LLEVA EL EPR A PERIODISTAS A UN CAMPAMENTO
Ap, Sierra Madre Oriental, 8 de agosto Un grupo armado llevó a los periodistas esta semana a un campamento secreto en una montaña con el propósito de dar credibilidad a lo que, según ellos, es una rebelión de la izquierda contra el gobierno.
La conferencia de prensa, efectuada ayer en un lugar de esta sierra, fue la primera en que las fuerzas del Ejército Popular Revolucionario (EPR) mostraron disposición a responder preguntas.
Una treintena de campesinos acompañó a los miembros
del presunto grupo rebelde que hizo su aparición el 28
de junio en el vado de Aguas Blancas. Ante reporteros de
diversos medios, uno de los dirigentes acusó al gobierno
de ``asesino'' e ``ilegítimo'', pero aclaró que aún no le
han declarado la guerra. Foto: Fabián Ontiveros
Un fotógrafo y un camarógrafo de televisión de la Associated Press fueron acompañados por dos hombres al lugar. Miembros de otros medios de prensa mexicanos también asistieron a la conferencia.
Alrededor de 30 hombres y mujeres enmascarados, portando rifles AK-47 y otras armas automáticas, vestidos con uniformes verde olivo, se encontraban presentes junto a más de 30 campesinos vestidos de civil que se cubrían los rostros con paliacates.
Cinco uniformados del grupo se identificaron como integrantes del alto mando del Ejército Popular Revolucionario y leyeron un manifiesto en el que anunciaron el nuevo movimiento, al cual llaman Partido Democrático Popular Revolucionario.
``Buscamos el poder. No dialogaremos con el gobierno asesino'', dijo el comandante José Arturo, quien sentenció: ``El gobierno es ilegítimo''.
Funcionarios mexicanos han acusado de varios asesinatos a este grupo; sin embargo, también han dicho que se trata de ``una pantomima'' y que no representa una amenaza para el gobierno del presidente Ernesto Zedillo.
Un vocero del gobierno, quien pidió que no se diera a conocer su nombre, dijo hoy que las autoridades no tenían comentarios sobre la conferencia de prensa del Ejércitp Popular Revolucionario.
El surgimiento de un grupo armado el 28 de junio en Guerrero y los subsiguientes informes de diversos ataques contra soldados han suscitado preocupación sobre el posible resurgimiento de la violencia luego del levantamiento de Chiapas, el 1 de enero de 1994.
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que sostiene negociaciones de paz con el gobierno, ha negado tener vinculación con el nuevo grupo armado.
El 28 de junio, decenas de enmascarados armados anunciaron el surgimiento del EPR en una manifestación en la que se conmemoraba el asesinato de 17 campesinos, cometido por la policia estatal el año pasado en el vado de Aguas Blancas.
El grupo, que gritó consignas por la caída del gobierno de Zedillo, hizo disparos al aire y se retiró hacia las montañas.
Tropas del Ejército y patrullas de la policía han buscado a los miembros del grupo desde entonces. Pese a que los funcionarios dijeron que el EPR no parecía ser una auténtica rebelión campesina, como afirmaba, se detuvo a varios sospechosos por posesión de armas.
La reunión de ayer tuvo lugar en la Sierra Madre Oriental, una cadena montañosa que se extiende cientos de kilómetros desde la frontera de Texas hasta Veracruz, en la costa del Golfo de México.
Los representantes se negaron a informar cuántas personas se han unido a su causa. Explicaron que el Ejército Popular Revolucionario no ha declarado la guerra, pero que respondería a un eventual ataque del gobierno.
En otro incidente ocurrido ayer en Guerrero, los militares dijeron que un soldado murió y dos resultaron heridos en un ataque a un campamento cercano a Coyuca de Benítez. Nadie se adjudicó la responsabilidad y tampoco se tenía indicios de que el tiroteo estuviera vinculado al nuevo grupo armado
Maribel Gutiérrez, corresponsal, Los Encinos, Gro., 8 de
agosto Como si hubiera guerra, este poblado de unos 100
habitantes de la sierra de Coyuca de Benítez, donde ayer fue atacada
una base de operaciones del Ejército, se encuentra sitiado por cientos
de soldados en alerta y otros al pie de las ametralladoras, instaladas
en 12 vehículos estacionados a la entrada de la comunidad.
