Adopta EU sanciones contra Libia e Irán
Ap, Afp, Ansa, Dpa, Efe, Reuter e Ips, Washington, 5 de julio El presidente Bill Clinton promulgó este lunes la ley D'Amato, que prevé sanciones para empresas que fomenten el desarrollo de las industrias energéticas de Libia e Irán, países a los que acusó de ser ``los más peligrosos auspiciadores del terrorismo en el mundo''.
El terrorismo es el ``enemigo de nuestra generación'', dijo el gobernante demócrata, quien subrayó que con esta ley piden a sus aliados que se unan a Estados Unidos de ``manera más eficaz'' en la lucha contra el terrorismo, en alusión a que Washington no está satisfecho con la cooperación de la Unión Europea (UE) en este terreno, ya que los Quince abogan por un ``diálogo crítico'' con Teherán.
En una ceremonia a la que asistieron familiares de las víctimas del avión de Pan Am destruido por una bomba en pleno vuelo sobre la localidad escocesa de Lockerbie, en 1988, y dos ex rehenes durante la toma de la embajada estadunidense entre 1979 y 1981, Clinton dijo que hay muchas coincidencias con la Unión Europea, pero advirtió: ``En lo que no coincidamos, Estados Unidos no puede ni podrá negarse a hacer lo que consideremos correcto''.
``El fascismo y el comunismo pueden haber muerto o haber sido desacreditados, pero las fuerzas de la destrucción aún están vivas'', aseveró Clinton. ``Si queremos sacar beneficios de este nuevo mundo, debemos vencer a las fuerzas que los destruirían mediante el asesinato de inocentes para incrementar el pánico en el corazón del resto de nosotros'', añadió.
Clinton citó atentados contra camiones en Londres y Tel Aviv, el ataque con gas tóxico en el metro de Japón y los atentados en este país contra un edificio federal en Oklahoma y el del Parque del Centenario Olímpico de Atlanta, como ejemplos de los peligros que implica el terrorismo.
``El terrorismo se convirtió en un destructor que no respeta fronteras'', señaló el gobernante, quien estaba acompañado por el secretario de Estado, Warren Christopher, la procuradura general, Janet Reno, y Anthony Lake, asesor presidencial en materia de seguridad nacional.
Clinton dijo que la ley D'Amato, que prevé sanciones para empresas petroleras que inviertan más de 40 millones de dólares anuales en Libia o Irán ``contribuirá a negar a esos países (Irán y Libia) el dinero que necesitaban para financiar el terrorismo internacional''.
Elogió al Congreso, con mayoría republicana, por haber aprobado la semana pasada una ley para reforzar la capacidad del gobierno federal para luchar contra el terrorismo. Pero el presidente calificó de ``decepcionante'' que el Congreso haya rechazado garantizar a las agencias federales la autoridad para realizar escuchas telefónicas o para requerir una marca química en los explosivos para luego detectar más fácilmente el origen de una bomba.
Clinton reiteró que ``no se puede hacer negocios con países que durante el día comercian con uno mientras apoyan, protegen y financian a terroristas que durante la noche matan a civiles''.
Una hora después, el presidente Clinton pronunció un discurso en la Universidad George Washington, en la que ofreció detalles de la ``política de seguridad (estadunidense) en un mundo cambiante''. Sostuvo que ``Estados Unidos sigue siendo indispensable'' en la lucha contra el terrorismo, aunque subrayó que este país no puede, por sí solo, derrotar al terrorismo'', al señalar: ``Por supuesto, no podemos asumir todas las responsabilidades mundiales, no podemos constituirnos en el policía del mundo, pero podemos diferenciar entre el miedo y esperanza, entre guerra y paz''.
``Confío y espero que, antes de mucho tiempo, nuestros aliados recapacitarán y aceptarán esta verdad fundamental'', declaró el mandatario al referirse por segunda ocasión en la jornada a las diferencias con sus aliados en torno a la ley D'Amato, patrocinada por el senador republicano Alfonse D'Amato, quien como presidente del Comité Bancario del Senado fue uno de los más activos protagonistas de la investigación sobre el complicado caso Whitewater.
Sanciones boomerang
Pero las sanciones previstas por la ley D'Amato podrían, a la larga, afectar los intereses estadunidenses, resaltaron expertos en el sector. ``Todo el mundo piensa que no va a afectar a Libia ni a Irán, y que en en cambio va a causar mucho daño a las empresas estadunidenses'', dijo un vocero de la asociación de suministradores de equipamientos para las compañías petroleras de Houston, Ted Venker.
``Estados Unidos está poniendo en peligro su liderazgo y credibilidad'' en las relaciones multilaterales, dijo el presidente de la Cámara de Comercio Europa-Estados Unidos, William Berry.
