La Jornada 9 de agosto de 1996

Hostigamiento telefónico contra Ofelia Medina

Denuncia Ofelia Medina intimidaciones

Señora directora: El día 26 de julio recibí una llamada en mi teléfono celular de un hombre que se identificó como Pepe. Dijo que dos ``muchachos'' habían sido detenidos y entre sus pertenencias les habían encontrado fotos mías y de los vehículos con los que trabajamos en el programa de nutrición para los niños indígenas en el estado de Chiapas, y que habían declarado tenerlas para ``chingarme'', que me cuidara y que de momento no sabía más pero que a estos ``muchachos'' los estaban interrogando y que después me llamaría para darme más información. Minutos después volvió a llamar y dijo que, en efecto, tenían orden de hacerme daño pero que no sabía de quién era la orden.

En la tercera llamada ya pude articular algunas preguntas y respondió que sabía mi número telefónico por pertenecer a la guarda personal del obispo coadjutor de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, que él como los ``muchachos'' es judicial, pero por simpatía a mi persona me advertía de los peligros que me esperaban si viajaba sola o, finalmente, iba al estado de Chiapas. También me dijo que me iban a poner cocaína en el automóvil o podría ser embestida por un tráiler en alguno de los caminos por los que ando, y varias veces repitió cuídate, cuídate, te van a chingar. Dice llamarse José Hernández.

Asistí al Encuentro Intercontinental y regresando la noche del 5 de agosto, tan pronto entré al área de San Cristóbal, recibí otra llamada de ``José Hernández'' insistiendo en sus amenazas e intimidaciones.

La mañana del 6 de agosto, tanto en el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas como en la curia diocesana me informaron que monseñor Vera no tiene guarda personal y que él mismo ha recibido llamadas intimidatorias por parte del mismo ``José Hernández''.

Siento una gran pena por este hostigamiento. Prueba, en los hechos, que existen aún sectores del gobierno que aunque pretenden tener voluntad de diálogo para alcanzar la paz que todos necesitamos insisten en prácticas arcaicas y violentas para tratar de alejar a los hombres y mujeres que participamos en este proceso y que estamos convencidos de que solamente con la participación de todos lograremos la paz.

Ofelia Medina