Sobre una brecha de terracería los militares registran a los campesinos que entran y salen. Revisan sus ropas, morrales, bolsas y costales. Les preguntan a dónde van o de dónde vienen. Otros uniformados patrullan a pie por el pueblo y otros más se ocultan al lado del río, en el monte, entre los árboles y los sembradíos de maíz.
Todos los movimientos están vigilados por los militares en este pequeño poblado, desde donde se ve el cerro del Guajolote, la cima más alta de esta parte de la Sierra Madre del Sur, en el que tropas de la Novena Región Militar han encontrado armamento y uniformes del llamado Ejército Popular Revolucionario (EPR).
Los habitantes escucharon disparos de armas de fuego ayer en la madrugada, a unos 300 metros de las casas, en una cañada al lado del río, donde se encuentra un campamento del Ejército.
Dicen que fue a las 4 de la mañana o un poco antes. Comentan que oyeron ``como 50 disparos'' y que la balacera duró unos cuatro minutos.
No sabían qué había pasado, porque los soldados no hablan con los pobladores. Unas horas después vieron la llegada de más efectivos del Ejército y de ambulancias. Circuló entonces la versión de que había muertos y heridos, y después por vecinos que regresaron de Coyuca, supieron que había sido atacado el campamento del Ejército. Por la tarde se enteraron que se había confirmado la versión en un boletín que difundió la Novena Región Militar.
``Dicen que fueron los encapuchados que aparecieron el 28 de junio en Aguas Blancas. Pero aquí no sabemos nada de esas personas'', comenta un campesino
Desde esta comunidad, que forma parte del ejido de Pueblo Viejo, se ha visto el paso de las tropas del Ejército hacia el cerro del Guajolote. Calculan que hay unos 2 mil 500 efectivos militares en el cerro y cientos más se desplazan continuamente por la sierra, peinando el monte, moviendo sus campamentos de un lado a otro.
Después del ataque de ayer al Ejército, en el que según la información de la Novena Región Militar resultó muerto un sargento segundo cocinero y dos heridos, llegaron a la sierra cientos de efectivos militares en 25 vehículos artillados, que esta tarde bajaron a la base aérea de Pie de la Cuesta, en Acapulco.
En la carretera de Coyuca a Tepetixtla, donde entronca la brecha que conduce a Los Encinos, y después a Pueblo Viejo, había esta mañana 12 vehículos con ametralladoras. Los militares parecían preparados para un combate.
En ese lugar, los soldados revisan a todas las personas que salen y entran, y registran las cabinas, cajuelas, motores, las cajas de carga y de pasajeros y la parte de abajo de los vehículos en busca de armas.
Escondidos en el monte y entre las milpas, se alcanza a ver soldados patrullando a pie, y decenas de jeeps, tanquetas y vehículos Hummer suben y bajan por la carretera de terracería desde el crucero de Pueblo Viejo hasta Atoyaquillo, donde llegaron ayer, después del ataque a las tropas en Los Encinos, más de 100 soldados pertenecientes al 56 Batallón de Infantería. Con diez vehículos establecieron un campamento en el pueblo. Los vecinos informaron que ayer llegaron los militares y se distribuyeron por las calles, dos soldados en cada esquina, vigilando de cerca a los pobladores.
Paula Mendoza Téllez, viuda de Francisco Rogel Gervacio, uno de los 17 campesinos asesinados en Aguas Blancas, dice que las mujeres y los niños se asustan por la presencia de los soldados.
Otra mujer señala que los más afectados son los hombres que tienen que salir al campo, ``y más ahora que es tiempo de la siembra, de la chapona y de la fumigada del maíz, y más los que tienen peones y les llevan la comida, porque les están revisando el bastimento''.
Agrega: ``Los hombres van a trabajar con el miedo de que los soldados los revisen, los detengan y les pregunten cosas que no saben''.
Aunque la Novena Región Militar dijo que el ataque a una de sus bases de operación en la sierra se dio cerca de Atoyaquillo, en este poblado lo único que saben es que desde ayer llegaron cientos de soldados.
El comisario Juan Navarrete, asegura que en Atoyaquillo no se supo nada del ataque al Ejército, porque Los Encinos está a más de dos horas de camino