La ley D'Amato, que no es retroactiva, entró en vigor de inmediato, y analistas destacaron que la cifra tope de 40 millones de dólares a eventuales inversiones en ambos países es considerada muy baja teniendo en cuenta las grandes inversiones que se requieren para la explotación de un yacimiento de gas o petróleo.
Una de las lagunas de esta controvertida iniciativa es si cubre estrictamente la explotación de los yacimientos de hidrocarburos, o si se aplica igualmente en los sectores ``parapetrolíferos''; por ejemplo, en el caso de inversiones en una fábrica que produzca material destinado a la explotación de un yacimiento, indicó Afp.
Sigue la tensión en el Golfo
La tensión generada en el la zona del golfo Pérsico durante el fin de semana se incrementó luego de que el Departamento de Estado divulgó un cartel que será distribuido en Medio Oriente en el que se ofrece una recompensa de 2 millones de dólares por información que conduzca a los responsables del atentado contra un cuartel estadunidense en Arabia Saudita, en junio.
El cartel, con una foto del edificio que quedó destruido, contiene una cita en árabe del orador inglés del siglo XVIII Edmund Burke: ``Todo lo que se necesita para el triunfo del mal es que los hombres de bien no hagan nada''.
El gobierno estadunidense decidió acelerar su investigación y distribuir un millón de carteles de este tipo después de que el jefe del Pentágono, William Perry, señaló a Irán como sospechoso de ese ataque que dejó un saldo de 19 muertos, y advirtió sobre la inminencia de una acción terrorista en la zona del Pérsico.
Cautela ante la pista iraní
``La investigación del FBI y la Oficina Nacional de Seguridad en el Transporte no determinó todavía las causas, y menos quién la pudo haber causado'', afirmó el vocero del Departamento de Estado, Nicholas Burns, al ser interrogado sobre la versión del Time, que citando fuentes de la CIA señaló que hay ``sospechas'' de una pista iraní en la explosión de un avión de TWA, el 17 de julio, con saldo de 230 muertos.
Por lo pronto, las investigaciones continuaron estancadas, y hasta ahora las autoridades no ha determinado las causas de la tragedia, aunque fuentes oficiales han asegurado a diversos medios de prensa que se trató de un acto terrorista. El subdirector del FBI, James Kallstrom, se limitó a comentar que los escombros del avión rescatados hasta ahora, que incluyen una masa de material electrónico de la parte inferior de la cabina, parecen ``la más comprimida masa de cosas que jamás haya visto''.
Tampoco hubo avances en torno a las pesquisas sobre el atentado en Atlanta, que dejó dos muertos y 111 heridos. Pero el miedo a la posibilidad de un atentado se mantiene, y el hallazgo de un paquete sospechoso en una oficina regional del Departamento de Agricultura en Kansas obligó a la evacuación del inmueble, según reportó la emisora local Wdaf.
Ap, Afp y Ansa, Washington, 5 de agosto El Acta de sanciones contra Libia e Irán de 1996, mejor conocida como la ley D'Amato, promulgada hoy por el presidente Bill Clinton, establece la aplicación de dos sanciones elegidas entre un abanico de seis a las empresas que realicen inversiones en el sector petrolero de ambas naciones por un monto superior a los 40 millones de dólares anuales.
Las seis sanciones que podrá elegir el presidente estadunidense son:
--Prohibición total de exportar a Estados Unidos.
--Prohibición de compra a la empresa sancionada de cualquier bien o servicio por parte del gobierno federal.
--Prohibición de efectuar préstamos de más de 10 millones de dólares anuales por parte de una firma estadunidense.
--Prohibición de préstamos del Banco de Importación y Exportación, organismo público que financia las exportaciones estadunidenses.
--Prohibición de las licencias de exportación de tecnología estadunidense en provecho de la compañía que haya violado las disposiciones de la legislación D'Amato.
--Prohibición de desempeñar el --lucrativo-- papel de intermediario financiero en la compra de bonos del Tesoro de Estados Unidos o, más generalmente, de ser un agente financiero del Estado federal.
La ley D'Amato no toca las inversiones existentes y prevé algunas cláusulas de excepción de las medidas de castigo a cargo del presidente y en circunstancias especiales, como el interés de la seguridad de Estados Unidos.
En el caso de Libia, estas sanciones se aplicarán también a cualquier empresa extranjera que viole las resoluciones 748 y 883 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que establecieron un embargo aéreo y militar a Trípoli, así como un embargo a cierto equipamiento colectivo.
El bloqueo a Libia fue decidido por el Consejo de Seguridad en marzo de 1992 en una medida destinada a obligar a la nación árabe a entregar a dos agentes de los servicios secretos libios señalados como responsables del atentado con bomba que destruyó en pleno vuelo a un avión de Pan Am sobre Lockerbie, Escocia, en diciembre de 1988, con saldo de 270 muertos