición de las propuestas gubernamentales. ``Reiteramos también que la consulta sobre las diferentes posturas de las partes es posible aunque no haya acuerdos'', dijeron, puesto que ``la consulta sirve no sólo para aprobar o rechazar los eventuales acuerdos alcanzados, sino también para que las partes puedan modificar sus respectivos planteamientos''.

El día progresó en un ambiente de incertidumbre que hacía pensar que la segunda plenaria de esta fase del diálogo se encontraba trabada. En efecto, la situación entró esta noche en un momento crítico que hizo crecer la suposición de que la negociación podría terminar sin acuerdos sustanciales en esta fase. No obstante, quedó claro que mañana se volverá a intentar un entendimiento entre las partes.

Con una Cocopa que persiste en su desdibujamiento (como si a sus miembros les pesara por razones partidarias el conflicto entre la reforma de Bucareli y las demandas zapatistas que siguen el hilo del pasado foro) y una Conai atosigada por sus enemigos, las dos delegaciones negociantes se enfrentan a un momento político complicado. El conflicto entre las delegaciones, con la insistente descalificación, reiteradas esta noche, que hacen los zapatistas de los enviados gubernamentales, y las lecturas contrapuestas del vaso medio lleno y el vaso medio vacío, que dominó los días anteriores, ha llevado la negociación a un nuevo punto crítico.

En el documento donde la delegación del EZLN valora las propuestas presentadas por el gobierno, los rebeldes encuentran ``profundas diferencias de concepción sobre las actuales estructuras de poder'', consideran que los cambios que se requieren ``hubiesen podido confrontarse y discutirse en el curso de los casi seis meses que han transcurrido desde que se inició el proceso de diálogo de esta mesa dos de San Andrés, pero esto no acontenció porque los actuales emisarios del gobierno federal se negaron a ello. En el curso de la fase uno guardaron un silencio casi absoluto y en la fase dos se limitaron a comentar los documentos de propuestas de los asesores e invitados del EZLN, por lo que no es de extrañar que en esta plenaria presenten documentos retóricos y ambiguos que no responden a la riqueza de las propuestas de la delegación''.

Según la delegación del EZLN, los documentos gubernamentales ``no pueden ser de ninguna manera la base de una negociación seria y responsable'', pues se limitan: ``A proponer acuerdos sobre enunciados de principios generales que no comprometen ni garantizan nada; a sugerir que se respalden textos legales ya existentes o que están en proceso de hacerse, como los recientes acuerdos que ha tenido el gobierno con los partidos en materia político-electoral o de composición de las cámaras federales, o, en fin, a suscribir compromisos generales y ambiguos que se enviarían al Congreso para que los legisladores los evaluaran, todo lo cual consideran los zapatistas es inaceptable''.

En su discurso esta noche, el comandante Tacho aludió a que los enviados gubernamentales ``han luchado varias veces porque el diálogo fracase. Hace un año estuvieron a punto de conseguirlo. En esta mesa de democracia no participaron. Quieren conseguir acuerdos sin hacer propuestas concretas''.

El comandante Tacho sostiene los fuertes cuestionamientos que durante toda esta fase del diálogo los zapatistas han expresado respecto a la delegación recientemente respaldada por la Secretaría de Gobernación: ``Quieren engañar sólo con palabras. Los zapatistas creemos que en México se requiere un cambio profundo''.

El delegado zapatista recuerda que hace un año, en efecto, este diálogo estuvo a punto de romperse. ``En esas fechas estábamos amenazados'', dice. ``Un año después la delegación del gobierno sigue con la misma prepotencia''. No obstante, no se está hablando de una ruptura del diálogo, sino de un momento que, a juicio de la delegación rebelde, no se puede llegar más lejos.

Al anunciar que mañana seguirá el intento de llegar a acuerdos, el comandante David asevera: ``Este tema de la democracia no lo podemos dejar pasar así nada más. Es un tema fundamental, no podemos permitir que nos engañen, pero aquí decimos que vamos a seguir con nuestra disposición para el diálogo y con firmeza''.

Así, en esta turbulenta medianoche, mientras la delegación gubernamental abandona apresuradamente la sede del diálogo, los zapatistas insisten en su comunicado: ``Seguiremos esperando la definición de la delegación gubernamental''.

En cierto modo, pareciera que mañana las partes habrán de volver a empezar. Una vez más.

La evaluación hecha por los zapatistas y sus asesores de las propuestas gubernamentales, como queda visto, es muy severa. Los documentos ``tienen un carácter general y declarativo, con muy escasas ideas de los cambios que se requieren y ninguna propuesta clara y definida de reforma al marco constitucional del país, y por lo mismo no pueden servir al objetivo de esta fase resolutiva de buscar coincidencias para alcanzar acuerdos''.

La delegación zapatista considera que ``el problema de fondo que subyace en la propuesta gubernamental es que no existe en ella un análisis correcto de las dimensiones de la crisis política por la que atraviesa el país''.